Novena parte de una extensa entrevista realizada a principios de 2011 para el blog Che Cosa Sono le Nuvole.
LL: También para la Eura creaste a Poe y Rascolnicov para una serie de álbumes. ¿Fue idea tuya o de la editorial?
CT: Poe y Rascolnicov fueron hechas con una enorme colaboración de Viviana Centol. La Eura propuso la idea de hacer miniseries de cuatro albumes a la Bonelli y yo pensé las dos series que se desarrollaron normalmente dentro de las características solicitadas. Pero el trabajo de escribir el guión definitivo fue de Viviana. Yo terminé mi trabajo en el argumento.
LL: Otro personaje fundamental en tu producción de los ´90 fue Clara de Noche. ¿Es verdad la anécdota de que la crearon porque el editor les pidió a Bernet y a vos que hicieran una historieta “de puta madre”?
CT: El Jueves es la gran publicación humorística española de los últimos treinta y tantos años. Se trata de una revista anárquica, disconforme, crítica. Sus autores son todos humoristas. Una idea de Gin, el director, cuando empezamos a trabajar, fue agregar una historieta “seria” a la revista, pero con remates humorísticos. La historia sobre la que preguntas es verdad, pero es también una broma interna entre Jordi, Gin y yo. Clara de Noche se ha convertido en costumbre, sale todas las semanas desde hace mil semanas, primero en El Jueves, luego en el diario argentino Página 12, una publicación de izquierda intelectual (y peronista-kirchnerista en la actualidad), después en las revistas Eura/Aurea, y por fin en libros en varios países. Las últimas propuestas en formato libro las ha hecho Fluide Glacial, con dos tomos en una colección muy bella de erotismo que está llevando adelante. En Clara de Noche, no me canso de repetir, es fundamental mi colaboración con Maicas, que es un gagman excepcional. Ni él sabe pensar historias ni yo remates humoristicos. Entre los dos hacemos un autor que, en realidad, ninguno de los dos somos.
LL: Cuando Solano López volvió de Brasil y se estableció en Argentina, hubo rumores de una serie realizada por ambos para Eura. ¿Existió el proyecto o era una expresión de deseos de la editorial?
CT: No, nunca colaboré con Solano López y realmente lo siento porque es uno de los dibujantes que más he admirado en mi vida. No conocía esta versión porque jamás nos propusimos colaborar juntos.
LL: Por afuera de Eura, en la revista Torpedo (de la editorial Acme) publicaste Hoover, con Jorge Zaffino. Y después en la Eura apareció un episodio más, una secuela, o algo así.
CT: Si, Hoover estaba pensado para configurar dos o tres historias de cuarenta y seis páginas. No pudo ser, Torpedo duró poco, la Acme quebró, Zaffino firmó un contrato para trabajar con los americanos y no pudo seguir dibujándola. Hizo sí, en principio para la Acme, esa segunda historia, que nunca se llegó a publicar y que finalmente la vendimos a la Eura. Me ha pasado algunas veces, las historias no tuvieron el combustible editorial suficiente para seguir adelante.
LL: ¿Cómo fue el final de El Negro Blanco? ¿Se terminó por decisión tuya, o de Clarín? No hubo una despedida formal como la del Loco Chávez, no?
CT: En Clarín se terminó por decisión del diario. Hubo una rediagramación y decidieron reemplazar El Negro Blanco por una tira de Altuna, el Nene Montanaro. En el diario sí nos despedimos, pero con referencias demasiado localistas como para agregarlas en la versión que hacíamos para la Eura. Incluso, para la Eura, El Negro Blanco siguió un tiempo más, pero finalmente la interrumpimos, seguramente porque yo me desvinculé de la Eura mientras se desarrollaban un par de juicios (por Cybersix y por El Loco Chávez) ante la justicia italiana.
LL: Me falta preguntarte por otros cuatro proyectos tuyos que vimos en los semanarios de Eura: Livevil, Kappa, Borderline y Boy Vampiro. Contame algún datito de cada una.
CT: Livevil fue una semilla apresurada para una bella historia que hicimos con Meglia antes de su muerte para el editor francés Soleil, RED SONG. Estaba prevista para hacer por lo menos seis álbumes. La muerte de Meglia impidió terminar el segundo. Era una idea que nos gustaba mucho y que, una vez más, tenía buenos diseños de personajes para ser animados. De hecho, antes que Soleil, la Disney Italia, en un momento particular de su historia, estuvo interesada en producirla. Cuando la presentamos a la Disney ya se llamaba Red Song y fue con ese nombre que terminó saliendo por Soleil.
Kappa es una historia que firmé y no escribí. La hizo en su totalidad Viviana Centol en una época en que no era aceptada aún como autora de comics de la editorial. Podía trabajar solo como ayudante mía. Entonces, para que ella pudiera empezar a desarrollar sus propias historias, para lo que estaba ya muy habilitada, las firmé y omitieron, tal vez, porque nunca vi las revistas, su nombre entre los colaboradores.
Borderline y Boy Vampiro (NN) fueron intensas producciones que dibujaba Risso. Las historias, en los dos casos, tienen un final. Puede ser que haya habido episodios de más, a mí me gustaron mucho las dos series y de repente aparecían personajes a los que quería exprimir mejor. El mundo en el borde y el niño vampiro que no puede crecer son ideas con gran fuerza. La muchacha sordo muda que solo se comunica con su muñeca es buena. La Eura las compró ya en los últimos tiempos de mi colaboración con ellos.
LL: Pareciera que buena parte de tu producción de los ´90 para acá está apuntada a Genios, la revista para chicos que edita Clarín. ¿Recordás los trabajos que publicaste en esta revista?
CT: En Genios he trabajado con Eduardo Risso haciendo Los Misterios de la Luna Roja, que era una historia con continuará. Luego, a Risso lo reemplazó Domingues con una historia que hace poco publicó Il Giornalino, La Reina Del Rio. Siguió dibujando Domingues Adrian, Leticia y Yo, El Mundo de Brian, Los viajes de Tilo y Mariano Invisible (una historia de amor con niños). Con Juan Bobillo hicimos Martin Holmes. Luego dibujó Marín: Mara Mistery. Después Lucas Varela: El Inspector Potham e inmediatamente la larguísima Ele (que como era de dos páginas autoconclusivas la escribí con Eduardo Maicas). Actualmente Pablo Túnica dibuja mi historia La Banda De Genios, de dos páginas autoconclusivas semanales (en las que una vez más me ayuda Maicas).
También trabajo en la revista para chicos que aún no saben leer: jardin de genios, donde escribo una historieta que dibuja Marín y se llama La Familia Samborombón.
LL: Ya nos contaste un poco cómo se termina tu vínculo con la Eura justo con el cambio de milenio. ¿Podrías contarnos en detalle cuál fue el litigio que te llevó a decir “basta”? Y por otro lado, una vez terminado tu vínculo con la editorial, esta siguió publicando Clara de Noche y algunos trabajos tuyos que –supongo- fueron hechos para Francia, como Sick Bird (dibujada por Bobillo) y Neferu (dibujada por Peni). ¿Eso lo negoció la Eura con vos, con los dibujantes, o con tu agente, el legendario Ervin Rustemagic?
CT: Eura publicó una parte muy grande de mi producción entre los años 1975 y 1983 que era vendida sin que los autores conocieran claramente el negocio que estaba haciendo desde Buenos Aires el propietario de Ediciones Record. Incluso compraron y publicaron algunas cosas (que salían en las revistas de Ediciones de la Urraca) a través de Alvaro Zerboni, que nos habían sido pagadas por él para su republicación en Italia. Zerboni les revendió por ejemplo, Las Puertitas del Señor López porque producíamos mensualmente el doble del material del que él necesitaba para su revista mensual L´Eternauta. O sea, eran demasiados episodios ya que la revista argentina los publicaba quincenalmente.
Luego, cuando en 1986 hicimos un acuerdo directo con Filippo Ciolfi de Eura, comenzaron nuevamente a publicar cosas escritas por mí y ya producidas por autor y dibujantes para una primera publicación en Italia en sus semanarios.
Esta situación duró varios años, hasta que con Meglia debimos dejar de hacer Cybersix porque de repente decidieron bajar los precios de cada página de una manera que hacía imposible seguir trabajando. En ese momento, incluso, para bajar los costos de sus dibujantes estrella (Mandrafina, García Seijas, por ejemplo, que trabajaban conmigo) me propusieron que hiciera “guiones más económicos” (sic) para privilegiar la relación de la editorial con el dibujante en detrimento del guionista.
Obviamente así yo no podía seguir trabajando. Meglia y Risso ya buscaban trabajo en los Estados Unidos, desmoralizados por la paga tan escasa; Enio, García Seijas y luego Mandrafina aceptaron ofertas de la Bonelli. Conmigo fuera del juego, los mejores dibujantes que trabajaban conmigo se fueron alejando de los semanarios Skorpio y Lanciostory. Yo ya había renunciado en una extensa carta donde explicaba, amistosamente, que esas cifras no servían para utilizar a la Eura como primera publicación de nuestros trabajos así que, en el futuro, si teníamos libres los derechos para Italia de alguna cosa que hiciéramos en el futuro para otros editores, se las propondría. No ha de haberles gustado mi respuesta porque todavía conservo una carta firmada por el director de las revistas de la editorial donde se me acusa poco menos que de comunista trasnochado que sigue levantando las banderas de la lucha de clases (!). Inmediatamente, decidieron proponer Cybersix a otros autores y dibujantes, a lo que con Meglia debimos responder con una demanda judicial en defensa de nuestros derechos. Además, al poco tiempo empezaron a republicar cosas sobre las que no tenían derecho (Loco Chávez) y, como me quejé publicamente en un festival de Lucca al ver esas enormes y muy feas republicaciones en volúmenes que parecían guias de teléfono, me enviaron una carta documento pidiéndome que me retractara de mi temeraria opinión de que esa historia era mía y del dibujante. Me vi, pues, envuelto en otra causa que duró años y que concluyó, como en el caso de Cybersix, con la justicia fallando a mi favor.
No fue un final simpático para mí, como verás.
Sobre las cosas que yo escribía que publicaron luego de mi desvinculación de la editorial puedo decirte que Clara de Noche no sufrió baja de precio (yo les había dicho ya que si tocaban la retribución por página nos íbamos con el personaje a otra parte). Bernet negoció su continuidad con los directivos de la editorial. Luego de eso, fue Jordi quien siempre trató con la Eura y yo solo me limité a enviar, cuando él me lo decía, la factura correspondiente a los guiones. Que me era pagada puntualmente.
Algunas de las demás obras que citas, sí, efectivamente, se las vendió Ervin Rustemagic, que es nuestro agente en varios países y en ese momento nos preguntó si podía ofrecerlas en Italia, a lo que con los dibujantes dijimos que sí. Siempre tuve buenas relaciones con Ervin y su SAF Comics y nos ha vendido muchas historias en Alemania, países escandinavos, países bajos, algunos países orientales y Estados Unidos. También en Italia, claro, y no sólo a la Eura. (mañana, la décima parte)
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