martes, 31 de julio de 2012

VERDULERO: UN TRABAJO INSALUBRE, por Trillo y Colazo

Esta es una breve historieta de Carlos Trillo publicada una sola vez, en el nº 20 de SuperHum®, de Septiembre de 1982.
El dibujante es Pablo Colazo, quien años más tarde se convertiría en director de la revista Genios, uno de los medios con los que más asiduamente colaboró Trillo en sus últimos 15 años de carrera.
La historieta hace mención a personajes de la coyuntura de ese momento, como Andrea del Boca y José Gómez Fuentes. El verdulero que protagoniza la historia, Don Coso, ya había aparecido en otra historieta de dos páginas (titulada precisamente "Don Coso") dibujada por Enrique Breccia. No la vamos a subir al blog, porque está incluída en el tomo recopilatorio de Marco Mono, publicado por Doedytores en 2009.

lunes, 30 de julio de 2012

ENTREVISTA A CARLOS TRILLO, por Xavier Hidalgo

Nos quedaba por compartir una entrevista más de las que concedió Carlos Trillo a medios españoles con motivo de la aparición en ese país de La Herencia del Coronel, que es la obra que nosotros conocimos como El Síndrome Guastavino.
Esta entrevista fue realizada via e-mail por Xavier Hidalgo y publicada en el sitio web www.humoralart.com.

1. Creemos que La Herencia del Coronel se publica en España en una época más que oportuna, porque desde hace unos años la gente se ha atrevido a revisar y reivindicar la memoria histórica. ¿Cuándo comenzó a madurar la idea del comic en ti? ¿Te planteaste cuándo era el mejor momento para publicarlo?

La importancia de la memoria histórica ha ido creciendo con el paso de los años. Al estupor inicial, luego de los años de la dictadura, se sumaron miedos y vergüenzas. Poco a poco esas barreras han ido cediendo y hoy, aquí en Argentina, hay un franco movimiento hacia la condena de los asesinos, lo secuestradores de niños, los torturadores. Hemos visto que ahora piden desde aquí lo que alguna vez pidió vuestro Juez Garzón desde España: investigación sobre los excesos monstruosos que la dictadura de Franco, como luego la argentina, cometieron contra su población. Nuestra idea de ese hijo de un torturador apareció, tal vez, cuando estaban maduros los tiempos para que lo hiciera. De todos modos, nuestra lupa no está puesta sobre los asesinos directamente sino sobre las rémoras que han dejado en personajes que no quieren desaparecer de la escena.

2.De hecho cuando uno lee tu perfil biográfico adivina un compromiso social o político a lo largo de tu obra: nos referimos a ejemplos como El Loco Chávez. ¿De qué manera se podía hacer crítica en la dictadura de Videla o en años posteriores, a partir de las historietas? ¿En el caso de La Herencia del Coronel creéis que es más directo tu mensaje?

El Loco Chávez fue una historieta que atravesó en la contratapa de un diario todos los años de la dictadura militar. En esos tiempos decir “las mandarinas están caras” sonaba como una proclama subversiva. Había que tener algún cuidado porque los generales decían que iban a acabar con los subversivos, luego con sus amigos, después con los simpatizantes de sus ideas y, para terminar, con los indiferentes. O sea, nos iban a matar a casi todos, porque si bien la resistencia era bastante pasiva en la población, gente que aplaudiera al régimen siniestro había poca. Atravesamos años de mucha metáfora para hablar de las monstruosidades que nos ocurrían. En las historietas poníamos ogros malvados, dictadores del siglo XIX, absolutismos de otras latitudes. Pero nuestros lectores entendían las metáforas, las buscaban, las encontraban aunque no estuvieran. Fue un período extraño, aquel.
El Síndrome Guastavino, que es el título argentino de La Herencia del Coronel, fue hecho en tiempos en que no es necesario ya apelar a las metáforas, se puede mostrar la realidad, las mezquindades, el odio, en toda su dimensión y señalando a alguna gente. No sé, los tiempos de la metáfora suelen ser más ricos, más poéticos, pero los tiempos en que al pan se le puede llamar pan y al vino vino son más estimulantes.

3.Elvio Guastavino, el protagonista del comic, es un personaje que inspira rechazo en el lector. El recurso de la obsesión rayana en la locura de Elvio es muy rico en matices. ¿La herencia que dejan las dictaduras es tan desastrosa? ¿Hay siempre dos Españas, dos Argentinas, etc., una de las cuales se recrea siempre en su propia perversión?

Parecería que si, pero el tiempo ayuda a que la más cavernícola de las dos ceda – por lo menos – a derechas un poco más civilizadas, aunque siempre retardatarias.

4.Carlos, explícanos un poco tu trabajo de documentación previa, la forma en la que has escrito el guión, si es similar a la de otros trabajos, etc.

Nunca me planteo si esto se parece a aquello, supongo que esta historia tiene puntos en común con La Gran Patraña (título con el que se publicó en España un álbum que ganó el premio de Angouleme en 1989), una historia con dictadura latinoamericana en clave paródica. Esta tiene un personaje tan enfermo que no da lugar para la parodia, pero por lo menos el dibujo de Lucas es irónico, tiende al trazo humorístico, la ha aligerado un poco porque todo era demasiado espantoso para usar el trazo de un realista. Documentación previa hubo muy poca: yo estuve allí, los conocí, los soporté, conocí gente que los aplaudía, en fin, la memoria es suficiente en estos casos...

5.De los recursos que has utilizado, aparte de la obsesión de Elvio, para crear la atmósfera asfixiante del libro, ¿cuál te ha dado más guerra? ¿Crees que tu crítica sería igual de contundente si en vez del tono dramático, el comic fuera completamente de humor?

La historia no es humorística, y no lo sería si la hubiera dibujado ese genio que fue el Jaume Perich. La contundencia la descubrimos cuando el primer editor argentino de una revista la tuvo seis meses esperando porque no se atrevía a presentarla a sus lectores. Cuando se atrevió tuvo una enorme repercusión y fue muy rápido que llegó el libro argentino editado por Mondadori.

7. Hablanos de tus compañeros de profesión en Argentina, en especial de los que se dedican al humor gráfico: ¿cuáles te atraen de forma particular?

A mí me gusta mucho, pero mucho mucho Rep, y también Rudy y Paz, que inauguraron el humor político sin censuras. Me da la impresión de que el humor político está un poco apagado, seguramente porque los autores participan de guerras que no son de ellos. O si, tal vez, pero no deberían serlo. Hay otros humoristas que destacaría, pero por su desmesura, como Gustavo Sala, una voz nueva que está rompiendo esquemas y avanzando en direcciones muy delirantes.

8. Y de los autores no argentinos, ¿con cuáles te quedas? Recomiéndanos algún libro de ellos.

En el mundo del comic seguramente elegiría a Sfar, un francés de enorme talento y una visión del mundo muy particular. Recomiendo con entusiasmo El Gato del Rabino, que es una obra suya.Me gusta mucho también una autora israelí, Rutu Modán, creo que el libro de ella que más me gusta en español se llama Metralla. Y siempre releo los relatos de aventuras, el Corto Maltés, nuestro Eternauta, que es un libro que ya pasó a la categoría de clásico porque a cada generación de argentinos (data de 1957) nos dice nuevas cosas sobre nuestra vida.
Amo a Ivá, su Makinavaja habla de una voz poco frecuente, lástima que os haya dejado. Como soy colaborador de El Jueves, puedo leer a algunos que me gustan mucho, voces nuevas e inquietantes, como Paco Alcázar, el de Silvio José, el buen parásito. Tenemos suerte, seguramente mañana tendremos media docena más de autores para recomendar a los amigos.

domingo, 29 de julio de 2012

LOS MISTERIOS DE LA LUNA ROJA, por Gabriel Zárate

Publicada en la revista infantil-juvenil Genios entre 1998 y 2000 con guión de Carlos Trillo y dibujos de Eduardo Risso, Los Misterios de la Luna Roja fue editada íntegramente por Norma Editorial en 2005, en cuatro tomos impecables: Bran, el invisible, El ataque del circo, El reino de Nunca y El libro de todos los sueños.
En el señorío de Burien llega Antolín un niño malabarista, acompañado de Crocker y Theo, un par de actores cómicos viajeros ya veteranos. La infelicidad y tristeza de la población se percibe de inmediato pues el Señor de Burien se ha abandonado a un paralizante sufrimiento desde la muerte (desaparición) de Tyl, su hermosa y amada esposa. Además Luna su única hija de frondosa cabellera rojiza, por hablar sola se cree que ha enloquecido. Antolín conoce a Luna, quien le confiesa que su madre Tyl era en realidad un hada humanizada, que no ha muerto sino ha retornado a su extraordinario mundo, y Bran (su amigo con quien habla) es un ser mágico e invisible con poderes, al cual sólo Luna puede ver.
Pronto se desata la despiadada invasión del poderoso ejército del Señorío Leona. Las tierras de Burien son rápidamente capturadas con casi nula resistencia y en su castillo el Señor de Burien es reducido y encerrado en un calabozo. Luna consigue escapar guiada por Bran y se encuentra con Antolín, para empezar la larga travesía conjunta del par de niños de once años.
Antolín, ágil malabarista, es además valiente y astuto, con una gran capacidad deductiva pero de escasa imaginación mágica en un universo encantado. Se convierte en el osado caballero que acompañará a Luna para liberar a su padre y recuperar sus dominios tiranizados por el Señor de Leona. Es Luna quien, obsesionada por el reencuentro con su madre, nos conduce al mundo maravilloso del las hadas. Acorralados por los lobos, capturados por unos vagabundos que pensaban venderlos como esclavos, finalmente arriban a la isla de Galahad donde se sitúa el castillo de las hadas twlings y Luna puede al fin encontrarse con su madre, pero decide regresar a Burien para rescatar a su padre y liberar sus dominios del cruel Señor de Leona.
El viaje de retorno los conduce al puerto de Margen donde en sueños Ogier un árbol humanizado le indica a Luna que para cumplir sus propósitos debe reclutar un ejército compuesto por un hombre volador, una domadora de gatos, un oso amaestrado, un forzudo, un equilibrista, quintillizos que formen una torre humana y dos pájaros que hablen. Con ese estrambótico ejercito, un asombroso y pintoresco circo ambulante que deleita a los aldeanos con sus peculiares habilidades, Luna enfila a Burien con el objetivo de reconquistarlo y salvar a su padre, siempre secundada por su leal amigo Antolín.
Ya en Burien retomada, Antolín pregunta por la suerte de Crocker y Theo, y se entera de que ambos huyeron rumbo a Nunca, tenebroso territorio hechizado más allá de Burien de donde nadie ha retornado jamás, gobernado por la malvada y terrible bruja Panta. El niño saltimbanqui decide partir en solitario en busca de sus queridos compañeros, pero Luna le dará alcance a Antolín y juntos enfrentarán nuevos y temibles peligros.
En la última aventura, Luna tras comunicarse con su madre en sueños y enviarle ella la ayuda de Blas Pascual de la Valera (un gato que habla), invoca a Antolín para que la acompañe en su nueva travesía pues deben internase en la tierra de las brujas y descubrir cuál es el punto débil del invencible gigante Lamermof de Granf quien después de secuestrar a la bella Amadora (la segunda esposa del Señor de Burien) lo ha retado a duelo.
Esta entretenida fábula aventuresca recurre a los clásicos tópicos del género de fantasía heroica, de capa y espada. La reconstrucción mágica del universo medieval anglosajón está poblada de seres asombrosos y sobrenaturales como brujas, hadas, gnomos, gigantes, dragones, propios del fantástico imaginario del Medioevo.
Se trata de una historieta donde los jóvenes protagonistas se enfrentan a constantes viajes arriesgando la vida y la integridad, en travesías que simbolizan reiteradas pruebas por superar, internándose en regiones peligrosas e inverosímiles. Siempre expuestos a incesantes riesgos, son los persistentes retos que Antolín y Luna deben atravesar y superar, para alcanzar una precoz condición heroica en el relato.
La transformación en héroe está encarnada en la evolución del infante Antolín, quien de aldeano malabarista se convierte en un valeroso caballero espada en mano, protector de Luna. Pero su auténtico crecimiento se produce en plano espiritual de los sentimientos: El intenso y desbordante amor amical por Crocker y Theo, su única familia en el mundo, le darán a un tierno niño la valentía casi suicida de la que carece un hombre. Impulsará a Antolín a emprender el más osado y riesgoso de los trayectos: internarse en un terrorífico territorio del cual ningún humano ha conseguido regresar nunca.
El incondicional amor de Luna por su padre, empujará a la niña pelirroja a abandonar la seguridad del reino de las hadas y emprender la audaz reconquista de Burien para rescatarlo y posteriormente, al ver a su leal amigo Antolín avanzar solo rumbo a Nunca. Luna, por intervención de su madre, que se comunica en sueños, (“porque necesita y merece tu ayuda”) decide acompañarlo. Con intrépido arrojo irá tras él en su búsqueda. Su desarrollo es también ético, pues Luna, se convence de que la suerte de ambos niños ya está sellada por las difíciles experiencias compartidas, y finalmente resuelve seguirlo, asumiéndolo como un deber trascendental.
El deber trascendental sobrepasa el interés propio del individuo. Es el amor y la ética lo que finalmente permiten el crecimiento interior de un hombre. Es el preciso instante crítico cuando uno termina por confrontar consigo mismo. Si asume el reto, habrá dado un salto axiológico que lo hará crecer como persona, más allá de cuál sea el resultado final. Al emprender una aventura con escasas posibilidades de retorno, el sujeto demuestra su autentico coraje pues con osadía afronta el miedo y decide sobrellevarlo consigo. No es seguro vencer a la adversidad pero hay que intentarlo, aún a costa de su propia suerte, pues ya están cimentados los fuertes lazos éticos que son indisolubles. Es allí donde radica la autentica grandeza de un hombre, no por alcanzar el éxito, sino por haberlo intentado, venciendo el irracional temor que lo domina y aún sabiendo que lo más probable sea la certidumbre de la derrota.
Estamos frente a una aventura llena de temerarios peligros, permanentes dosis de humor y emociones, con fuertes y desgarradoras escenas de dolor y sufrimiento que intensifican los niveles conmovedores de dramatismo de la narración. Un relato pensado para niños, pero que es de lectura imprescindible para los adultos que aman la historieta, lo que nos reitera el talento de sus grandes autores.

sábado, 28 de julio de 2012

SER UN HEROE, por Trillo y Salinas

Segunda parte de esta historia corta de Carlos Trillo y José Luis Salinas, realizada en 1979 y publicada en el nº 114 de Skorpio, en 1985.



viernes, 27 de julio de 2012

SER UN HÉROE, por Trillo y Salinas

Al igual que la que ofrecimos la semana pasada, esta historia corta de Carlos Trillo y José Luis Salinas fue realizada en 1979 y se mantuvo inédita hasta después del fallecimiento del dibujante. Su única publicación en Argentina se produjo en el nº 114 de Skorpio, en Julio de 1985.
Mañana, la segunda parte.




jueves, 26 de julio de 2012

ENTREVISTA A TRILLO Y VARELA

En 2010, con motivo de la edición en España de El Síndrome Guastavino (esta vez con el título La Herencia del Coronel, que es el que se usó también en Italia y Francia) el periodista Guillaume Fourmont entrevistó via e-mail a Carlos Trillo y Lucas Varela. Finalmente, algunos extractos de esas respuestas aparecieron en un artículo de Fourmont para el sitio web www.publico.es.
Acá tenemos para ofrecer la entrevista completa.

1.¿Cómo nació el proyecto? Cuéntenme un poco de su génesis.

Lucas: Carlos me tiró la idea sobre la mesa y yo caí como el ingenuo que soy. Después de "El Cuerno Escarlata", el primer álbum que hicimos juntos, yo quería que hiciéramos una historia más adulta y jugada.
Al principio la tomé como una comedia costumbrista condimentada con alguna crítica social. Pero a medida que me enviaba el guión noté que la historia se iba retorciendo y hundiéndose en la oscuridad cada vez más. Horrorizado, un día lo llamé y le pregunté qué estábamos haciendo, y que nos iban a venir a buscar con antorchas y rastrillos. Los editores de la Revista Fierro se asustaron al leerlo y no quisieron publicarla y preguntaron si teníamos otra cosa. Como era esto o nada al final accedieron a publicarla. Yo creo que Carlos contaba con que las hordas contra la decencia y la moral nos iban a linchar y así quedar en la historia como mártires de la historieta
nacional. Pero eso no pasó por la escasa repercusión que tienen las obras de historieta en los medios y porque hoy en día las hordas de la derecha reaccionaria están en retroceso.
Carlos: La idea de trabajar con un perverso, un onanista de las muñecas, un tipo ruin y repugnante, la tuve dándome vueltas bastante tiempo.
La posibilidad de hacer algo con Lucas después de una buena experiencia con EL CUERNO ESCARLATA me dijo que ahí estaba la solución a uno de los problemas principales: el dibujo realista, de eso estaba yo seguro, haría demasiado espantosa la historia. Se la conté a Varela, él supuso que como iba a transcurrir en Buenos Aires tendría tintes costumbristas y de comedia. No fue así, claro, y nos costó publicarla por primera vez. En la versión argentina, sin “traducción” al español, empezó por asustar al editor de la revista Fierro, que tardó en acostumbrarse a mirarla y a – finalmente – publicarla con un poco de resquemor. La historia, que aquí se llamó EL SINDROME GUASTAVINO, . En Francia y en Italia fue más sencilla de publicar que en la Argentina, y recibió menciones y consideración. Ahora, lentamente, se va abriendo camino en otros países.

2.¿Cómo ha trabajado usted, Carlos? Con qué material?
Carlos: Trabajé de memoria, claro. Y decidí hacer un corrimiento de la realidad argentina porque me pareció que las sensaciones que quedaban en mi memoria de aquellos años de plomo de la Argentina, eran mejores para un cuento opresivo, un caso de locura provocado, en parte, por la historia del protagonista, el heredero del coronel del que habla el titulo que ya usaron en Francia y en Italia.

3.Háblenme un poco del protagonista, Elvio Guastavino.
Carlos: Hijo de un monstruo, un torturador de la dictadura que se ejercitaba en casa con muñecas para hacer mejor su tarea, decidió olvidar, o mejor, justificar los actos miserables de su padre. Es un tipo gris, empleado de un ministerio que se insinúa tiene que ver con la casta militar, junta dinero para comprar una muñeca costosa. En su imaginación, esa muñeca está viva, pero ni siquiera sirve para hacerlo feliz: lo engaña, lo critica, lo menosprecia. Es decir, Guastavino no puede tener paz ni en sus sueños y su locura va agigantándose, siempre dentro de su pequeñez y mezquindad humanas.

4.¿Es Elvio una víctima más de la locura militar o de verdad es un verdugo? ¿Y la madre?
Lucas: Yo creo que Elvio no es ninguna víctima, sino el resultado de esa moral cristiano-reaccionaria que imperó en la sociedad argentina durante mucho tiempo. Lo que choca un poco es que el lector se ve obligadoa vivir sus locuras, las cuales son tan retorcidas que causan gracia y espanto a la vez. Para mí, el contexto post dictadura no es un tema tan importante en la historieta sino la asqueante locura en la que se hunde el personaje.
Carlos: La madre, igual que Elvio, ha silenciado cosas muy horrendas de aquel pasado. Sus propios actos de entonces Elvio los conoce cuando ya ella ha muerto (una muerte provocada por él mismo, después de todo).

5.¿Por qué retratar a la chica que quiere vengarse? ¿Qué representa ella?
Carlos: Me pareció que necesitaba un personaje que hablara desde la vereda opuesta a la de Guastavino, sus padres y tanto militar aún que sigue reinvindicando el terrorismo de estado, la tortura, la muerte. Elvio la recuerda distorsionadamente, se ha inventado una realidad para encajarla en ella.

6.¿Qué recuerdos personales de la dictadura tiene? Carlos, usted trabajaba en “Satiricón”, revista prohibida por los militares. Más allá del férreo control de la sociedad, cuéntame episodios de lo cotidiano que son importantes para entender su obra.
Carlos: Lentamente, desde finales del gobierno democrático que fue suprimido por los militares, empezamos a hablar menos de política en los sitios donde trabajábamos. Yo, que había participado de Satiricón, Mengano y otros experimentos humorísticos muy apegados a la realidad, debí refugiarme, para vivir, en agencias de publicidad. Era extraño: no hablábamos de política con los compañeros, nos íbamos enterando de amigos que desaparecían, la prensa hacía silencio o era cómplice de esa organización armada que había tomado el gobierno para aniquilar a tantos argentinos. Ahora, justamente, estoy empezando a desarrollar algunas historias de esos años, sin heroísmo, con miedo, con un protagonista, Juan, que vive su vida pequeña en esos años siniestros. Supongo que terminarán configurando un libro de cuentos breves sobre la vida en esa época. Que no fue muy larga, porque en 1978, con la revista Humor empezó un renacimiento de una suerte de humor de resistencia de la que participé bastante. Tenemos suerte: las historietas y el humor, en períodos así, pueden metaforizar sobre la realidad y no están obligados a contar exactamente lo que sucede, como los demás medios periodísticos. Y las metáforas los lectores se habitúan a encontrarlas aunque no estén allí. Algo así como una válvula para que la presión no se haga insoportable, supongo.

7.El lector entiende que, además de un trauma general de la sociedad,
los verdugos han dejado traumas en sus propias familias. ¿Cómo la sociedad y
las autoridades argentinas deberían tratar el tema de la memoria?
Carlos: en estos tiempos actuales, la Argentina está llevando finalmente adelante los juicios a los genocidas, está intentando recuperar hijos de desaparecidos para que sepan quienes son. Creo que después de años de confusión y de silenciamientos, la justicia está actuando. Y en ese contexto, las Abuelas de Plaza de Mayo, empeñadas en recuperar a sus nietos con denuedo, se merecerían ganar el Premio Nobel por su tarea ciclópea: encontrar esos desaparecidos que están vivos y no saben que son quienes son.

8.Una pregunta técnica para Lucas: Su dibujo es muy limpio, muy de cómic, hasta que se trate de retratar al Elvio loco, delirando. El dibujo es más sucio, casi como Crumb. ¿Por qué haber usado esta violencia? Por otra parte, ¿cuáles son sus influencias?
Lucas: Más allá de mis incapacidades para mantener una coherencia estilística, creo que la mugre va cubriendo la historia a medida que avanza la locura de Guastavino. No creo que un estilo más realista hubiese sido efectivo para contar esta historia, así que me moví por los parámetros del cartoon grotesco y la línea clara. Como apasionado del lenguaje de la historieta, mis influencias son infinitas. Creo que son un licuado de la escuela franco-belga de Bruselas, con la línea clara hergiana, con el comic
independiente norteamericano.

9.¿Considera que este libro participa en una labor de memoria necesaria?
Lucas: Nunca tuvimos ese objetivo en mente. En la Argentina, sacando los medios de derecha donde el libro ni siquiera salió nombrado, hemos sido criticados por no usar una mirada más testimonial de la dictadura. Yo creo que el tema "dictadura" se pierde entre los vericuetos retorcidos del guión y no es donde va la historia.
Carlos: uno, lo que quiere siempre, es contar una buena historia. El padre de Elvio podría haber sido un católico recalcitrante, con algunas desviaciones peligrosas. Pero, es cierto, un militar vinculado con la dictadura, subrayaba muchas cosas con tantísima mayor intensidad.

10.¿Qué opina de los juicios contra Videla que están empezando? ¿Por fin se hace justicia?
Lucas: Por mí no hay nada más satisfactorio que ver el avance de los derechos humanos que hace el actual gobierno. Nunca antes otro gobierno argentino había marcado un rumbo parecido. Si bien aun quedan asesinos sueltos y nietos por recuperar, hoy el debate en la sociedad se da en la participación civil en la monstruosa represión y sobre todo en la participación de los medios de comunicación dominantes, que son los principales reaccionarios a este modelo novedoso que propone el gobierno.

11.¿Qué opina de la “labor de memoria” de España?
Carlos: Es encomiable que se trate de avanzar en eso. Visto desde lejos y, seguramente, sin todos los elementos de juicio necesarios, luego del tan sonado episodio del Juez Garzón, se les ve presas de retrocesos. Pero me parece que la olla de los asesinatos desde el poder, de la prepotencia de quienes se sintieron dueños de vidas y de muertes, se ha destapado. No creo que España resista mucho más tiempo sin abrir causas a dictadores, colaboracionistas y desaparecedores de la dictadura que padecieron por tantos años y hace ya tantos años...

12.Comentario personal.
Carlos: Nuestro libro nos gusta. Los dibujos de Lucas, aunque él trata de poner distancia con ciertas atrocidades más que yo, tiene un desgarramiento descomunal. Ese personaje está vivo, su relato gráfico lo agiganta, lo hace posible porque lo distancia un poco de la realidad más fotográfica de otros dibujantes con los que suelo trabajar. Lucas me llamaba, recuerdo, cuando iba recibiendo tramos de guión y me decía: - ¿No podemos tener un poco de piedad? Y yo le decía que con semejante enfermo hijo de puta no, no se podía. Pero no era fácil, creo que el grotesco ayudó a poder llevarlo adelante.

miércoles, 25 de julio de 2012

LA POLEMICA GUASTAVINO, por Andrés Accorsi

Cuando los tiempos oscuros quedaron atrás y ya no hizo falta recurrir a la metáfora para hablar de ciertas atrocidades de nuestra historia reciente, Carlos Trillo fue muy explícito. Principalmente en El Síndrome Guastavino, realizada junto a Lucas Varela, que se convirtió en una de sus pocas obras realmente polémicas.
Cuando todavía no se había editado ni una sóla página de la historieta, Trillo le escribía a Varela un mail titulado “Guastavino me da asco!”, en el que decía: “La abyección de nuestro hèroe es repulsiva. Cada vez me gusta más, aunque me provoca pesadillas espantosas”. Los autores sabían perfectamente que con esa historieta se estaban metiendo en un terreno pantanoso, en el que más de una sensibilidad podía resultar herida.
Cuando la historieta empezó a serializarse en Fierro (después de varias idas y vueltas, porque el contenido “asustaba” en cierto modo a los artífices de la revista), fueron los lectores los que reaccionaron ante la forma en que Trillo y Varela retrataban ciertos arquetipos. Al guionista esto lo irritaba bastante, y le escribía al dibujante:
“Judíos, gallegos, tímidos, gays, drogones, rubias taradas, todo puede ser discriminativo según la political correctness, digo.
Un gallego bruto como el papá de Manolito es gracioso.
Un judío con gorrito y trenzas es un atentado antisemita.
No lo es el personaje de Maus porque el autor es judío, si no lo habrían crucificado.
Los personajes son los que son, una unidad no es una crítica racial, un negro puto no hace que todos los negros sean putos.
En Clarín, me acuerdo, se preocupaban porque en una historieta había un empresario que robaba: a ver si perdían avisadores porque TODOS los empresarios se sentían aludidos.
Ahora, en una historieta, ¿un judío no puede ser un acosador sexual – sería un comentario antisemita -, aunque en Israel hayan tenido hace poco un presidente que tuvo que renunciar porque le tocaba el culo a las chicas?
Hay gente muy boluda, Lucas”.
La historieta siguió jugando siempre al límite, sin renunciar jamás a su incorrección política y a su caricatura deforme y visceral de esa abyección que asqueaba a Trillo. En 2008, cuando a Fierro le tocó publicar el último tramo de El Síndrome..., Trillo pidió un espacio y, además de la historieta, publicó este texto:

UNA MALA IDEA
Nos dijeron muchas cosas sobre Guastavino.
Antes de aparecer en esta revista, que era demasiado fuerte para ser publicado.
Durante los meses que duró su desarrollo en estas páginas, que tenemos la cabeza podrida, que Lucas Varela nunca volverá a ser el mismo después de dibujar esta historieta, que por qué no aprendemos de las sublimes sutilezas de Minaverry, que “quedé tan enganchado a esta cosa enferma que están haciendo que voy a tener que comprar la próxima Fierro, yo que había decidido decirle al diarero que no me la traiga más”. El mismo Varela me llamó un día para pedirme que tuviéramos un poco de piedad, por favor.
Uno aprendió que los hechos no son dramáticos en sí mismos. El drama requiere la participación del que lo mira. Ver el elemento dramático (cómico, farsesco, divertido, trágico) de un acontecimiento significa tanto percibir los elementos en conflicto como reaccionar emocionalmente ante ellos.
Uno aprendió, también, que en este país pasaron cosas muy feas. Y que esquirlas de la peor locura han ido quedando en demasiadas cabezas compatriotas.
Y, entre tantos aprendizajes, hemos absorbido este enunciado irrenunciable: todos los relatos terminan.
Y eso pasa hoy con esta historia de Guastavino, el tipo que aspiraba a un cielo con represores con alitas que sacan dulces melodías de sus picanas y con muñecas que solo piensan en el amor.
No te vamos a extrañar una mierda, Guastavino.

Al año siguiente, la historieta se recopiló en libro y –para sorpresa de los propios Trillo y Varela- no generó ningún rechazo dentro de la editorial (Random House/ Sudamericana) ni ninguna reacción airada entre los lectores. Mañana, una entrevista en la que los propios autores hablan de este tema.

martes, 24 de julio de 2012

LA BELLA DURMIENTE, por Trillo y Breccia

Una nueva historieta corta de Carlos Trillo y Alberto Breccia, esta realizada en 1980, publicada en el nº 4 de SuperHum®, de Enero/Febrero de 1981, y nunca reeditada en Argentina.
Acá Trillo vuelve sobre el tópico del cadáver criogenado de Walt Disney que -como notaron varios de nuestros lectores- se repite varias veces en la obra del guionista.
En la última viñeta aparece Marco Mono, dibujado por Enrique Breccia.
Y a lo largo de las tres páginas, Alberto Breccia nos sorprende con su talento para la caricatura, con esas hilarantes interpretaciones de los rasgos faciales de Trillo y de los suyos propios.


lunes, 23 de julio de 2012

LAS MUCHAS LECTURAS DE UN CLASICO, por Carlos Trillo

El Eternauta comenzó a aparecer, por entregas, en la revista Hora Cero Semanal el 3 de septiembre de 1957, ese año fundacional para el humor y la historieta en la Argentina.
EI peronismo habla sido volteado hacía dos ahos, el gobierno militar de turno tenía funcionando una convención constituyente, y estaba por permitir un muy acotado traspaso de poder a los civiles. La prensa escrita experimentaba nuevos límites después de una década peronista de férrea censura, y empezaban a aparecer periódicos que observaban la realidad con prismas diferentes.
En ese contexto efervescente, el humor y la historieta, dos géneros gráficos muy populares, inauguraron también nuevas tematicas. Varias revistas se disputaban desde hacía años el mercado masivo. El humor conservador de Patoruzú competía con el más actualizado de Rico Tipo. Las clásicas historietas de Patoruzito le hacían frente a las aventuras menos acartonadas de Misterix.
Los territorios estaban parcelados con precisión: las revistas de humor se ocupaban de la observación risueña sobre la cotidianeidad, y las de historietas nos lanzaban a aventuras en tierras y tiempos lejanos.
En 1957 aparecieron dos nuevas editoriales "de autor": Nopra, de Landrú, y Editorial Frontera, de Héctor Germán Oesterheld. Tía Vicenta, guiada por Landrú, se alejó de la observación de hábitos urbanos para meterse de lleno en la ironía política. Y Hora Cero y Frontera, manejadas por Oesterheld, humanizaron definitivamente a los personajes de historieta... No es casual que los dos lanzamientos se hayan hecho prácticamente el mismo día. Tampoco, que ambos experimentos, con dos creadores de enorme originalidad al frente, hayan hecho tambalear a las publicaciones existentes.
Editorial Frontera comenzó lanzando revistas mensuales en un mundo de semanarios. Decidió publicar historias breves y contundentes en vez de interminables folletines por entregas. Y cuando afianzó esa propliesta, se atrevió también a dar batalla en el terreno del "continuará".
Hora Cero Semanal fue una revista pobre, con tapa a dos colores (una ilustración en blanco y negro con manchas rojas, azules o amarillas que destacaban algún detalle. Costaba un peso con 50 centavos, la mitad que Hora Cero Mensual y la cuarta parte que su casi contemporánea Hora Cero Extra. Era apaisada, tenía solamente dieciséis páginas y aparecía los miércoles. De las tres historias que publicó en sus primeros números, dos apelaban a personajes conocidos: Ernie Pike, el corresponsal americano en la Europa de la Segunda Guerra, y Randall the Killer, un western clásico y preciso.
La tercera ración semanal fue El Eternauta, de cara a una Buenos Aires que conocíamos y donde se desarrollaba una catástrofe que el cine y la historieta, hasta entonces, habían ambientado en geografías más "prestigiosas", como Londres o Nueva York.
Los sorprendidos lectores caminábamos todos los días por esas calles donde caía la nevada fatal. La General Paz, la cancha de River, el Congreso Nacional eran importantes lugares del relato. Un poco tapadas por la tragedia, se leían las pintadas que decían "Vote Frondizi" o el cartel que indicaba que estábamos en la calle Charcas.
Si, como tantas otras historietas, El Eternauta no hubiera vuelto a publicarse, estos elementos, sumados a la riqueza de su aventura, a la precisa pintura de personajes y a un final sorprendente, la habrían hecho inolvidable para quienes la leímos entonces entrega por entrega.
Pero, después de esas ciento cinco semanas que culminaron el miércoles 9 de setiembre de 1959 en siete páginas que nos cortaron el aliento, El Eternauta no cesó.
Primero, fue la misma Editorial Frontera la que repropuso, en 1962, la saga completa en tres volúmenes mensuales con un fulgurante suceso.
En 1969, la revista Gente siempre a la caza de éxitos probados llamó a Oesterheld para escribir una remake en sus páginas. Para esta reescritura, Oesterheld convocó a Alberto Breccia, con quien ya había hecho la monumental Mort Cinder. El experimento fue un fracaso. Breccia había empezado el camino sin retorno de la experimentación gráfica. Y el guionista propuso la relectura desde un pensamiento antiimperialista, afín a los tiempos pero lejos de la línea del semanario de los Vigil y de los hábitos que había inculcado en los consumidores de esa revista, que en aquel entonces se autoproclamaba "fresca" desde su misma tapa.
En 1976, un editor de historietas repropone en los quioscos El Eternauta original en un solo tomo de más de 350 páginas. El éxito vuelve a sorprender. Se repiten las grandes tiradas en muchos formatos: álbum, serie de fascículos en blanco y negro, coleccionables a color.
Entusiasmado por las ventas que no cesan, el editor invita a Oesterheld y a Solano López a hacer una segunda parte para incluir en su mensuario Skorpio. Oesterheld, por entonces militante montonero, produce un guión con poco disimulados llamados a la lucha revolucionaria. El editor lo modifica salvajemente, temeroso de la violencia de los tiempos. Solano dibuja, por fin, este segundo Eternauta, donde el guionista, simple testigo de la primera aventura, se convierte en un narrador en la línea de combate. La historia es por momentos confusa debido a las mutilaciones casi irracionales que el miedo obliga a realizar en su trama y en su letra.
Oesterheld ya no está cuando el escritor italiano Alberto Ongaro guionista de Misterix toma la posta y escribe un tercer Eternauta. Solano López no tiene tiempo de dibujarla, empeñado en otros trabajos. El editor lo convence de que haga las cabezas de los personajes, mientras cuerpos y fondos son realizados por un equipo de anónimos artesanos.
Los lectores no se interesan en este experimento poco atractivo, mientras es el viejo primer Eternauta el que crece, se internacionaliza, ve ediciones en otros idiomas, es la historieta que representa mejor a la Argentina en colecciones de comics internacionales. Es, incluso, el único comic que formó parte de La Biblioteca Arqentina, Serie Clásicos, la colección de literatura naciorial que sacó Clarín en 2000.
Cuando una obra atraviesa el tiempo sin perder vigencia, es porque permite a quienes se acercan a ella una lectura que se adecua a la época que se está viviendo. El Eternauta, en estos 47 años, ha demostrado que participa de esta cualidad necesaria de los clásicos.
Apareció como una revolución en el mundo de la aventura dibujada, incorporando a Buenos Aires a la ciencia ficción. Su modesta version original fue capaz de oscurecer para siempre la orquestadísima remake de Gente, apoyada en la tirada enorme de ese semanario a fines de los '60.
Cuando reapareció, en 1976, la desgracia se había adueñado de nuestras vidas. Oesterheld como tantos argentinos se convirtió en un desaparecido aperias un año después, mientras miles de nuevos lectores se emocionaban con esa nevada fatal y esa peripecia solidaria de un grupo de resistentes.
Ya no era más una conmovedora historia de ciencia ficción, se parecía demasiado a una metáfora de lo que estaba pasando. La más grande historieta argentina regresaba, esquivando censores, para ser leída conio un himno a la libertad, a la necesidad de pelear contra los monstruos, a que la vida es lo más importante que hay sobre la tierra.
La democracia del '83 instaló sucesivas reediciones de El Eternauta en el lugar de la lucha por obtener la libertad. Los mezquinos años del menemismo, en el sitio de la dignidad por la que hay que seguir peleando aunque sepamos que vamos a perder. En fin, cada tiempo de esta vertiginosa Argentina hace de estas páginas una lectura diferente.
Hoy estamos en un momento tibiamente esperanzado: la deuda externa es una carga que parece que nos va a sepultar a todos, los piqueteros hacen su batalia en la General Paz, las manos (o los manos) de las privatizadas se resisten a soltar sus tajadas (fíjese en el diario y agregue lo que corresponda, que seguramente todo sirve).
Porque El Eternauta sigue allí. Aquí.
Demos vuelta esta página y hagamos nuestra lectura del 2004.

(prólogo a la edición argentina de El Eternauta, Clarín, 2004)

domingo, 22 de julio de 2012

RECORDANDO A CARLOS TRILLO

Este sábado 28 de Julio a las 16 hs. tendrá lugar una charla titulada Recordando a Carlos Trillo, en el marco del Tercer Festival de la Historieta, en la Feria del Libro Infantil y Juvenil.
La mesa contará con la coordinación de Laura Vázquez y la participación de los artistas Eduardo Maicas, Gustavo Sala y Pablo Túnica, quienes colaboraron con Trillo en varios de sus trabajos para la revista Genios.
La entrada a la Feria cuesta $ 25. Todas las actividades se realizan en el Centro de Exposiciones de Av. Figueroa Alcorta y Av. Pueyrredón, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 21 de julio de 2012

DOS ENEMIGOS, por Trillo y Salinas

Segunda y última parte de esta historieta realizada por Carlos Trillo junto al maestro José Luis Salinas en 1979 y publicada en 1985, en el nº 110 de Skorpio.



viernes, 20 de julio de 2012

DOS ENEMIGOS, por Trillo y Salinas

Esta es una historieta de 1979 realizada por Carlos Trillo junto al maestro José Luis Salinas. En Argentina se publicó una sóla vez, en el nº 110 de Skorpio, aparecido en Marzo de 1985, pocas semanas después de la muerte del dibujante.
Mañana, la segunda parte.




jueves, 19 de julio de 2012

MARIANO INVISIBLE, por Carlos Trillo


En 2007, cuando Ele se acercaba a su fin, Trillo empezó a pensar en nuevas historietas para la revista Genios. Una de sus ideas era llevar al extremo la idea de “el amigo invisible” y crear una serie protagonizada por un chico que, efectivamente, fuera invisible.
Finalmente, Lucas Varela lo convenció de que sería un concepto difícil de sostener en el tiempo y hasta difícil de entender para los más chiquitos. Trillo rápidamente se puso a trabajar en otras propuestas (la definitiva resultó ser Torni Yo) y Mariano Invisible nunca avanzó más allá de estas tres primeras páginas que hoy compartimos.
Como nunca fueron dibujadas, las ilustramos con un dibujo realizado por Pablo Túnica especialmente para el blog.

MARIANO INVISIBLE/ 1

1.- CAMILA, LA NENA SOLITARIA, VE A LAS OTRAS NENAS JUGANDO. UNA DE ELLAS SERÁ LUCRECIA, LA CABECILLA DE LAS “MALAS” Y SIEMPRE DISCRIMINARÁ A CAMILA. EN ESTE CUADRO, CAMILA SE ACERCA A ELLAS QUE ESTAN MUY ENTRETENIDAS JUGANDO AL RANGO Y MIDA O A LA SOGA.

2.- CAMILA LES PREGUNTA, LAS OTRAS MIRAN NERVIOSAS A LUCRECIA COMO ESPERANDO QUE ESTA LE CONTESTE.
CAMILA: Hola.
CAMILA: ¿Puedo jugar con ustedes?
UNA (SECRETEANDO, CON LINEA DE PUNTOS): Es la rara, Lucre, ¿qué hacemos?

3.- LUCRECIA SALE CORRIENDO INSTANDO A LAS OTRAS A SEGUIRLA. LA LLAMADA UNA HABLA CON CAMILA Y GRITA HACIA LUCRECIA AL MISMO TIEMPO.
LUCRECIA: ¡Se nos hace tarde, chicas! Nos tenemos que ir ya mismo que nos esperan. ¡Vamos, vamos!
UNA: ¡Qué lástima, Camila! ¡Justo nos tenemos que ir!
UNA: ¡¡¡Espérenme, che!!!

4.- SALIERON TODAS CORRIENDO Y DEJARON A CAMILA SOLA, MIRANDOLAS DESOLADA.

5.- CAMILA CAMINA SOLA HACIA UN BANCO.

6.- SE SIENTA TRISTE. HACE UN COMENTARIO.
CAMILA: A veces tengo la sensación de que soy invisible.

7.- JUNTO A ELLA, SOLO UN GLOBO Y UNAS RAYITAS INDICAN QUE ALLI ESTA MARIANO INVISIBLE.
GLOBO DESDE LA NADA: Entonces, ¿qué tendría que decir yo?


MARIANO INVISIBLE/ 2


1.- CAMILA Y EL INVISIBILISIMO MARIANO SENTADOS EN EL BANCO DE PLAZA. ELLA MIRA PERPLEJA EN LA DIRECCIÓN EN QUE LE LLEGA LA VOZ.
GLOBO A LA NADA: ¿Qué pasa que no me hablás? ¿Te quedaste muda?
CAMILA: Es que estoy sorprendida. Como no te veo me parece que no estás.

2.- EL INVISIBLE HABLA. ELLA LO MIRA CURIOSA.
GLOBO A LA NADA: Pero estoy. Te juro que estoy.
GLOBO A LA NADA: Y pensar que sería tan fácil dejar de ser invisible…

3.- HABLAN.
GLOBO A LA NADA: … ¡Sólo me tendría que besar una chica linda.

4.- MUDO. ELLA SE HA PUESTO COLORADA.

5.- EL INVISIBLE PIDE. ELLA ACEPTA Y EMPIEZA A HACER TROMPITA PARA BESAR.
GLOBO A LA NADA: ¿Podríamos probar, por favor?
CAMILA: Bueno

6.- ELLA HA PUESTO LA BOCA HACIA DONDE ESTA EL HACIENDO TROMPITA.
SE ESCUCHA EL BESO QUE EL LE DA.
Chuic.

7.- ELLA DESILUSIONADA VIENDO QUE EL NO APARECE.
CAMILA: Ufa, no pasó nada.
GLOBO A LA NADA: ¿Cómo que no pasó nada?

8.- HABLA EL INVISIBLE. ELLA SE VUELVE A PONER COLORADA, PERO SE VE QUE ALGO LE GUSTA.
GLOBO A LA NADA: Ahora somos novios.

MARIANO INVISIBLE 3

1.- CAMILA LE MUESTRA A MARIANO (QUE NUNCA SE VE) SU CASA, QUE PODRIA SER UNA ESPECIE DE MANSION VIEJA Y DERRUIDA, RODEADA DE ARBOLES RETORCIDOS. EN OTRO PLANO, LEJOS, ESTAN LAS CHICAS DE LA PRIMERA PAGINA MIRANDO.
CAMILA: Yo vivo acá. Mañana, si estás en la plaza, podemos conversar otro rato.

2.- PONE LA CARA PARA RECIBIR UN BESO INVISIBLE EN EL CACHETE. LAS OTRAS CHICAS EMPIEZAN A REIRSE Y A COMENTAR.
CAMILA: Chau.
BESO: Chuic.
LUCRECIA: Miren, chicas, miren a la tarada de Camila…

3.- LUCRECIA SE REGODEA, LAS OTRAS LE FESTEJAN.
AHORA ES CAMILA LA QUE SE VE A LO LEJOS ENTRANDO EN SU CASA.
LUCRECIA: … se hace la que está hablando con alguien.
UNA: ¡Qué tonta!

4.- SE RIEN. LUCRECIA SE ENSAÑA Y SIGUE HABLANDO.
TODAS: ¡Ja ja ja!
UNA: ¡Está cada vez más estúpida!
LUCRECIA: ¡Como ninguna de nosotras le da bolilla se inventó un amigo con su imaginación!

5.- ALGUIEN QUE NO SE VE LE DA UN SONORO BOFETON A LUCRECIA.
SCHIAFF!

6.- TODAS MIRAN SORPRENDIDAS EL CACHETE LLENO DE DEDOS DE LA CARA DE LUCRECIA QUE SE CAYÓ SENTADA EN EL SUELO POR EL IMPACTO DEL BIFE.

7.- UNA TIMIDAMENTE LE HABLA A LUCRECIA QUE ESTA ENOJADISIMA.
UNA: ¡Qué imaginación fuerte tiene Camila!

miércoles, 18 de julio de 2012

LA DOBLE VIDA DE MIRANDA, por Andrés Valenzuela

Hasta cierto punto de la historia, cuánto más le explican a la protagonista lo que está pasando, ella menos entiende. Y menos quiere entender. Por eso Miranda interrumpe mucho a sus interlocutores, los manda a cagar, se escapa y se desarma de miedo. Y el lector está casi indefenso ante sus desplantes, porque es esa mujercita atildada y correcta hasta la exasperación la que lo guía por un thriller psicológico denso pero, en el fondo, sencillo. Porque eso es Sasha despierta, la última obra completa publicada por Carlos Trillo en Argentina antes de su partida. Un thriller psicológico bravo, con un caso severo de doble personalidad y… bueno, y otras cosas más que no se pueden contar sin revelar para dónde va la trama.
Más allá de los detalles morbosos, Sasha despierta es una historia sencilla. Al punto que no se puede revelar mucho de la trama, sin convertir la reseña en una gran sopa fría. Sin embargo, no es una historieta fácil de leer. Cuando Fierro publicó las páginas dibujadas por Lucas Varela, era difícil seguirle el tranco a la historia. Trillo exige mucha atención a los detalles y, claro, en el libro es mucho más fácil volver las hojas atrás que en numerosas revistas. Su edición en libro era imprescindible para quienes se habían quedado con ganas de más Miranda y su alter ego, la estrella del porno-villero Sasha.
¿De qué trata la historia? Miranda Vidal tiene doble personalidad. De día ilustra libros infantiles anodinos. De noche es Sasha. Miranda tiene un hermano y un padre a los que ya no ve (por diferentes motivos, que mejor dejar al lector descubrir) y un mundo ordenadito, que desbarranca cuando un detective chino empieza a seguirla y le revela una trama de porno snuff, violaciones y asesinatos que la involucran.
Esta propuesta está mediada por varios personajes secundarios bien armados. Dos o tres son importantes. Muchos son simple relleno y otros varios casi no aparecen, pero se los menciona mucho. Quizás esto también dificultaba la lectura como publicación periódica. Entre los importantes destacan el detective chino (con su ex novia psicótica), la directora de cine porno que está a un paso del fundido a negro y la psicóloga confabulada.
Trillo resuelve bien cada una de las subtramas que plantea en las primeras 25 o 30 páginas del libro. Pero lo hace dentro de la lógica que propone la novela, que supone aceptar el poderío de la personalidad más “deshinibida” del personaje. Claro, el lector no puede dejar de preguntarse cuántas horas tiene el día de Miranda/Sasha, pero si se acepta que entre una escena y la otra no hay inmediatez, la propuesta se vuelve mucho más sólida.
El dibujo de Varela, por otro lado, es impecable. En la gestualidad de los personajes el dibujante se luce y en ocasiones se va de su estilo “semi-funny” habitual para adentrarse a fondo en el terreno de la caricatura (se atisban algunas referencias al manga). En una crítica anterior de Cuadritos se consignaban algunos problemas con ciertos encuadres. La clave, nuevamente, pasaba por la lectura que exige la historia. Cuando queda claro cómo se están contando las cosas, esos encuadres sí cobran sentido.
Finalmente, hay un buen trabajo de ambiente, aunque como contó en su entrevista con este sitio, el dibujante la tuvo fácil: El bar de encuentro de los personajes es el mismo en el que él se juntaba a trabajar con su compañero. En esta categoría también destaca el coloreado, que es prácticamente monocromático, sobre una gama de rojizos/salmones.

Publicado originalmente en el blog Cuadritos, el 27/03/2012.

martes, 17 de julio de 2012

CARNE FRESCA , por Trillo y Trigo

Esta historieta fue realizada en 1982 por Carlos Trillo y Gustavo Trigo. Se publicó en nuestro idioma una sóla vez, en el nº 50 de la revista española 1984, en Marzo de 1983. En Argentina nunca fue publicada.


lunes, 16 de julio de 2012

TRILLO EN MERIDIANA por Andrés Accorsi

Este es un índice de la obra de Carlos Trillo publicada en la revista Meridiana, de El Globo Editor. Se trata de una publicación efímera (nació y se extinguió durante el segundo semestre de 1996), pero es interesante porque Trillo era uno de los coordinadores y el autor de casi todas las historietas publicadas, que además componen un muestrario interesante del material que el guionista estaba produciendo para Italia a mediados de los ´90.

N°0: 12 páginas de Irish Coffee, con dibujos de Carlos Meglia.
12 páginas de Lecturas Macabras, con dibujos de Eduardo Risso.
14 páginas de Flopi, con dibujos de Ernesto García Seijas.
N°1: 16 páginas de Livevil, con dibujos de Meglia.
4 páginas de Franca Stein, con dibujos de Horacio Domingues.
4 páginas de Flopi, con dibujos de García Seijas.
12 páginas de Lecturas Macabras, con dibujos de Risso.
N°2: 14 páginas de Lecturas Macabras, con dibujos de Risso.
4 páginas de Flopi, co-escritas con Maicas y con dibujos de García Seijas.
4 páginas de Franca Stein, con dibujos de Domingues.
14 páginas de Livevil, con dibujos de Meglia.
N°3: 2 páginas de Clara de Noche, co-escritas con Maicas y con dibujos de Jordi Bernet.
12 páginas de Cybersix, con dibujos de Meglia.
2 páginas de Flopi, co-escritas con Maicas y con dibujos de García Seijas.
4 páginas de Franca Stein, con dibujos de Domingues.
12 páginas de Borderline, con dibujos de Risso.

domingo, 15 de julio de 2012

ASTROVISTA: CARLOS TRILLO

Tercera y última parte de una entrevista originalmente publicada en el número 27 de la revista Brújula, en 1999.

Ast: ¿Por qué se refirió a la historieta como “género menor”?
C.T.: Porque está considerado como un género menor. Es decir, porque es un género que no tiene un soporte propio en su origen. Las hitsorietas, ¿dónde salen por primera vez? En la página de los horóscopos de los diarios. Pensá cómo nacen las historietas: nacen porque la gente lee poco, porque los norteamericanos inventan las rotativas, las que tiran muchísimos diarios por segundo, manda ejemplares a montones, y entonces tienen que ampliar la base de lectores, no le pueden vender un diafio todo lieno de letras, porque los lectores en Estados Unidos, en ese período, a fin de sigio, eran inmigrantes, itatianos, polacos, iriandeses, no sabían leer bien ni escribir bien; entonces ponían muchas figufitas y el diario se hacfa más llevadero para la gente, era más atractivo, era más fácil de leer. Ellos inventaron los titulares grandes, los cuerpos catástrofe, las páginas llenas de dibujos y de fotos, las historietas, que era una forma de simplificar la lectura. 0 sea que el nacimiento del género es un poco bastardo, es sólo porque necesitaban vender más diarios, entonces nunca creció como el cine. Para hacer cine vos necesitás una cámara de cine, un director de cine, un camarógrafo de cine, una sala donde pasen la película; para hacer una historieta necesitás un pedacito de papel en un diario, nada más. No generó una industria de inmediato, sino que fue una cosa subsidiaria. Después, con los años, sí generó una industria.

AsL: ¿Ha cambiado la valoración del género? Había gente, en una época, en que por vergüenza no firmaba sus trabajos, ¿eso continúa?
C.T.: Yo firmé siempre todo. Malo o bueno lo firmé. No sé si ha ido cambiando, por ahí en una época en que la cultura superior y la inferior estaban muy separadas, había una raya entre las novelas importantes y los folletines, el cine y el teatro, la literatura y la historieta. Una cosa es que lo hagas porque necesitás un laburito y otra es que lo hagas porque te gusta. Son dos cosas distintas.

Ast.: ¿Cómo ve el nivel general de los guionistas de la historieta argentina? A Oesterheld ya lo nombró, pero ¿qué pasa con el resto?
C.T.: No sé, no me doy cuenta. Primero, hay muy poco ahora, hace años que no se ven cosas. No leo historietas argentinas desgraciadamente, y cuando las leo lo hago en Francia, o en Estados Unidos. Leemos muy poco historieta argentina. Hay gente que ha trabajado bien, como hay dibujantes que laburan bien, y lo siguen haciendo.

Ast.: La situación de la historieta argentina es crítica. ¿Cuál cree que ha sido el problema, externo o interno, que ha llevado a que prácticamente no exista historieta argentina?
C.T.: El problema -me parece- que es que hay un momento en que la gente no se interesó más por el asunto. Por alguna razón, cuáles, errores nuestros, intentar que las historietas se puedan vender en otros lugares, lo cual te separa al público porque desaparece la temática local. Los editores, que habrán hecho revistas de mierda, hicieron revistas de Columba, esas cosas espantosas que hemos padecido durante tantos años donde, de todos modos, brillaban un par de cositas como notables, pero en general eran revistas malas. Hay más oferta, al haber más oferta tenés más cosas para elegir. Es mejor mirar "Campeones" que leer una revista de Columba, me parece. Entonces ¿para qué vas a compra una revista?.

Ast.: ¿Qué rol jugó la televisión?
C.T.: Yo no creo que juega ningún rol. Está mejor hecha. Yo me acuerdo de un período, después de eso que en los años ´50 daba vergüenza hacer historieta, en los´70 el que hacía historietas despreciaba a Migré. Un tipo no puede despreciar a Migré, él fue un hombre que ha entendido lo que la gente necesitaba, que ha llegado con el corazón y con sus mejores armas a un género como el del teleteatro. Entonces, si decís que el teleteatro es una cagada, estás suponiendo que las historietas que vos hacés para El Tony son maravillosas. No exageremos, tampoco.

Ast: Entonces su explicación al problema es interna a la historieta?
C.T.: Creo que sí. Vos mirá lo que pasa en otros mercados. En España se fue al carajo la historieta; editores irresponsabies, andá a saber qué paso. Ahora, en Francia, no se fue al carajo, tiene un mercado muy particular, sólo se leen libros de historietas, la historieta es un artículo de librería, no de kiosco, el mercado está floreciente, los tipos son cuidadosos, tiene colecciones para chicos, para adolescentes, para adultos, hacen policiales, ciencia-ficción. Organizan el libro y le dan –sea cierto o no- una estatura de producto que pertenece al circuito de la cultura, entonces no te da vergüenza leer revistas de historietas en el subte de París, la gente no las esconde dentro del diario. Ese es el producto francés, cultivado por autores y editores responsables que han trabajado para ese mercado.
Por otro lado tenés el producto italiano, en Italia no hay historietas de librería: son sólo de quiosco; pero hay un editor que ha producido, como si fuera Editofial Columba, una serie de revistas de calidad notable, que siempre estuvieron en contacto con su público, que la gente aprecia y ama, entonces sale una historieta, y vende 500.000 ejemplares. La gente va al quiosco la compra, sale el viernes y vos el sábado a la mafiana, cuando estás tomando café escuchás a la gente que habla de ese episodio. Ese editor, esos autores, supieron establecer un canal adecuado con el público. Entonces tienen cinco o seis productos de enormes ventas, de calidad... por ahí, para uno que no vive en Italia no es de enorme calidad, pero evidenteniente el canal entre el lector y el producto que les estás ofreciendo funciona a la perfección.
En cambio acá se han hecho historietas feas, se han cambiado por la mitad a las revistas, las han achicado, las han engordado. Siempre han sido, todos los que hacían historietas, editores marginales. Nunca un editor ha crecido en la historieta y se ha quedado ahí tratando de cautivar a su público, tratando de regar la plantita todos los días; en general juntaban hojas de historietas, la mitad malas, la mitad buenas.
Después de "Hora Cero", acá hubo un pequeño período de "Skorpio" y las revistas que hizo Cascioli que eran bastante pasables: "Fierro", "SuperHum®", pero también eran propuestas más restringidas, no eran para enorines masas de público. Y Columba algún error debe haber cometido. El error principal de un editor como Columba ha sido premiar la producción y no el talento. Por ejemplo, si vos hacés cinco historietas, cobrás por página mucho más que si hacés una. Con lo cual, si hacés una te sale linda, si hacés cinco te salen una cagada. Hacés cinco para cobrar más. Entonces han bastardeado la calidad de sus autores de arriba para abajo. En las revistas de Columba había que poner mucho texto para que se entendiera lo que estaba dibujado. Poner "le pego un hachazo en la cabeza" cuando la imagen muestra a un tipo que le pega un hachazo en la cabeza es una pelotudez, eso no es una historieta. Seguramente la gente se cansó y se puso a mirar para otro lado. Sumale la crisis, sumale todo lo que vos quieras, pero la revista "Caras" se vende todavía. No es que sea una gran revista, pero se ve que despierta algún tipo de emoción en el lector, andá a saber.

Asl.: ¿Qué opina del manga?
C.T.: Hay cosas que me gustan y cosas que no, pero es un producto muy vivo. Hay tipos notables. Hay uno que se llama Osamu Tezuka, que es buenísimo, escribe bien, hace historias muy fuertes. Hay otros que no me gustan ni me dicen nada. De pronto aparecen cosas muy interesantes; hay uno que se llama "Black and White", buenísimo. Después uno encuentra que todo es igual en el manga, si no lo frecuentás y lo mirds atentamente parece que los japoneses hicieran siempre lo mismo, como el Universo de Disney, que siempre está alrededor de lo mismo. Pero sin embargo, son más variados que eso, me parece que hay mucha variedad temática, interesante.

Asl.:¿Cuáles de sus trabajos considera que le han dado más satisfacciones?
C.T.: Cosas que a mí me gustan a la distancia, no sé. Me gusta uno que hicimos con Mandrafina que se llamó Cosecha Verde. Me gusta una vieja cosa que hicimos con Altuna que se llama El Ultimo Recreo, me gusta Cybersix, me gusta una historieta que hice con Risso, que en Francia se llamó Chicanos, acá no salió prácticamente. Clara de Noche es muy divertida de hacer, además raro, porque los guiones los hacemos a medias con Maicas... un trabajo curioso hacer en equipo el guión de una historieta.

sábado, 14 de julio de 2012

ALGO QUE MIRA, por Trillo y Breccia

Esta breve historieta de apenas cinco páginas fue realizada por Carlos Trillo junto a Enrique Breccia en 1977. Se publicó ese mismo año en el n° 35 de Skorpio, apenas un mes antes del debut de Alvar Mayor. Por lo menos en Argentina, nunca se reeditó, así que esta es la primera vez en 35 años que los fans de la gran dupla tienen la posibilidad de redescubrir la que tal vez haya sido la primera colaboración entre estos dos genios de la historieta mundial.




viernes, 13 de julio de 2012

CYBERSIX Vol.1, por Andrés Accorsi

La verdad que los fans de Carlos Trillo nos podemos quejar, pero no tanto. En general, todos los años se editan en Argentina tres o cuatro libros con trabajos del maestro y, muy de a poco, el que se lo proponga se puede ir armando una muy linda y diversa biblioteca dedicada a nuestro guionista argentino favorito.
Lo que hacía mucho que no sucedía era que durante seis meses no se editara ninguna obra de Trillo, y entre Enero y Junio de este año sucedió. En Julio, en cambio, sucedió algo más raro: se editaron dos obras de Trillo con apenas una semana de diferencia! La semana pasada anunciamos el lanzamiento del tomo final de Yo, Vampiro (a cargo de la editorial Puro Comic) y ahora es hora de anunciar la aparición del primer tomo de Cybersix.
A 20 años de su debut en Italia, por fin se reedita en Argentina la obra más exitosa y ambiciosa de Carlos Trillo y Carlos Meglia. Las editoriales Napoleones Sin Batallas (que editara Irish Coffee y El Libro de Gabriel) y Deux (que editara Simón), unen fuerzas con la comiquería Entelequia para recuperar en libros de 200 páginas todo este material que estaba inédito en el país o era muy difícil de conseguir.
Este primer tomo incluye los 15 primeros episodios de 12 páginas y unas paginitas extra. En total tiene sólo 24 páginas menos que aquellos tres números de Puertitas (33 al 35) en los que se presentara a Cybersix en el mercado argentino allá por 1993. O sea que el segundo tomo ofrecerá no menos de 170 páginas que no se editaron en Puertitas. Algunas corresponderán a los cuatro episodios que aparecieron en el especial “Meridiana Blues” (1995) y otras probablemente no hayan aparecido en ninguna publicación argentina.
Los memoriosos recordarán que aquel n°33 de Puertitas incluía a modo de cierre una historieta de apenas 5 páginas, que funcionaba como una especie de trailer y en la que los autores nos invitaban a recorrer la ciudad de Meridiana. Algunos años más tarde, la editorial El Globo (hogar de Puertitas) editaría la efímera revista Meridiana. En el n°3 de esa publicación apareció este “trailer” de Cybersix, ahora extendido a 12 páginas. En el tomo recopilatorio que hoy nos ocupa, aparece una tercera versión del “trailer”, ahora de 8 páginas, sin la secuencia protagonizada por Lori Cadenas y sin una secuencia de Adrián Seidelman y Lucas Amato. En el tomo también encontramos dos páginas que nunca se habían publicado: una en la que Adrián le escribe una carta a Cybersix y otra en la que Josecito le escribe a su padre, el Dr. Von Reichter.
Más allá de los detalles, lo importante es que está en marcha una edición que propone reencontrarnos con la superheroína/ vampiro/ androide/ transexual de Trillo y Meglia. El primer tomo ya se consigue en las mejores comiquerías por sólo $ 60.

jueves, 12 de julio de 2012

ASTROVISTA: CARLOS TRILLO

Segunda parte de una entrevista originalmente publicada en el número 27 de la revista Brújula, en 1999.

Ast.: ¿Qué elementos debe reunir un buen guión?
C.T.: No sé. ¿Qué elementos debe reunir una buena novela, una buena película, una buena obra de teatro? Es tan difícil eso.... Tiene que ser creíble, por empezar. Te lo tenés que creer aunque pase en Marte. Hay que creer un poco lo que está pasando, si no sonaste; si el lector se queda afuera cagaste.

Ast: Ud. hizo guiones de distintos géneros ¿Cuál le queda más cómodo?
C.T.: Uno trabaja por encargo en este oficio. No es un novelista que se sienta, empieza su novela, la escribe y después un día se la lleva a un editor. Uno empieza por recibir algún tipo de encargo de alguien para hacerlo. Con lo cual el perímetro te lo marcan.

Ast: Pero podría haber alguno en particular que le resultara más fácil.
C.T.: No. Hay cosas que son fáciles, cosas difíciles y las difíciles también son muy placenteras. Hacer historias de costumbres es muy difícil, pero es lindo, es interesante escuchar cómo habla la gente, pensar de qué manera hablan los chicos y los más grandes, de qué manera se mueven, cómo funciona la neurosis de la ciudad, son cosas interesantes para mí. Pero también es divertido hacer una historia de un viaje al futuro. Te vas encontrando con temas que en ese momento son los que más te interesan, si no, no tiene mucha gracia el trabajo. Trabajar sólo por encargo, decir “ahora voy a hacer western”, agarrar una hoja y ponerte a escribir, no te sale. Tenés que comprometerte un poco, tener alguna cosa que decir sobre el asunto.

Ast: Hoy nombraba a “El Loco Chávez”, que era una tira que aparecía todos los días en el diario Clarín. ¿Hay alguna diferencia entre escribir para un medio como Clarín con respecto a una revista de historietas en la que uno sabe que el públio tiene una afinidad especial?
C.T.: La diferencia principal es la repercusión, qué tipo de respuestas recibís. En una revista de historietas vas a recibir respuesta de los que habitualmente leen historietas. De una cosa que sale en un diario por ahí recibís respuesta de un tipo que en la vida lee historietas, que lee esa porque está en el diario que él compra. Eso te amplía la base, no te modifica el trabajo. Uno el trabajo lo hace antes que el lector lo lea; por otro lado cuando yo laburo me cago en el lector. Yo quiero que la cosa me guste a mí, después si le gusta al que está del otro lado del papel, fenómeno, y si no paciencia. Si yo estoy conforme para mí está bien.

Ast: ¿Cuál es su relación con el cine y la televisión?
C.T.: Yo no tengo nada que ver, prácticamente. En el caso de "Las Puertitas del Sr. López", colaboré porque el director era muy amigo mío.

Ast: "El Loco Chávez” también...
C.T.: Sí, ahí cedimos los derechos a una productora que hizo una cagada.

Ast: Bueno, ¿pero cómo fue la experiencia?
C.T.: En el que participamos fue muy divertido. El resultado fue el que fue, la película a mí me gustaba pero por ahí porque yo tenía algo que ver. Fue una película bastante afortunada "Las Puertitas del Sr. López", anduvo muy bien de público, ganó premios internacionales, funcionó bien, incluso en Francia y en Italia fue muy elogiada. Ahí se presentó con nombres rarísimos, porque el que distribuía la película no conocía la historieta, con lo cual le puso cualquier título y nadie asociaba eso con una historieta, excepto los muy locos, muy fanáticos, que se dieron cuenta. Fue una linda experiencia.
Después se hizo Cybersix en televisión y era una cagada. Había una cosa que decía Raymond Chandler, creo que era él, cuando le decían"¿Ud. qué piensa de la película?". Y el decía: "Yo de la película no pienso nada, mi libro es ese que está en el estante, y la película es una cosa que hizo aiguien con quien yo no tengo nada que ver, yo vendí los derechos porque me sirve para comer centolla". Es eso. Vendés los derechos porque vas a cobrar algo, no porque te involucres en el proyecto.
Por ahí hay cosas en las que uno se involucra más. Por ejemplo, ahora va a salir el dibujo animado de Cybersix. Los tipos han tomado las ideas nuestras, Meglia ha dibujado los personajes. En esa estamos un poco más cerca que en el Cybersix que hicieron en Canal Once. Eso va a salir bien, seguramente, bastante lindo, no va a ser un papelón. El otro era un papelón, pero no un papelón nuestro, un papelón de ellos. Si te compran una novela y hacen una mala película, y bueno... Si Coppola agarra "El Padrino", hace “El Padrino", un peliculón. Ahora si en vez de Coppola lo agarra un tipo que hace cine de mierda, y hará una pelfcula de mierda y nadie recordará nunca la novela. Esas relaciones son en general conflictivas y hay que separar bien las áreas: un señor escribió la novela, otro señor hizo la película. De la novela, en la película hay muy poco. No te atraen por las mismas cosas las películas que las novelas, o las historietas que las películas.

Ast: ¿Qué hay que hacer para ser guionista?
C.T.: Hay que saber escribir, hay que leer. Te tiene que gustar leer, ser curioso, interesarte la ficción. Si no, estás frito. Hay por ahí una cosa con relación a los guiones de historieta que se está terminando, que es el que hace guiones porque no sabe escribir. Eso es grave. Es decir que quiere expresar algo y como no le sale escribirlo en un buen castellano hace guiones, y son malos en general. Tenés que saber trasmitir las cosas, ya sea en guiones, en novelas, en teatro o en lo que sea. Es importante dialogar bien, mover bien los personajes. Hay un montón de elementos por los que la historieta, como généro menor, ha dado durante muchos años la impresión de que cualquiera puede hacerla. Uno ha visto acá revistas de historietas horribles, por falta de calidad en guionistas y dibujantes. (El domingo, la tercera parte)

miércoles, 11 de julio de 2012

ASTROVISTA: CARLOS TRILLO

Primera parte de una entrevista originalmente publicada en el número 27 de la revista Brújula, en 1999.

Ast: ¿Cómo comienza en la profesión?¿Cuándo se encuentra con la historieta?
C.T.: Yo trabajaba en agencias de publicidad, hacia comerciales de televisión y escribía cosas de ese tipo, luego entré a trabajar a Satiricón, una revista que salió en 1972, de enorme suceso en esa época. Comencé a trabajar en la redacción, en parte para escribir para la revista y en parte para manejar el tema de la publicidad y la promoción. Todos trabajábamos de a dos: estaban Guinzburg y Abrevaya, Ulanovsky y Mactas, y también hacíamos un dúo, escribiendo notas de actualidad y de costumbres, Alejandro Dolina y yo. Ahí empecé, era el que en la redacción sabía escribir guiones, porque los había hecho para cine y cine publicitario, entonces me puse a hacer guiones humoristicos, para que los dibujara Pérez D'Elias o Lito Fernández, alguno dibujó Oswal, y no me acuerdo ahora si dibujó alguno Horacio Altuna. A cuento de que sabía hacerlo y me gustaba la historieta. Aparte había leído siempre.

Ast: Había aprendido a hacer guiones por el trabajo publicitario...
C.T El trabajo de la publicidad te obliga a aprender algunas cosas como contarle al director lo que tiene que pasar en una película, y de eso a contarle a un dibujante lo que tiene que dibujar, es más o menos lo mismo.

Ast.: ¿Cuándo empieza a trabajar profesionalmente y de lleno como guionista de historietas?
C.T.: Me gustaron siempre las historietas. Yo había escrito sobre historietas, en una serie de tres libros que publicó el Centro Editor, que tenía enormes ventas en aquel entonces, tenía llegada a los kioscos, hacía libros de divulgación muy económicos. Había hecho tres libros en colaboración con Alberto Bróccoli, un dibujante humorístico que falleció hace unos años. Habíamos hecho uno sobre las historietas, uno sobre humor gráfico y otro sobre el humor escrito, de una colección que se llama “La Historia Popular”. Sobre historietas había escrito incluso en Satiricón.
Después resultó que sabía hacerlas, y me pidió un guión Alberto Breccia, a quien conocí en Satiricón. En ese interín me fui a otra revista que se llamaba Mengano y allí escribí una historieta que el primer episodio, que dibujo Breccia, se llamaba "Un tal Daneri". En Mengano salió una sola de la serie porque Alberto Breccia cobraba muy caro y no podían pagárselo, pero la seguimos porque él enganchó a un editor internacional que se la quería publicar. Simultáneament e, por los humoristas que trabajaban en Mengano, que eran Caloi, Bróccoli, Viuti y unos cuantos más, me
dijeron que el Clarín buscaba una historieta, conocí a Altuna e hicimos "El Loco Chávez". De ahí ya empecé a trabajar casi profesionalmente en esto.

Ast.: En el año 1979 gana un premio muy importante, el Yellow Kid. ¿Le cambia en algo su situación?
C.T.: No, en absoluto. Me enteré seis meses después porque me mandó un telegrama de Italia un amigo, ni siquiera los organizadores me conocían. Un jurado me premió por cosas que estaban saliendo en Italia. En ese entonces salían algunas historietas que yo hacía con Scutti para Skorpio, tipo Alvar Mayor, El Pequeño Rey, que dibujaba García Seijas, alguna cosa de Mandrafina, tal vez, la verdad que no me acuerdo, y de Alberto Breccia. Con él hicimos, no me acuerdo exactamente en qué año, una versión apócrifa de las fábulas famosas. Yo seguí haciendo mi trabajo igual.

Ast.: ¿Aumentaron las ofertas de trabajo?
C.T.: En ese momento no. Al año siguiente viajé a Lucca, donde gané el premio. Una vez que me encontraron, me invitaron y me dieron el premio un año después, y ahí me contacté con editores. Había un italiano que había estado mucho en la Argentina, que sacó en aquel período una revista en Italia que se llamaba L´Etemauta y publiqué mucho en ella, cosas que salían en la revista SuperHum®, que sacaba La Urraca. Estaba haciendo “Las Puertitas del Sr. López" en Hum®, con Altuna, también en Superhum® hice una historieta con Mandrafina, una serie de historias mudas y más cosas que no me acuerdo ahora. Con todo ese material que de alguna manera nos compraban en Buenos Aires empezamos a publicar en Italia con más regularidad. Después siguió la cosa, me pude meter en el mercado francés, entrar un poco en libros y revistas francesas.

Ast: ¿Qué fue la revista Puertitas?
C.T.: Como había desaparecido la posibilidad de vender material acá, y teníamos cosas que estábamos haciendo para editores franceses, italianos o españoles, decidimos sacarla sólo para que la vieran los amigos. Nos fue muy mal con Puertitas, terminó a la par, no era un revista que diera pérdida hasta el final, entonces la cerramos porque no estábamos en condiciones de perder dinero. Yo era el director, pero en realidad juntaba el material y hacía ese tipo de cosas.

Ast: Usted trabajó con dibujantes muy importantes. Cuando hace un guión, ¿tiene en mente al dibujante que lo va a ilustrar?
C.T.: Sí, siempre uno sabe con quién trabaja. Es un ida y vuelta. Si vos hacés un guión y lo mandás, de alguna manera el dibujo, a su vez, te inspira cosas nuevas. Por ejemplo, ves un personaje y decís “qué lindo, yo lo pensaba por dos números pero lo voy a hacer durar más porque me gusta!”. Tiene que ver el dibujante, tiene que ver el tema; hacer un western con Juan Giménez no tiene mucho gollete, no porque lo vaya a hacer mal, sino porque sería un desperdicio ponerte con un dibujante fantástico a hacer una historia realista.

Ast: ¿Hay algún dibujante con el que se haya sentido especialmente cómodo para trabajar?
C.T.: Hay varios con los que yo disfruto trabajando. Con Mandrafina siempre salen las cosas muy bien, con Bernet salen muy bien, con Meglia, con Risso salen cosas buenas, cosas en las que te reconocés. Por ahí hay dibujantes que son buenos y están más lejos, en su propio mundo, con lo cual ellos están en un mundo y vos en otro, entonces no hay tanta interrelación aunque algunos son notables.

Ast.: ¿Hay algún guionista que haya ejercido especial influencia sobre usted?
C.T.: En Italia una vez me preguntaron, y me sorprendió mucho, si me daba cuenta de la influencia que tenía el que hacía los guiones del Pato Donald en la década del cincuenta, hacía los guiones y los dibujaba. Era una maravilla ese tipo, tenía una locura...
Por ahí Oesterheld, uno ha crecido leyendo sus historietas, El Etemauta, El Sargento Kirk, Sherlock Time, cosas memorables para nosotros, afectivamente, aparte de su calidad, cosas que te entran porque te hacen sentir.

Ast: ¿Qué guionistas cree que dejaron una marca importante dentro de la historia de la historieta argentina?
C.T.: Oesterheld, no creo que haya otro, sin duda.

Ast.: La historieta se compone de dos partes: el guión y el dibujo, ¿qué peso le asigna a cada uno de ellas?
C.T.: Si las dos cosas están bien, va a salir bien. Me parece que tiene que estar bien hecho el dibujo, bien hecho el guión y además haber algún lugar en donde los dos que configuran la cosa se entiendan bien y estén de acuerdo en lo que están haciendo.

AsL: ¿Entonces en una historieta buena tienen un peso equiparable?
C.T.: Supongo que sí. Nunca me puse a pensarlo, pero creo que sí. Si la historia le llega a la gente, la conmueve. Hay un editor italiano con el que yo suelo hacer algunas cosas, que dice que en una buena historieta se ríe, se llora, se coge y se muere, entonces está todo bien. Si pasan esas cosas que pasan en la vida, está todo bien. (Mañana, la segunda parte)