martes, 24 de enero de 2012

ENTREVISTA, por Leandro Paolini

Me recibí de Licenciado en Comunicación Social en Noviembre de 2008. Ya en 2009 comencé a re escribir mi tesis de grado: “Bajo Radar: La Historieta argentina de aventuras durante el Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983)”, con el objetivo de publicarla como un libro. Fue en este contexto que me acerqué de manera tímida ante la leyenda que es Carlos Trillo y me encontré con un hombre amable, y de buen humor, que generosamente me dio su número de teléfono y dirección de email para que lo entreviste. El libro todavía está siendo re escrito y aún no se publicó, pero su entrevista ahora sale a la luz. La contestó originalmente via email el 22 de febrero de 2009:

LP -¿Cómo era hacer comics durante la dictadura militar?
CT – En todo caso era más fácil que hacer teatro o cine, porque los censores no se daban cuenta de que debajo de los “esos dibujitos” se podían esconder críticas y objeciones.

LP -¿Ayudaba a crear la atmósfera política de los ´70?

CT - Ayudaba, como me señaló una vez, a principios de los ´80 un prestigioso crítico italiano llamado Oreste del Buono, porque nos obligaba a usar un lenguaje más metafórico. Y porque los lectores estaban atentos a los dobles sentidos, a lo que se quería decir en realidad con lo que estaba escrito y dibujado.
Tanto era el entrenamiento en buscar dobles sentidos que con El Loco Chávez, la historieta que yo escribía para Clarín y dibujaba Altuna, vivimos un episodio singular: al estallar la guerra de las Malvinas, el dibujante se había ido del país y teníamos tres meses adelantada la historia. Obviamente no sabíamos nada sobre la posibilidad de una guerra antes de desayunarnos con la noticia en la mañana del 2 de abril del ´82. Y sin embargo, los lectores escribían cosas delirantes (a nuestro entender) sobre lo que estábamos insinuando a cuento de esa guerra ridícula y megalómana lanzada por sujetos borrachos de poder y de otras cosas.

LP -¿Había auto-censura por parte de artistas o editores?
CT -Los editores tenían mucho cuidado con lo que publicaban. Yo, por esos años escribía El Loco Chávez para Clarín y muchas veces nos avisaban que ciertos temas no se podían tocar. En las revistas de Ediciones de la Urraca, como la revista Humor, eran un poco más kamikazes, siempre intentaban buscar un límite tensando algo más la cuerda.

LP -¿Cuáles eran sus influencias artísticas de la época?
CT -Yo siempre fui lector de historietas, entre otras lecturas. Y seguramente como todos los que escribíamos historietas en aquellos años, estábamos influidos por la renovadora presencia de Oesterheld, tal vez el único desaparecido de nuestra actividad (aunque no tanto por su labor como autor sino por su militancia montonera, ya que su historieta más explícita contra los militares, la segunda parte de El Eternauta fue casi reescrita por los correctores de su editorial antes de publicarla).

LP -¿Qué influencia artística –fuera de los comics – tiene?
CT -Yo tengo gustos, curiosidades, soy muy lector de ficciones, muy asiduo espectador de teatro. Supongo que lecturas y vida confluyen en lo que uno hace. Puedo decirles qué autores amo, por ejemplo: Chandler, el primer McEwan, algunos novelistas latinoamericanos de los tiempos del boom, sobre todo García Márquez, Ramón del Valle Inclán, los cuentos de Cheever, los de Borges, y son tantos que voy a parar acá.

LP -¿Qué trabajos recuerda haber realizado y cómo influenció el contexto político de la época?

CT -Si se refiere a trabajos que tengan que ver con la dictadura y una observación sobre su funcionamiento, me parece que una historieta que hacíamos con Saccomanno, Bosquivia, fue la que contó con más realismo que metáfora, la decadencia de aquella dictadura monstruosa.

LP -¿Con quien le gustaba trabajar en esos años?
CT -Mi dibujante argentino favorito de todos los tiempos es Cacho Mandrafina. En aquel tiempo hicimos varias historias breves muy ácidas y también Los Misterios De Ulises Boedo, una suerte de búsqueda marechaliana del ser nacional. Pero me gustó mucho trabajar con Tabaré en Bosquivia, con Altuna en El Loco Chávez y sobre todo En Las Puertitas Del Señor Lopez, con Alberto Breccia en Buscavidas.

LP -La historieta, ¿Es un genero artístico marginal?
CT -La historieta no es un género, como no lo es la novela ni el teatro ni el cine. Hay, sí, géneros dentro de ella, como en las otras manifestaciones de la industria cultural. En la Argentina tuvo un período en el que cosechábamos una gran cantidad de lectores. Pero nunca supimos, como en otros países, despertar interés en la crítica para que se nos considerara como a otros soportes. No me va mucho entrar en una discusión sobre la marginalidad de la historieta. ¿Es el cine marginal? ¿Es marginal la novela? Seguramente una parte de la producción historietística merece ser calificada de estupidez, como pasa con cualquier otro soporte…

LP -¿Cree que la historieta argentina sufrió algún tipo de censura durante el Proceso?
CT -Sí, como toda manifestación cultural. Pero curiosamente El Eternauta, la gran metáfora sobre la destrucción de una sociedad, estaba en todos los quioscos y, leída por nuevos lectores que en la nevada fatal veían otras cosas más próximas y en la desaparición del autor otra atrocidad de los Ellos, se iba convirtiendo en un clásico, una de aquellas obras que dice a cada generación lo que necesita escuchar.

LP -¿Cree que la historieta es un buen medio artístico para hacer críticas a un sistema político?
CT -Descreo bastante de la explicitación de ideas políticas en las obras de ficción. Uno cuenta y allí se meten cosas que uno ha vivido, leído, percibido. Los panfletos de difusión de ideas políticas suelen alejarse de la cosa “artística”, me parece.

LP -¿Qué autores leía en los ´70?
CT -Borges, Cortázar, Chandler, Hammett, Cheever, Graham Greene, García Márquez, Bradbury, Ballard…

LP -¿Qué defectos artísticos puede haber tenido H.G.O?
CT -No sé, creo que fue siempre un gran autor de historietas, un genuino de creador de personajes y de atmósferas. Sus cosas menos interesantes son, para mí, probablemente, las que estaban influidas por su militancia política como esas historietas que publicaba en la revista El Descamisado sobre la historia de Latinoamérica. Pero la historia de uno, a veces, se mezcla con la Historia y qué vas a hacer, ¿no?

LP -¿Cuáles son las características más importantes en una historia para una historieta?
CT -Depende. No es lo mismo una larguísima historia, como la del Eternauta, que una tira diaria, un personaje que se mueve en episodios autoconclusivos de 10 o 12 páginas cada uno o una historia de 46 páginas que tiene que llegar al final en ese metraje. Las primeras necesitan un hilo conductor bastante preciso, grandes momentos intermedios y un final importante. Las tiras diarias con continuará precisan recordar al lector lo que viene pasando, hacer avanzar un poco más la historia y tratar de que el remate enganche al lector para mañana. Una historieta con personaje y finales cada 12 páginas necesita un relato, un aire general, un comportamiento homogéneo de los personajes y una historia breve, como un cuento, que se repetirá el mes que viene con nuevos elementos pero sin traicionar el sentido general de la historia, que puede o no tener un final pensado (y en general no lo tiene). No me atrevo a definir lo que me piden en esta pregunta porque sería una generalización casi imposible.

LP -¿Qué le parecen las adaptaciones de obras literarias a la historieta, y las historietas que son llevadas al cine?
CT -Cada medio tiene sus necesidades y sus reglas. Seguramente si se hiciera la película de El Eternauta sería un film que transcurre hoy y no en los años ´50. Y tendrá que tener en cuenta cosas en las que Oesterheld no pensó: por ejemplo, si ocurre una nevada fatal y mueren todos los que están a la intemperie, ¿cuánto tarda en colapsar la ciudad? ¿En cuanto tiempo se corta la luz? ¿Y el agua, el gas, el teléfono? ¿Cómo escuchan lo que transmite la radio si no tienen electricidad?
Creo que hay mil preguntas que se haría alguien que está produciendo una película que jamás se haría un guionista de historietas…
Yo hice, sobre todo con Alberto Breccia, varias adaptaciones de cuentos famosos. En La Gallina Degollada, basada en el relato de Horacio Quiroga, cambié la manera de contar, incorporé una repetición de frases para acentuar la sangre que brota del cogote de las gallinas con la que circula por el cuerpo de la niña. En fin, ilustrada, simplemente, siguiendo estrictamente los lineamientos del cuento (que era una obra de arte) habría salido una porquería.

LP -¿Se puede vivir en Argentina como artista de historietas?
CT -Es difícil a menos que con tiempo vayas armando una serie de encargos encadenados y no dejes de circular, como autor, en todos los huecos que te permite la profesión. Empezar ahora es mucho más difícil que cuando comencé yo, tiempos en que había muchos editores y de alguna manera te pagaban parte del aprendizaje…

LP -¿Qué trabajos artísticos realizó fuera de la historieta?
CT -Alguna novela policial con seudónimo en los años ´70, algún ensayo sobre la historieta y el humor (tengo tres libros publicados en La Historia Popular del Centro Editor De America Latina en colaboración con Alberto Brócoli y una Historia De La Historieta Argentina en colaboración con Guillermo Saccomanno. Participé en el guión cinematográfico de Las Puertitas Del Señor Lopez, escribí, con Alberto Fischerman, un guión cinematográfico sobre la novela corta Gaspar Ruiz de Joseph Conrad (jamás filmado), prólogos para libros de historietas, algunos relatos humorísticos hace muchísimos años, y poco más. Sobre todo el eje de mi producción ha sido y es la historieta.

LP -¿Cuáles historietas disfruta más leer y en qué está trabajando actualmente?
CT -Me gustan algunas de las nuevas tiras cómicas para diarios de autores norteamericanos, sigo a algunos autores franceses como Joann Sfar, Manu Larcenet, Christophe Blain. Estoy bastante enterado de las novedades en el mercado europeo porque, fundamentalmente, trabajo para él. Actualmente acabamos de publicar la historieta El Sindrome Guastavino, que dibujó Lucas Varela para Fierro, con el título L´Heritage Du Colonel en Francia y estuvimos ternados para algunos premios. Estoy terminando con Pablo Túnica una historia muy larga que se publicará por Gallimard en Francia donde cuento la desgraciada expedición de Don Pedro de Mendoza, que fundó Buenos Aires primera vez y la tuvo que abandonar maltrecho y moribundo. Promediamos el primero de tres libros con Mandrafina de una historia fantástica en la segunda Guerra Mundial, me estoy metiendo, en colaboración con el guionista italiano Roberto dal Prá en el uso de los niños en la revolución industrial en una historia que dibuja Monica Catalano, una italiana también, y se llama Vida De Marian Robinson. Planeo una con Eduardo Risso que tiene como telón de fondo lo que hicieron con el cadáver de Eva Perón los militares a partir de 1955. Preparo lentamente otra historia con Lucas Varela que se llamará Los Lindos. Y sigo haciendo Clara de Noche con Maicas y Bernet, y las historietas de la revista Genios y Jardín de Genios.

LP -¿Le parece que la historieta argentina es la síntesis del comic de aventura/ciencia-ficción estadounidense y la crítica ideológica francesa?
CT -No, me parece que hemos hecho un camino bastante autónomo en temáticas, estilos de dibujo y planteos narrativos.

LP -¿Tuvo algún problema de censura con la publicación de Un Tal Daneri?
CT -No, nunca. Se publicó en la revista Mengano, en 1974, el primer episodio y todos los que siguieron fueron hechas para la revista Linus de Italia. Años más tarde aparecieron en la Argentina. No, nunca tuvimos problemas con esta historieta.

LP -¿Por qué vivir, o intentar vivir, de la historieta?
CT -¿Por qué vivir intentando escribir novelas? ¿Por qué vivir intentando ser un buen carpintero, o un médico? ¿Por qué no?, diría mejor-

2 comentarios:

  1. Buenísima entrevista, muchas cosas a destacar, les hago una pregunta, ¿la historieta que comenta Trillo que planeaba hacer con Risso sobre el cadáver de Evita, alguien sabe si llegaron a hacer algo o que paso con ese proyecto???!!!!!

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  2. Pronto ofreceremos información acerca de eso en nuestra sección de Proyectos Inconclusos.

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