Tal como estaba previsto, hoy es el último día de Soretes Azules. De los 366 días de 2012, subimos contenidos 317 días, lo cual no está nada mal. Y es todo material que queda en la web, para que los interesados en la obra de Carlos Trillo puedan disfrutarlo cuando quieran. Hay mucho más, por supuesto. La obra de Trillo es mucho más vasta de lo que se puede llegar a cubrir en un año de blog, pero bueno, hasta acá llegamos.
No podemos cerrar este espacio sin agradecer, en primer lugar, a la familia de Carlos, que vio con buenos ojos la creación de este blog. Si ellos decían “no”, o “sí, pero”, esto no se podía hacer. En segundo lugar, a los artistas cuyas historietas compartimos. Por supuesto, a los escribas que colaboraron con sus textos, muy especialmente a Juan Carlos Massa (trillólogo de primera línea), Gabriel Zárate y Andrés Valenzuela. También a los invitados ilustres que hicieron su aporte (Risso, Mandrafina, Alcatena, Nine, Calvi, Domingues, Rustemagic, etc.) y obviamente a quienes nos acompañaron y leyeron a lo largo de este año.
Para mí, en lo personal, fue una experiencia sumamente enriquecedora, no sólo por el placer que significa compartir un proyecto con amigos talentosos como Laura Vázquez, Diego Agrimbau, Lucas Varela y Pablo Túnica, sino porque además me permitió adentrarme más en la obra de Trillo y estudiarla desde nuevas ópticas. La posibilidad de leer varios guiones tal como Carlos se los entregaba a los dibujantes, por ejemplo, me parece que nos aportó muchísimo a todos los que seguimos con atención la obra del guionista. Y los que se divierten ensuciándose las manos en busca de revistas viejas en puestos callejeros o antiguas casas de canje, seguramente atesorarán la información detallada y precisa de qué historietas de Trillo aparecen en cada número de revistas legendarias como Skorpio, Fierro, SuperHum® o Puertitas.
Ojalá todo el material que subimos al blog (que, repito, es apenas la punta del iceberg) sirva para que muchos más fans salgan a buscar las obras de Trillo, para que más editores argentinos se animen a publicarlas (este año, lamentablemente, se editaron apenas dos libros de su autoría) y para que los estudiosos de la centenaria historieta argentina tengan a un sólo click de distancia un tapiz bastante ecléctico pero a la vez bastante revelador de lo que fue la carrera profesional de uno de los más grandes guionistas que tuvo nuestro país, y el habla hispana en general.
La historia reciente dice que Carlos Trillo nos dejó en Mayo de 2011. Sus fans y sus amigos sabemos que no es así, que Trillo va a estar con nosotros siempre. Soretes Azules fue la forma que se nos ocurrió de dar testimonio de esa presencia siempre aguda, siempre creativa, siempre magistral. Siempre.
lunes, 31 de diciembre de 2012
domingo, 30 de diciembre de 2012
sábado, 29 de diciembre de 2012
CARLOS TRILLO, TALENTO DE NUNCA ACABAR, por Andrés Accorsi
A fines de 2005, cuando estábamos planificando el tercer especial de Comiqueando que editaría Domus,se nos ocurrió llevar adelante un bizarro experimento cuya génesis podría abreviarse de esta manera:
Yo tenía ganas de publicar material inédito de Carlos Trillo, algo realizado pensando directamente en el público de Comiqueando. Martín Casanova (editor de esa etapa de la revista) quería resucitar de alguna manera la idea de El Comic de Nunca Acabar, aquella mítica sección de la Comiqueando Clásica que terminó por originar el one-shot La Noche del Apocalipsis. Juntamos ambas ideas y se nos ocurrió esta: un comic escrito por Trillo y dibujado por distintos autores.
Lo charlamos con Carlos (y con Lucas Varela, que no podía faltar) y a él le encantó el proyecto. Enseguida decidió la duración: 12 páginas (“más de 12, va a ser una pesadilla”, pronosticó con preclara certeza), estableció que el guión tenía que justificar explicitamente los cambios de dibujante y además confeccionó una lista de unos 18 artistas con los que -por distintos motivos- tenía ganas de colaborar.
Cuando Carlos tuvo listo el guión, aparecieron los personajes... nuevos y clásicos! Ahí estaban Burnsutti y Muñithers (los editores que protagonizan Casting, de los que ya vimos otras aventuras acá en el blog), pero también el Eternauta, Sónoman, Lukas y Nekrodamus! Y además el guión exigía la presencia de tres autores que no estaban en la lista original. De los once elegidos por Trillo, todos aceptaron participar de inmediato, con una sóla excepción, que permanecerá en el anonimato y cuya página fue rápidamente cubierta por otro miembro del Dream Team.
Y después, a esperar que cada uno entregara lo suyo... tarea ardua y traumática, en la que Lucas Varela fue fundamental para ayudarme a coordinar el bolonki. Y finalmente, con Trillo de viaje por Europa, la historieta más multiestelar de la historia del comic argentino estuvo lista para integrarse a ese número de Comiqueando.
Homenaje, parodia, guiño cómplice, pero sobre todo, el inmenso placer de ver a tanto talento reunido en una sóla historieta. Eso es lo que transmite Casting. Eso es lo que hicieron posible el gigantesco Carlos Trillo y estos once gladiadores del dibujo que se sumaron a otro de nuestros engendros mutantes para que ustedes se diviertan un rato.
A Trillo, ni hace falta presentarlo. Es el más grande y punto, se acabó. Los once dibujantes (por orden de aparición) fueron:
Lucas Varela (pags.1 y 12)
Francisco Solano López (pag.2)
Quique Alcatena (pag.3)
Gustavo Sala (pag.4)
Rep (pag.5)
Oswal (pag.6)
Dante Ginevra (pag.7)
César Da Col (pag.8)
Horacio Lalia (pag.9)
Fernando Calvi (pag.10)
Pablo Sapia (pag.11)
Mañana cerramos la sección de historietas de Soretes Azules con 12 páginas mortales.
Yo tenía ganas de publicar material inédito de Carlos Trillo, algo realizado pensando directamente en el público de Comiqueando. Martín Casanova (editor de esa etapa de la revista) quería resucitar de alguna manera la idea de El Comic de Nunca Acabar, aquella mítica sección de la Comiqueando Clásica que terminó por originar el one-shot La Noche del Apocalipsis. Juntamos ambas ideas y se nos ocurrió esta: un comic escrito por Trillo y dibujado por distintos autores.
Lo charlamos con Carlos (y con Lucas Varela, que no podía faltar) y a él le encantó el proyecto. Enseguida decidió la duración: 12 páginas (“más de 12, va a ser una pesadilla”, pronosticó con preclara certeza), estableció que el guión tenía que justificar explicitamente los cambios de dibujante y además confeccionó una lista de unos 18 artistas con los que -por distintos motivos- tenía ganas de colaborar.
Cuando Carlos tuvo listo el guión, aparecieron los personajes... nuevos y clásicos! Ahí estaban Burnsutti y Muñithers (los editores que protagonizan Casting, de los que ya vimos otras aventuras acá en el blog), pero también el Eternauta, Sónoman, Lukas y Nekrodamus! Y además el guión exigía la presencia de tres autores que no estaban en la lista original. De los once elegidos por Trillo, todos aceptaron participar de inmediato, con una sóla excepción, que permanecerá en el anonimato y cuya página fue rápidamente cubierta por otro miembro del Dream Team.
Y después, a esperar que cada uno entregara lo suyo... tarea ardua y traumática, en la que Lucas Varela fue fundamental para ayudarme a coordinar el bolonki. Y finalmente, con Trillo de viaje por Europa, la historieta más multiestelar de la historia del comic argentino estuvo lista para integrarse a ese número de Comiqueando.
Homenaje, parodia, guiño cómplice, pero sobre todo, el inmenso placer de ver a tanto talento reunido en una sóla historieta. Eso es lo que transmite Casting. Eso es lo que hicieron posible el gigantesco Carlos Trillo y estos once gladiadores del dibujo que se sumaron a otro de nuestros engendros mutantes para que ustedes se diviertan un rato.
A Trillo, ni hace falta presentarlo. Es el más grande y punto, se acabó. Los once dibujantes (por orden de aparición) fueron:
Lucas Varela (pags.1 y 12)
Francisco Solano López (pag.2)
Quique Alcatena (pag.3)
Gustavo Sala (pag.4)
Rep (pag.5)
Oswal (pag.6)
Dante Ginevra (pag.7)
César Da Col (pag.8)
Horacio Lalia (pag.9)
Fernando Calvi (pag.10)
Pablo Sapia (pag.11)
Mañana cerramos la sección de historietas de Soretes Azules con 12 páginas mortales.
viernes, 28 de diciembre de 2012
REPORTAJE A CARLOS TRILLO, por Andrés Accorsi
Ya cerca del final, hoy tenemos para compartir la entrevista que me brindó Trillo a principios de 1994, publicada originalmente en el n° 1 de la revista Comiqueando, en Mayo de ese año.
Hombre sereno, simpatico, inteligente y sensible, Carlos Trillo es una de esas personas con las que da gusto sentarse a charlar. En este dialogo, el creador de tantas obras maestras del comic argentino cuenta verdades, opiniones y primicias con la lucidez que lo caracteriza. Un lujo.
AA: ¿Por qué no empieza contándome de qué se trata Cybersix y qué novedades tiene respecto de este personaje?
CT: Cybersix es un personaje que empezamos a producir con Carlos Meglia hace ya tres años, a pedido de la Eura, una editorial italiana. La idea del editor era armar un producto del que se pudiera hacer con una calidad aproximadamente buena, una historieta semanal autoconclusiva de 12 páginas. Empezamos a hacerlo, el personaje se convirtió en un éxito dentro de la revista... la Skorpio italiana... de modo tal que se independizó y comenzó a salir con ese formato italiano tan particular, el de Dylan Dog, Martin Mystére, Tex... en historias mensuales de 96 páginas. Una especie de libro monográfico con una sóla historia larguísima, por lo menos para nosotros, que nunca hacemos historias de 96 páginas. La revista independiente empezó a salir en forma mensual en Diciembre y, simultáneamente, seguimos con la semanal para la Skorpio hasta Julio de este año.
AA: ¿Cómo hace para tener tantas ideas y tantas historias con un sólo personaje?
CT: Todo se puede hacer...y se hace.¿Cómo hacen para hacer Dylan Dog o Tex hace cien años?
AA: Si, pero Tex es una porquería...
CT: Sabés que si les decís eso a los italianos, se ofenden. Para ellos es un gran clásico... es como Superman para los yankis. Ahora, si uno lo agarra en frío, sin ninguna historia personal... para uno es un western malo. Cybersix parece mejor porque es más moderno, no? Si con el tiempo, Dios lo quiera, Cybersix llega a ser como Tex, en duración, en éxito y eso, seguramente dentro de 40 años, un tipo de tu edad que lo mire va a decir "Esto es una cagada". Todo depende del momento, de qué recuerdos te trae. Si uno mira ahora... qué sé yo, las que leía yo de pibe, Hora Cero, Misterix... vistas ahora son de una ingenuidad tal, que si las mira un chico acostumbrado a las mecánicas del comic actual, diría "Mirá las pelotudeces que leían los viejos". Pero para uno, esas cosas eran Gardel. Creo que uno las carga con su propia historia, también.
AA: Mas alla del mercado italiano...¿qué novedades hay para el público argentino, para el que conoció a Cybersix en esos tres números de Puertitas?
CT: Ahora estamos haciendo un número monográfico especial, dividido en tres partes de 32 páginas y lo vamos a sacar acá en un comic-book a color, con todos los chiches, coloreado por computadora por Meglia, muy lindo. Quedó un trabajo muy interesante... y vamos a probar. Para nosotros es un mercado nuevo. En realidad, hacemos todos estos experimentos con el comic en la Argentina porque los materiales ya los tenemos. Yo creo que iniciar una aventura de sacar revistas de historietas basadas en el mercado local hoy por hoy es algo muy arduo. Las tiradas son muy chicas y...
AA: Lo pueden hacer los dos o tres que tienen una muy buena facturación en el exterior...
CT: Mmm, no sé... más que una buena facturación, una cantidad de material propio que ya tengas hecho. Si te tenés que sentar a producir el material y le calculás el costo por página, es muy difícil que puedas hacerlo sólo para una revistita que sale en Buenos Aires y vende 3000 ejemplares. La ecuación venta/ público/ autor/ costos y todo eso no te da nunca. Tenés que trabajar con costos muy bajos y te quedan revistas de una producción muy económica pero feas de ver... qué sé yo, El Tony, no es una revista linda de ver, a mi entender... o te ponés a hacer las cosas bien y no te alcanza el tiempo para parar la olla, no?
AA: Ahora que mencionó a El Tony... últimamente vi muchas cosas suyas en las revistas de Columba... ¿Cómo es eso?
CT: Eso es porque les vendemos por una sóla publicación. Es material que tenemos por ahí, que hemos hecho para editores europeos y que están inéditos, que nunca pudimos publicar en Puertitas porque la revista es muy chica. Además, para lo que es el mercado, nos ofrecieron un precio muy razonable. Lo que yo no le vendería nunca ni a Columba ni a nadie es una cesión de derechos. Eso lo hemos hecho, con triste suerte, con Scutti, que se cansó de vender material al exterior y nunca pagó un mango. Esas cosas son tristes y uno, en definitiva, las hace por necesidad. ¿Tenés hambre? Entre eso y nada, mejor eso. Pero si podés elegir...
AA: ¿Vio el look renovado de las revistas de Columba?
CT: Si.
AA: ¿Qué le parece?
CT: No sé. No me parece nada. No sigo las revistas de Columba. No me parece que hayan cambiado mucho... ¿o si?
AA: Si, cambiaron mucho. Casi demasiado. Tanto que el público, que está acostumbrado a otra cosa, se resiste a los cambios y les ha dado palos en las cartas de lectores con una violencia desmedida.
CT: Y, bueno... es razonable, no? Esto pasa siempre. Cuando sacás una revista, desarrollás una fórmula, que dura un tiempo que cada vez es más corto. Adoptás una fórmula y la seguís. Con el tiempo, mucha gente se aburre y se va. Entonces empezás vendiendo 300.000 ejemplares y un día te encontrás vendiendo 20.000. ¿Qué hacés? ¿Cambiás para conseguir nuevos mercados, en cuyo caso vas a perder a los 20.000 que evidentemente quieren leer eso que les estás dando, o te quedás con los 20.000 que al año siguiente van a ser 19, después 15, después 10 y terminás desapareciendo...? Y, es una disyuntiva muy difícil. Me parece que siempre se acuerdan tarde de hacer esas cosas, de tratar de seducir al lector. Al lector hay que seducirlo todos los meses, si no se desinteresa.
AA: Cambiando de tema... ¿Cómo fue el fin del Negro Blanco? No me cuente el final de la obra, sino la rosca ejecutiva del asunto.
CT: Nos echaron.
AA: ¿Por qué? ¿Salía muy caro hacer El Negro Blanco?
CT: No. Salía mucho más barato que lo que hay ahora.
AA: ¿Y cuál es la lógica, entonces, para cortar una tira relativamente barata y que tenía tanto gancho con el público?
CT: No sé. Eso tiene que ver con la jerarquía del diario. A mí me dijeron que no iba más y pasamos por caja. Así de fácil.
AA: ¿Le gusta la tira de Altuna?
CT: No sé, no la leo. Yo leía Clarín sólo por la tira, así que ahora que no sale más, leo Página/12. No estoy muy enterado.
AA: Parece que ahora que la editorial de Doeyo publica Buscavidas, empieza una serie de revival de sus clásicos ochentescos...
CT: Si, van a publicar también El Husmeante.
AA: ¿Están conversando por alguna otra?
CT: No, pero ahora sale, y espero que llegue a Buenos Aires, un libro de un editor vasco que publica completa Cosecha Verde. Cosecha Verde fue hecha para salir en un libro de 124 páginas, no para salir publicada como lo hicimos en Puertitas, en entregas de 8 páginas durante un año y pico. No tiene gollete. Nadie entendió nada. Creo que nadie la leyó, siquiera. Al ser tan largo, cuesta seguirlo. Y es una historia que no tiene pensados chistes de "continuará". Uno, cuando hace una historieta con continuará, de alguna manera hace que al final de cada capítulo al tipo le caiga una bomba en la cabeza, como diciendo "No te pierdas el próximo número o lo lamentarás durante años!" (risas). Ese viejo truco se sigue haciendo.
AA: ¿Qué otras cosas suyas le gustaría ver recopiladas?
CT: Custer. Cuando hice Custer fue algo muy gracioso porque yo no sé hacer ciencia-ficción. Esa ciencia-ficción a la Alien o Flash Gordon, con cohetes, viajes espacieles y esas cosas, no me salen, no las siento para nada. Y Toutain, en su momento, quería que Bernet y yo hiciéramos juntos una historieta espacial. Al final hicimos Custer, que no tiene nada que ver. Bernet decía "Yo tampoco sé dibujar cohetes". O sea que si le hacíamos caso al editor, íbamos a hacer una porquería. Pero eso de que el editor te diga "Haceme una del Oeste" o "Necesito una con minas, una con tetas", sigue funcionando. Para un autor de historietas es muy difícil elegir qué querés hacer en cada momento. Excepto que estés en una situación privilegiada de Gran Estrella del Comic en algún mercadito de estos, no podés elegir mucho.
AA: Hablando de mercados y mercaditos... ¿Por qué cree que a un trabajo como el suyo le cuesta tanto cuajar en el mercado yanki?
CT: Y... ofrecimos poco y nada. Publicaron un par de cosas... Alvar Mayor, Light & Bold... hemos vendido poco. Yo creo que el norteamericano es un mercado que se autoabastece. Un enorme mercado lleno de artistas personales que trabajan de cara a ese mercado. Tampoco ven películas europeas, allá. De lo que viene de afuera no ven casi nada. Y debe pasar lo mismo con el comic, no?
AA: El manga, por ejemplo, tiene muy buena entrada en EEUU...
CT: Pero los dos son imperios en acción. Los japoneses y los yankis se cagan a autazos y ya que estamos, a historietazos (risas). Se tiran con todo. Son imperios expansivos. Los demás no son imperios expansivos. ¿Qué haces trabajando en Viamonte y Maipú para llegar a la 5ta. Avenida? Es difícil.
Hombre sereno, simpatico, inteligente y sensible, Carlos Trillo es una de esas personas con las que da gusto sentarse a charlar. En este dialogo, el creador de tantas obras maestras del comic argentino cuenta verdades, opiniones y primicias con la lucidez que lo caracteriza. Un lujo.
AA: ¿Por qué no empieza contándome de qué se trata Cybersix y qué novedades tiene respecto de este personaje?
CT: Cybersix es un personaje que empezamos a producir con Carlos Meglia hace ya tres años, a pedido de la Eura, una editorial italiana. La idea del editor era armar un producto del que se pudiera hacer con una calidad aproximadamente buena, una historieta semanal autoconclusiva de 12 páginas. Empezamos a hacerlo, el personaje se convirtió en un éxito dentro de la revista... la Skorpio italiana... de modo tal que se independizó y comenzó a salir con ese formato italiano tan particular, el de Dylan Dog, Martin Mystére, Tex... en historias mensuales de 96 páginas. Una especie de libro monográfico con una sóla historia larguísima, por lo menos para nosotros, que nunca hacemos historias de 96 páginas. La revista independiente empezó a salir en forma mensual en Diciembre y, simultáneamente, seguimos con la semanal para la Skorpio hasta Julio de este año.
AA: ¿Cómo hace para tener tantas ideas y tantas historias con un sólo personaje?
CT: Todo se puede hacer...y se hace.¿Cómo hacen para hacer Dylan Dog o Tex hace cien años?
AA: Si, pero Tex es una porquería...
CT: Sabés que si les decís eso a los italianos, se ofenden. Para ellos es un gran clásico... es como Superman para los yankis. Ahora, si uno lo agarra en frío, sin ninguna historia personal... para uno es un western malo. Cybersix parece mejor porque es más moderno, no? Si con el tiempo, Dios lo quiera, Cybersix llega a ser como Tex, en duración, en éxito y eso, seguramente dentro de 40 años, un tipo de tu edad que lo mire va a decir "Esto es una cagada". Todo depende del momento, de qué recuerdos te trae. Si uno mira ahora... qué sé yo, las que leía yo de pibe, Hora Cero, Misterix... vistas ahora son de una ingenuidad tal, que si las mira un chico acostumbrado a las mecánicas del comic actual, diría "Mirá las pelotudeces que leían los viejos". Pero para uno, esas cosas eran Gardel. Creo que uno las carga con su propia historia, también.
AA: Mas alla del mercado italiano...¿qué novedades hay para el público argentino, para el que conoció a Cybersix en esos tres números de Puertitas?
CT: Ahora estamos haciendo un número monográfico especial, dividido en tres partes de 32 páginas y lo vamos a sacar acá en un comic-book a color, con todos los chiches, coloreado por computadora por Meglia, muy lindo. Quedó un trabajo muy interesante... y vamos a probar. Para nosotros es un mercado nuevo. En realidad, hacemos todos estos experimentos con el comic en la Argentina porque los materiales ya los tenemos. Yo creo que iniciar una aventura de sacar revistas de historietas basadas en el mercado local hoy por hoy es algo muy arduo. Las tiradas son muy chicas y...
AA: Lo pueden hacer los dos o tres que tienen una muy buena facturación en el exterior...
CT: Mmm, no sé... más que una buena facturación, una cantidad de material propio que ya tengas hecho. Si te tenés que sentar a producir el material y le calculás el costo por página, es muy difícil que puedas hacerlo sólo para una revistita que sale en Buenos Aires y vende 3000 ejemplares. La ecuación venta/ público/ autor/ costos y todo eso no te da nunca. Tenés que trabajar con costos muy bajos y te quedan revistas de una producción muy económica pero feas de ver... qué sé yo, El Tony, no es una revista linda de ver, a mi entender... o te ponés a hacer las cosas bien y no te alcanza el tiempo para parar la olla, no?
AA: Ahora que mencionó a El Tony... últimamente vi muchas cosas suyas en las revistas de Columba... ¿Cómo es eso?
CT: Eso es porque les vendemos por una sóla publicación. Es material que tenemos por ahí, que hemos hecho para editores europeos y que están inéditos, que nunca pudimos publicar en Puertitas porque la revista es muy chica. Además, para lo que es el mercado, nos ofrecieron un precio muy razonable. Lo que yo no le vendería nunca ni a Columba ni a nadie es una cesión de derechos. Eso lo hemos hecho, con triste suerte, con Scutti, que se cansó de vender material al exterior y nunca pagó un mango. Esas cosas son tristes y uno, en definitiva, las hace por necesidad. ¿Tenés hambre? Entre eso y nada, mejor eso. Pero si podés elegir...
AA: ¿Vio el look renovado de las revistas de Columba?
CT: Si.
AA: ¿Qué le parece?
CT: No sé. No me parece nada. No sigo las revistas de Columba. No me parece que hayan cambiado mucho... ¿o si?
AA: Si, cambiaron mucho. Casi demasiado. Tanto que el público, que está acostumbrado a otra cosa, se resiste a los cambios y les ha dado palos en las cartas de lectores con una violencia desmedida.
CT: Y, bueno... es razonable, no? Esto pasa siempre. Cuando sacás una revista, desarrollás una fórmula, que dura un tiempo que cada vez es más corto. Adoptás una fórmula y la seguís. Con el tiempo, mucha gente se aburre y se va. Entonces empezás vendiendo 300.000 ejemplares y un día te encontrás vendiendo 20.000. ¿Qué hacés? ¿Cambiás para conseguir nuevos mercados, en cuyo caso vas a perder a los 20.000 que evidentemente quieren leer eso que les estás dando, o te quedás con los 20.000 que al año siguiente van a ser 19, después 15, después 10 y terminás desapareciendo...? Y, es una disyuntiva muy difícil. Me parece que siempre se acuerdan tarde de hacer esas cosas, de tratar de seducir al lector. Al lector hay que seducirlo todos los meses, si no se desinteresa.
AA: Cambiando de tema... ¿Cómo fue el fin del Negro Blanco? No me cuente el final de la obra, sino la rosca ejecutiva del asunto.
CT: Nos echaron.
AA: ¿Por qué? ¿Salía muy caro hacer El Negro Blanco?
CT: No. Salía mucho más barato que lo que hay ahora.
AA: ¿Y cuál es la lógica, entonces, para cortar una tira relativamente barata y que tenía tanto gancho con el público?
CT: No sé. Eso tiene que ver con la jerarquía del diario. A mí me dijeron que no iba más y pasamos por caja. Así de fácil.
AA: ¿Le gusta la tira de Altuna?
CT: No sé, no la leo. Yo leía Clarín sólo por la tira, así que ahora que no sale más, leo Página/12. No estoy muy enterado.
AA: Parece que ahora que la editorial de Doeyo publica Buscavidas, empieza una serie de revival de sus clásicos ochentescos...
CT: Si, van a publicar también El Husmeante.
AA: ¿Están conversando por alguna otra?
CT: No, pero ahora sale, y espero que llegue a Buenos Aires, un libro de un editor vasco que publica completa Cosecha Verde. Cosecha Verde fue hecha para salir en un libro de 124 páginas, no para salir publicada como lo hicimos en Puertitas, en entregas de 8 páginas durante un año y pico. No tiene gollete. Nadie entendió nada. Creo que nadie la leyó, siquiera. Al ser tan largo, cuesta seguirlo. Y es una historia que no tiene pensados chistes de "continuará". Uno, cuando hace una historieta con continuará, de alguna manera hace que al final de cada capítulo al tipo le caiga una bomba en la cabeza, como diciendo "No te pierdas el próximo número o lo lamentarás durante años!" (risas). Ese viejo truco se sigue haciendo.
AA: ¿Qué otras cosas suyas le gustaría ver recopiladas?
CT: Custer. Cuando hice Custer fue algo muy gracioso porque yo no sé hacer ciencia-ficción. Esa ciencia-ficción a la Alien o Flash Gordon, con cohetes, viajes espacieles y esas cosas, no me salen, no las siento para nada. Y Toutain, en su momento, quería que Bernet y yo hiciéramos juntos una historieta espacial. Al final hicimos Custer, que no tiene nada que ver. Bernet decía "Yo tampoco sé dibujar cohetes". O sea que si le hacíamos caso al editor, íbamos a hacer una porquería. Pero eso de que el editor te diga "Haceme una del Oeste" o "Necesito una con minas, una con tetas", sigue funcionando. Para un autor de historietas es muy difícil elegir qué querés hacer en cada momento. Excepto que estés en una situación privilegiada de Gran Estrella del Comic en algún mercadito de estos, no podés elegir mucho.
AA: Hablando de mercados y mercaditos... ¿Por qué cree que a un trabajo como el suyo le cuesta tanto cuajar en el mercado yanki?
CT: Y... ofrecimos poco y nada. Publicaron un par de cosas... Alvar Mayor, Light & Bold... hemos vendido poco. Yo creo que el norteamericano es un mercado que se autoabastece. Un enorme mercado lleno de artistas personales que trabajan de cara a ese mercado. Tampoco ven películas europeas, allá. De lo que viene de afuera no ven casi nada. Y debe pasar lo mismo con el comic, no?
AA: El manga, por ejemplo, tiene muy buena entrada en EEUU...
CT: Pero los dos son imperios en acción. Los japoneses y los yankis se cagan a autazos y ya que estamos, a historietazos (risas). Se tiran con todo. Son imperios expansivos. Los demás no son imperios expansivos. ¿Qué haces trabajando en Viamonte y Maipú para llegar a la 5ta. Avenida? Es difícil.
jueves, 27 de diciembre de 2012
LA MEMORIA, por Fernando Calvi
A ver cómo funciona la memoria.
Hace muchos años, unos veinte, llegué a Buenos Aires con la decisión de volverme un historietista profesional. Eso significaba, para no complicarnos con demasiados matices, ver mis historietas publicadas en papel y cobrar lo suficiente para subsistir.
No quiero aburrir con anécdotas y peripecias que quizás sólo tienen peso y sentido para mí, pero al tiempo de llegar (y tras algunos traspiés) me encontré en la oficina de Carlos Trillo. En esa época yo no estaba dibujando (producto de la desagradable experiencia en un estudio de dibujos animados) pero seguía amando la historieta y estaba interesado en convertirme en guionista profesional.
Le llevé unos guiones a Trillo, le gustaron, me pidió unos guiones de prueba para Cybersix, los hice, le gustaron. Y me encontré con mi primer encargo en historieta. Un guión de 96 páginas de Cybersix, podía hacer lo que quisiera, siempre y cuando respetara cierto tono de la serie y arrancara en el lugar por el que andaban los personajes.
Lo hice, y así empezó mi relación profesional con Carlos. Que pronto se llenó de matices, Carlos me daba consejos, me pedía más laburo, me invitaba a comer, me hacía chistes por mis cortes de pelo, me peleaba, me festejaba ideas, me rebotaba ideas, me prestaba guita, me retaba si laburaba gratis, se enojaba si laburaba con alguien que le caía mal, y así pasaron unos años.
Y yo escribía mucho, muchísimo, sin casi poder ponerme a pensar. Me contaba en qué andaban los personajes, le contaba qué quería hacer yo, en general me decía: “Y bueno, dale…” y yo seguía escribiendo.
Creo que en el camino nos hicimos amigos, o algo así. Las relaciones humanas son muy extrañas, mutantes, inmanejables. Pero nos vimos mucho, hablamos mucho, me contó mil anécdotas, me mostró la cocina, me enseñó un montón de cosas, discutimos un montón.
La experiencia de escribir con personajes de otro es muy particular. Todos los que escribieron novelas de Doc Savage o The Shadow o Tarzán, o dibujaron y escribieron las aventuras de Batman hasta los 60 lo saben. Pero se aprende, de eso no hay duda, no sólo se aprende del oficio, se aprende de la vida. Uno sale de ahí más musculoso, con alguna cicatriz y varias anclas tatuadas. No, las anclas las guardamos para otro tipo de relaciones.
Cuando Carlos dejó de producir toneladas de historietas para los italianos y se concentró en hacer libros más cortos y cuidados para los franceses fue hora de partir para mí. Recuerdo la frase de ese último almuerzo.
Me dijo: “Calvin, no le sigas echando tuco al raviol de tu pasado”.
Sí, me decía Calvin, por el personaje de Calvin & Hobbes. Bueno, eso, partí en busca de nuevos hosrizontes. Volví a dibujar. Inventé algunos personajes, y uno de esos, Bruno Helmet, tuvo su corta, accidentada, intoxicante, andadura en los ´90.
Cada tanto hablaba con Carlos. Me decía que largue el dibujo, que yo no era un dibujante, que me dedicara a escribir, esas cosas. Un poco para llevarle la contra, un poco para darme el gusto, le pedí un guión para una historieta de Bruno.
Y lo escribió. Tardó. Un montón. Un día me llamó, lo tenía, pero tenía que ir a buscarlo a Vicente López. Charlamos, tomamos Coca Cola light. Me dio el guión, lo leí ahí, y fue de lo más raro que me ha pasado (y me han pasado cosas raras). Era Bruno, claro, pero no el mío. Era otro personaje. El guión hablaba de otras cosas. Era, además, un guión claramente de Carlos. Su tono, su humor, sus frases.
Me lo llevé a casa. Aturdido. Contento. Extrañado.
Cambié totalmente el estilo para dibujarlo. Tardé. Lo iba a editar Accorsi, que estaba impaciente. (Ya había hecho una de Bruno Helmet dibujada a cuatro manos con Quique Alcatena y había en proceso un guión a medias con Carlos Albiac, que nunca llegamos a terminar.)
Dibujar un guión de otro es raro, porque por mucho que uno cambie lo que el guión indica en cuanto a imágenes, montaje, diseño, tiempos, personajes, etc, hay algo que no se toca (para mí al menos) y son los textos, lo dicho, las palabras.
Terminé la historieta, se la llevé, la miró. Los originales, los iba pasando. Algunas cosas le gustaban, otras no. A mí medio lo mismo, pero no las mismas cosas.
Después charlamos de cualquier otra cosa. Del fin del mundo, del cambio de siglo, de Frank Miller, los editores franceses.
Cuando me iba me dijo: “Le faltó un poco de texto, tendría que haber escrito más. El final quedó como alargado”.
Cuando me enteré del fallecimiento de Carlos fue tan raro... Pensé en un montón de cosas, me acordé de un montón de cosas, pero no de esta historieta.
Hace poco hice una nueva historieta de Bruno, pero no revisé el viejo material. La hice “de memoria”.
Y así, de memoria escribo esto ahora. Y me doy cuenta, me hago cargo que no tiene mucha forma, que la parábola dramática no termina de cerrar, que falta la anécdota jugosa o el momento emotivo.
Pero así funciona la memoria.
Hace muchos años, unos veinte, llegué a Buenos Aires con la decisión de volverme un historietista profesional. Eso significaba, para no complicarnos con demasiados matices, ver mis historietas publicadas en papel y cobrar lo suficiente para subsistir.
No quiero aburrir con anécdotas y peripecias que quizás sólo tienen peso y sentido para mí, pero al tiempo de llegar (y tras algunos traspiés) me encontré en la oficina de Carlos Trillo. En esa época yo no estaba dibujando (producto de la desagradable experiencia en un estudio de dibujos animados) pero seguía amando la historieta y estaba interesado en convertirme en guionista profesional.
Le llevé unos guiones a Trillo, le gustaron, me pidió unos guiones de prueba para Cybersix, los hice, le gustaron. Y me encontré con mi primer encargo en historieta. Un guión de 96 páginas de Cybersix, podía hacer lo que quisiera, siempre y cuando respetara cierto tono de la serie y arrancara en el lugar por el que andaban los personajes.
Lo hice, y así empezó mi relación profesional con Carlos. Que pronto se llenó de matices, Carlos me daba consejos, me pedía más laburo, me invitaba a comer, me hacía chistes por mis cortes de pelo, me peleaba, me festejaba ideas, me rebotaba ideas, me prestaba guita, me retaba si laburaba gratis, se enojaba si laburaba con alguien que le caía mal, y así pasaron unos años.
Y yo escribía mucho, muchísimo, sin casi poder ponerme a pensar. Me contaba en qué andaban los personajes, le contaba qué quería hacer yo, en general me decía: “Y bueno, dale…” y yo seguía escribiendo.
Creo que en el camino nos hicimos amigos, o algo así. Las relaciones humanas son muy extrañas, mutantes, inmanejables. Pero nos vimos mucho, hablamos mucho, me contó mil anécdotas, me mostró la cocina, me enseñó un montón de cosas, discutimos un montón.
La experiencia de escribir con personajes de otro es muy particular. Todos los que escribieron novelas de Doc Savage o The Shadow o Tarzán, o dibujaron y escribieron las aventuras de Batman hasta los 60 lo saben. Pero se aprende, de eso no hay duda, no sólo se aprende del oficio, se aprende de la vida. Uno sale de ahí más musculoso, con alguna cicatriz y varias anclas tatuadas. No, las anclas las guardamos para otro tipo de relaciones.
Cuando Carlos dejó de producir toneladas de historietas para los italianos y se concentró en hacer libros más cortos y cuidados para los franceses fue hora de partir para mí. Recuerdo la frase de ese último almuerzo.
Me dijo: “Calvin, no le sigas echando tuco al raviol de tu pasado”.
Sí, me decía Calvin, por el personaje de Calvin & Hobbes. Bueno, eso, partí en busca de nuevos hosrizontes. Volví a dibujar. Inventé algunos personajes, y uno de esos, Bruno Helmet, tuvo su corta, accidentada, intoxicante, andadura en los ´90.
Cada tanto hablaba con Carlos. Me decía que largue el dibujo, que yo no era un dibujante, que me dedicara a escribir, esas cosas. Un poco para llevarle la contra, un poco para darme el gusto, le pedí un guión para una historieta de Bruno.
Y lo escribió. Tardó. Un montón. Un día me llamó, lo tenía, pero tenía que ir a buscarlo a Vicente López. Charlamos, tomamos Coca Cola light. Me dio el guión, lo leí ahí, y fue de lo más raro que me ha pasado (y me han pasado cosas raras). Era Bruno, claro, pero no el mío. Era otro personaje. El guión hablaba de otras cosas. Era, además, un guión claramente de Carlos. Su tono, su humor, sus frases.
Me lo llevé a casa. Aturdido. Contento. Extrañado.
Cambié totalmente el estilo para dibujarlo. Tardé. Lo iba a editar Accorsi, que estaba impaciente. (Ya había hecho una de Bruno Helmet dibujada a cuatro manos con Quique Alcatena y había en proceso un guión a medias con Carlos Albiac, que nunca llegamos a terminar.)
Dibujar un guión de otro es raro, porque por mucho que uno cambie lo que el guión indica en cuanto a imágenes, montaje, diseño, tiempos, personajes, etc, hay algo que no se toca (para mí al menos) y son los textos, lo dicho, las palabras.
Terminé la historieta, se la llevé, la miró. Los originales, los iba pasando. Algunas cosas le gustaban, otras no. A mí medio lo mismo, pero no las mismas cosas.
Después charlamos de cualquier otra cosa. Del fin del mundo, del cambio de siglo, de Frank Miller, los editores franceses.
Cuando me iba me dijo: “Le faltó un poco de texto, tendría que haber escrito más. El final quedó como alargado”.
Cuando me enteré del fallecimiento de Carlos fue tan raro... Pensé en un montón de cosas, me acordé de un montón de cosas, pero no de esta historieta.
Hace poco hice una nueva historieta de Bruno, pero no revisé el viejo material. La hice “de memoria”.
Y así, de memoria escribo esto ahora. Y me doy cuenta, me hago cargo que no tiene mucha forma, que la parábola dramática no termina de cerrar, que falta la anécdota jugosa o el momento emotivo.
Pero así funciona la memoria.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
PINO SAURO, por Trillo y Saborido
Hoy tenemos para compartir una historieta que nunca se publicó en nuestro idioma. Es un episodio de Pino Sauro, una serie escrita por Carlos Trillo y dibujada por Félix Saborido que debutó en Italia al mismo tiempo que Cybersix y se publicó en LancioStory entre 1992 y 1993. En total se realizaron 71 episodios, todos de 8 páginas con el mismo formato: cada página remata con un chiste pero la situación se resuelve en la octava y última.
Este episodio fue tomado del Nº 42 de LancioStory, del 26 de Octubre de 1992. La traducción y el rotulado están hecho exclusivamente para este blog.
Este episodio fue tomado del Nº 42 de LancioStory, del 26 de Octubre de 1992. La traducción y el rotulado están hecho exclusivamente para este blog.
martes, 25 de diciembre de 2012
UN PESADO, por Trillo y Mandrafina
Esta historieta se publicó en nuestro idioma una sóla vez, en el Nº 110 de la revista Skorpio, de Marzo de 1985. Pero indudablemente fue escrita y dibujada mucho antes de esa fecha, quizás varios años antes.
lunes, 24 de diciembre de 2012
PLATITOS Y PASTAFROLA, por Diego Agrimbau
Trillo sabía muy bien que yo no hablaba italiano. Pero por alguna razón, supongo que para romperme las bolas, de vez en cuando me mandaba mails en ese idioma.
“Con Dal Prà ci intendiamo tanto bene che non sarà difficile scrivere a
quattro mani. Intanto la sceneggiatura finale sará tradotta in francese, se si scrive metà in spagnolo e metà in italiano non penso che ci saranno problemi.
Auguri e tante belle cose,
Trilo (marcando mucho la ele)”.
Para seguirle la corriente un día se me ocurrió mandarle mi respuesta en un italiano inventado (un viejo juego que solíamos hacer hasta el hartazgo con el amigo Dante Ginevra).
“Benne! Ma... ¿no e complicatti escrivire desde due paese tan distanti? ¿Comme ti ponere de accordo con tuo amicco, eh? ¿Le guioni se scrive in italiani o spagnole? Ma... quanta questione irresoluta. Bonna fortuna, io voglio a manggiare pastafrola.
Arrivederchi.
Agrimbosco”
Para qué… A partir de ahí y por un par de semanas, sólo me escribió en italiano.
Al bucear en los viejos mails de Carlos en busca de algo nuevo que pueda ser interesante para este blog, me sorprendo al comprobar que sólo he utilizado una pequeña parte, menos de un cuarto de los mensajes que aún conservo. Son pocos los que realmente puedo mostrar en público sin traicionar la intimidad epistolar que me confió Carlos en su momento. La mayoría de los mails son de pavadas. Cosas como “hoy, a los 66 años, puedo decir que aprendí a hacer asados, antes me la pasaba tirando baldes de agua a la parrilla”.
Otros tantos son breves notas que acompañan las páginas de algún dibujante que se postulaba: “Mirà estas pàginas de uno que se llama Pablo Túnica. Quiere ver si tengo alguna idea para darle. ¿Sabrá? ¿Vos què decìs? El tipo estuvo en Francia, entiende de qué se trata, ¡hablá!”.
Hay una buena cantidad, también, de los que abundan en referencias y gastadas a diversos representantes de la fauna de la historieta vernácula, que no se pueden reproducir sin ofender a los involucrados. Y por último una variedad de mails repletos de datos más bien técnicos, sobre editoriales, contratos, dibujantes, derechos, etc.
Busco entre los cientos de mails y encuentro muchas frases que puedo aislar. Me quedo con una:
“Uno es como esos malabaristas que tienen girando platitos, cuando uno se está por caer hay que volver y darle movimiento. C´est la vie du scenariste, mon ami”
Tengo más, muchísimas más. Pero me las quedo para mí.
Aprovecho para agradecer a Andrés Accorsi por haberme convocado y espero que mi escueta colaboración haya sido de interés para los visitantes.
“Con Dal Prà ci intendiamo tanto bene che non sarà difficile scrivere a
quattro mani. Intanto la sceneggiatura finale sará tradotta in francese, se si scrive metà in spagnolo e metà in italiano non penso che ci saranno problemi.
Auguri e tante belle cose,
Trilo (marcando mucho la ele)”.
Para seguirle la corriente un día se me ocurrió mandarle mi respuesta en un italiano inventado (un viejo juego que solíamos hacer hasta el hartazgo con el amigo Dante Ginevra).
“Benne! Ma... ¿no e complicatti escrivire desde due paese tan distanti? ¿Comme ti ponere de accordo con tuo amicco, eh? ¿Le guioni se scrive in italiani o spagnole? Ma... quanta questione irresoluta. Bonna fortuna, io voglio a manggiare pastafrola.
Arrivederchi.
Agrimbosco”
Para qué… A partir de ahí y por un par de semanas, sólo me escribió en italiano.
Al bucear en los viejos mails de Carlos en busca de algo nuevo que pueda ser interesante para este blog, me sorprendo al comprobar que sólo he utilizado una pequeña parte, menos de un cuarto de los mensajes que aún conservo. Son pocos los que realmente puedo mostrar en público sin traicionar la intimidad epistolar que me confió Carlos en su momento. La mayoría de los mails son de pavadas. Cosas como “hoy, a los 66 años, puedo decir que aprendí a hacer asados, antes me la pasaba tirando baldes de agua a la parrilla”.
Otros tantos son breves notas que acompañan las páginas de algún dibujante que se postulaba: “Mirà estas pàginas de uno que se llama Pablo Túnica. Quiere ver si tengo alguna idea para darle. ¿Sabrá? ¿Vos què decìs? El tipo estuvo en Francia, entiende de qué se trata, ¡hablá!”.
Hay una buena cantidad, también, de los que abundan en referencias y gastadas a diversos representantes de la fauna de la historieta vernácula, que no se pueden reproducir sin ofender a los involucrados. Y por último una variedad de mails repletos de datos más bien técnicos, sobre editoriales, contratos, dibujantes, derechos, etc.
Busco entre los cientos de mails y encuentro muchas frases que puedo aislar. Me quedo con una:
“Uno es como esos malabaristas que tienen girando platitos, cuando uno se está por caer hay que volver y darle movimiento. C´est la vie du scenariste, mon ami”
Tengo más, muchísimas más. Pero me las quedo para mí.
Aprovecho para agradecer a Andrés Accorsi por haberme convocado y espero que mi escueta colaboración haya sido de interés para los visitantes.
domingo, 23 de diciembre de 2012
EL ULTIMO RECREO, por Eduardo García Sánchez
Tercera y última parte de un extenso artículo publicado originalmente en el n° 11 de la revista U, el hijo de Urich (1998).
Cuesta imaginar un dibujante más apropiado para El Ultimo Recreo que Horacio Altuna. Cuando acometió su realizacion llevaba siete años colaborando con Carlos Trillo y existía un alto grado de compenetración entre ellos. El resultado es, probablemente, el mejor trabajo de ambos hasta la fecha. Con un estilo definido y reconocible, el historietista argentino ofreció en esta serie una planificación muy meditada, una puesta en página ejecutada con sencillez engañosa que recogía todo el saber acumulado en casi veinte años de práctica de la profesión y profundizaba en hallazgos ya presentes en Charlie Moon y Merdichesky. El sentido de la narración gráfica del que hace gala le permite marcar el ritmo de lectura, ora acelerándola, ora haciendo uso del silencio. Cada plano, cada detalle, cada iluminación, cada mirada se aleja del efectismo vacuo para ponerse al servicio del relato y contribuir a crear la atmósfera precisa que recree la desesperanza y el pesimismo que tiñen los guiones de Trillo. En los escenarios expresionistas en negro y blanco que nos hace creer reales inserta la figura humana: unos personajes caracterizados a la perfección y dotados de la expresividad corporal y facial precisas para llevar a buen puerto su empresa. Poca veces se ha visto en un tebeo que no llevara la firma de Carlos Giménez un retrato tan fiel de la mirada infantil; menos aún unos cuerpos y rostros que con tal economía de trazo, más bien precisamente gracias a ella, transmitan tantas sensaciones. Sus preadolescentes, sean masculinos o femeninos, sugieren con sutileza la mixtura de sensualidad e inocencia propia de una sexualidad emergente, que intuimos a flor de piel aunque casi nunca se explicite. ¡Cuanto podrían aprender de estas páginas algunos dibujantes que, dentro y fuera de nuestras fronteras, se empeñan en hacernos creer que sus figuras hipertrofiadas y de encantos sexuales nada implícitos representan púberes!
Tragaperras, aparecida en las páginas de Zona 84, y la continuación de El Loco Chávez, serie finalizada en 1988, han sido los últimos trabajos de Altuna junto a Trillo. Con Ficcionario iniciaría una carrera como autor completo dominada por un uso brillante del color y caracterizada por una temática de ciencia-ficción con leves tintes sociales que, si bien nunca alcanzó la frescura de El Ultimo Recreo, se vio truncada por el desplome generalizado que la industria de la historieta viene sufriendo desde finales de los ´80. Su facilidad para representar la voluptuosidad femenina le abrió las puertas de la revista Playboy, en cuyas páginas realiza una labor alimenticia que no siempre da idea cabal de sus capacidades como historietista. Ante una recopilación de las mismas un amigo sentenciaba que “Altuna siempre dibuja todas las mujeres igual”, a lo que otro replicó (y perdonad comentario tan machista): “si, pero... ¡ojalá todas las mujeres fueran igual a las de Altuna!”.
La reedición de El Ultimo Recreo que Planeta-De Agostini nos ha ofrecido con motivo del último Salón del Comic de Barcelona resulta ejemplar: En primer lugar porque facilita el encuentro (que dudo llegue a producirse realmente) de los lectores más jóvenes con una obra que a buen seguro no conocían, alejada de las coordenadas actuales de la historieta española, dividida –como bien afirma Pepe Gálvez desde las solapas del libro- entre el elitismo minoritario y la mímesis de modelos agotados. En segundo término por el cariño y cuidado manifiestos en una labor editorial tan sólo lastrada por ofrecer como ilustración de portada una viñeta ampliada y coloreada con acierto por Jaime Martín. No sabemos los motivos de la usencia de una producción ex-profeso realizada por Altuna, pero hubiera sido la guinda a tan apetitoso pastel.
Cuesta imaginar un dibujante más apropiado para El Ultimo Recreo que Horacio Altuna. Cuando acometió su realizacion llevaba siete años colaborando con Carlos Trillo y existía un alto grado de compenetración entre ellos. El resultado es, probablemente, el mejor trabajo de ambos hasta la fecha. Con un estilo definido y reconocible, el historietista argentino ofreció en esta serie una planificación muy meditada, una puesta en página ejecutada con sencillez engañosa que recogía todo el saber acumulado en casi veinte años de práctica de la profesión y profundizaba en hallazgos ya presentes en Charlie Moon y Merdichesky. El sentido de la narración gráfica del que hace gala le permite marcar el ritmo de lectura, ora acelerándola, ora haciendo uso del silencio. Cada plano, cada detalle, cada iluminación, cada mirada se aleja del efectismo vacuo para ponerse al servicio del relato y contribuir a crear la atmósfera precisa que recree la desesperanza y el pesimismo que tiñen los guiones de Trillo. En los escenarios expresionistas en negro y blanco que nos hace creer reales inserta la figura humana: unos personajes caracterizados a la perfección y dotados de la expresividad corporal y facial precisas para llevar a buen puerto su empresa. Poca veces se ha visto en un tebeo que no llevara la firma de Carlos Giménez un retrato tan fiel de la mirada infantil; menos aún unos cuerpos y rostros que con tal economía de trazo, más bien precisamente gracias a ella, transmitan tantas sensaciones. Sus preadolescentes, sean masculinos o femeninos, sugieren con sutileza la mixtura de sensualidad e inocencia propia de una sexualidad emergente, que intuimos a flor de piel aunque casi nunca se explicite. ¡Cuanto podrían aprender de estas páginas algunos dibujantes que, dentro y fuera de nuestras fronteras, se empeñan en hacernos creer que sus figuras hipertrofiadas y de encantos sexuales nada implícitos representan púberes!
Tragaperras, aparecida en las páginas de Zona 84, y la continuación de El Loco Chávez, serie finalizada en 1988, han sido los últimos trabajos de Altuna junto a Trillo. Con Ficcionario iniciaría una carrera como autor completo dominada por un uso brillante del color y caracterizada por una temática de ciencia-ficción con leves tintes sociales que, si bien nunca alcanzó la frescura de El Ultimo Recreo, se vio truncada por el desplome generalizado que la industria de la historieta viene sufriendo desde finales de los ´80. Su facilidad para representar la voluptuosidad femenina le abrió las puertas de la revista Playboy, en cuyas páginas realiza una labor alimenticia que no siempre da idea cabal de sus capacidades como historietista. Ante una recopilación de las mismas un amigo sentenciaba que “Altuna siempre dibuja todas las mujeres igual”, a lo que otro replicó (y perdonad comentario tan machista): “si, pero... ¡ojalá todas las mujeres fueran igual a las de Altuna!”.
La reedición de El Ultimo Recreo que Planeta-De Agostini nos ha ofrecido con motivo del último Salón del Comic de Barcelona resulta ejemplar: En primer lugar porque facilita el encuentro (que dudo llegue a producirse realmente) de los lectores más jóvenes con una obra que a buen seguro no conocían, alejada de las coordenadas actuales de la historieta española, dividida –como bien afirma Pepe Gálvez desde las solapas del libro- entre el elitismo minoritario y la mímesis de modelos agotados. En segundo término por el cariño y cuidado manifiestos en una labor editorial tan sólo lastrada por ofrecer como ilustración de portada una viñeta ampliada y coloreada con acierto por Jaime Martín. No sabemos los motivos de la usencia de una producción ex-profeso realizada por Altuna, pero hubiera sido la guinda a tan apetitoso pastel.
sábado, 22 de diciembre de 2012
BLAS MILMUERTES, por Trillo y Breccia
Segunda parte de esta historia corta realizada por Carlos Trillo y Enrique Breccia en 1981 y publicada en Junio de ese año en el Nº 7 de SuperHum®.
viernes, 21 de diciembre de 2012
BLAS MILMUERTES, por Trillo y Breccia
Hoy presentamos esta historia corta realizada por Carlos Trillo y Enrique Breccia en 1981 y publicada en Junio de ese año en el Nº 7 de SuperHum®.
Se nota que a Trillo le gustó el nombre del personaje, porque lo desempolvó años más tarde para ese proyecto junto a Quique Alcatena que nunca llegó a cristalizarse.
Este Blas Milmuertes nunca fue reeditado en Argentina.
Mañana, la segunda parte.
Se nota que a Trillo le gustó el nombre del personaje, porque lo desempolvó años más tarde para ese proyecto junto a Quique Alcatena que nunca llegó a cristalizarse.
Este Blas Milmuertes nunca fue reeditado en Argentina.
Mañana, la segunda parte.
jueves, 20 de diciembre de 2012
EL ULTIMO RECREO, por Eduardo García Sánchez
Segunda parte de un extenso artículo publicado originalmente en el n° 11 de la revista U, el hijo de Urich (1998).
El álbum se estructura en doce historietas autoconclusivas en apariencia. Cada una de ellas desarrolla una anécdota desesperanzada que muestra la difícil adaptación de unos niños perdidos en un mundo para pero sin adultos, dominado por el caos de la lucha por la supervivencia; la progresiva pérdida de inocencia de unas criaturas inmaduras abocadas a reproducir los defectos de la socidedad en cuyo seno nacieron. En sus páginas se dan cita la desorientación, el sentimiento de vulnerabilidad, la cobardía, la vanidad, la desconfianza, los celos, el desprecio, el egoísmo, la avaricia, la insolidaridad, la pérdida de horizontes y modelos de comportamiento, el abuso de fuerza, la coacción al indefenso, el apego a lo superfluo... El catálogo de sentimientos que, en definitiva, originaron la situación en que se ven inmersos. El conjunto de este anecdotario constituye un todo coherente en cuyo seno avanza una narración recorrida por el temor a crecer que caracteriza a todo relato que describa la aprehensión de la realidad conocida como mundo adulto y que en La Ciudad Muerta adquiere sus tintes más dramáticos. La adolescencia, espada de Damocles que pende sobre los personajes de El Ultimo Recreo, se erige en metáfora del temor a abandonar la comodidad de la niñez que –quien más, quien menos- todos hemos sentido; de la desorientación a la cual nos somete el encuentro con nuestra sexualidad, sobre todo si habitamos una sociedad en cuya educación el concepto de pecado carnal tiene un peso específico considerable.
Todos los grupos humanos han tenido y tienen (en el caso del Cristianismo, el conjunto de creencias que más de cerca nos toca, son la Primera Comunión y la Confirmación) ritos de paso que marcan el comienzo de la madurez. Caracterizados por simbolizar más o menos explícitamente la muerte y resurrección del individuo, en ellos el niño da paso al adulto, al ser completo y preparado para conocer y afrontar los secretos de la vida. A los personajes de la serie que nos ocupa se les escamotea el auxilio de estos mecanismos culturales que suavizan el tránsito. Para ellos –como ocurre entre la infancia más necesitada de nuestra realidad- es traumático, obligado por las circunstancias. Y en el caso del despertar sexual, de consecuencias fatales.
La docena de historias que componen la obra que nos ocupa pueden dividirse en dos bloques. El primero de ellos presenta la situación de una ciudad, de cualquier ciudad, tras el holocausto. Los ambientes urbanos opresivos, claustrofóbicos, sembrados de cadáveres que pocas veces se muestran al ojo del lector pero cuya presencia se intuye, muestran un deterioro y un abandono que aumentan al ritmo de la mengua de alimentos y esperanza. A los juegos sin cortapisas de padres, maestros o autoridades les sucede la rapiña. A renglón seguido ésta es sustituida por conatos de organización improductivos, guiados no por la ley de la razón sino por la de la coacción. De forma paralela se presentan los rostros que poco a poco cobran el protagonismo de la serie, un puñado de críos unidos por la necesidad y la marginación por parte del resto.
Cartas de las Mayores, constituye un punto de inflexión en esta parte urbana y es, junto a Cosas que Quedan en el Camino, una de las historietas que mejor evidencia lo que de viaje iniciático tiene la serie. En la primera Rana y Fino, junto a una muchacha sin nombre, terminan de abrir sus ojos a las sombras del estado adulto a la vez que comprenden que su única posibilidad pasa por salir de una ciudad que ya no puede satisfacer sus necesidades primarias. En la segunda los miembros del grupo que se forma en torno a ambos chicos, conforme dejan atrás el asfalto, deben afrontar la renuncia a aquello por lo que sienten más apego, a objetos alrededor de los cuales habían girado sus vidas hasta entonces pero que obstaculizan su supervivencia. El hecho de que se trate de juguetes enfatiza el simbolismo de su marcha: el abandono de la urbe es el comienzo del fin de su infancia.
El segundo bloque se adentra en espacios abiertos, en un mundo rural que no deja de ser claustrofóbico. Quienes huyen de la ciudad han de encontrar un lugar donde establecerse y, para ello, salvar las mismas dificultades de las que pretendían evadirse. En el campo continúa la lucha por la supervivencia más ardua día a día, atenazada por la inseguridad de que los efectos de la “Bomba Sexual” hayan prescrito. El desarrollo hormonal sigue su curso y todo esfuerzo puede ser vano. Las pequeñas comunidades agrarias se consolidan, los cielos se despejan tímidamente y dejan paso libre a tenues rayos de optimismo. La comprensión mutua abre un resquicio a la esperanza simbolizada en la cópula interracial de la última página, en el deseo de poder crecer en paz formulado por Rana. Sin embargo, el temor expresado en sus ojos aleja del ridículo a este final apologético del beatum life, del imposible retorno a la naturaleza. Por ellos sabemos que se ha completado el viaje de iniciación de su poseedor. Por fin ha comprendido que el ser humano no puede sustraerse a su idiosincracia, a sus sombras y luces; que este aparente nuevo principio no es más que el prólogo a un eterno retorno. La mirada que Altuna tan bien sabe plasmar sobre el papel redime en parte una historia que argumentalmente podría haber soportado muy mal el paso del tiempo.
El álbum se estructura en doce historietas autoconclusivas en apariencia. Cada una de ellas desarrolla una anécdota desesperanzada que muestra la difícil adaptación de unos niños perdidos en un mundo para pero sin adultos, dominado por el caos de la lucha por la supervivencia; la progresiva pérdida de inocencia de unas criaturas inmaduras abocadas a reproducir los defectos de la socidedad en cuyo seno nacieron. En sus páginas se dan cita la desorientación, el sentimiento de vulnerabilidad, la cobardía, la vanidad, la desconfianza, los celos, el desprecio, el egoísmo, la avaricia, la insolidaridad, la pérdida de horizontes y modelos de comportamiento, el abuso de fuerza, la coacción al indefenso, el apego a lo superfluo... El catálogo de sentimientos que, en definitiva, originaron la situación en que se ven inmersos. El conjunto de este anecdotario constituye un todo coherente en cuyo seno avanza una narración recorrida por el temor a crecer que caracteriza a todo relato que describa la aprehensión de la realidad conocida como mundo adulto y que en La Ciudad Muerta adquiere sus tintes más dramáticos. La adolescencia, espada de Damocles que pende sobre los personajes de El Ultimo Recreo, se erige en metáfora del temor a abandonar la comodidad de la niñez que –quien más, quien menos- todos hemos sentido; de la desorientación a la cual nos somete el encuentro con nuestra sexualidad, sobre todo si habitamos una sociedad en cuya educación el concepto de pecado carnal tiene un peso específico considerable.
Todos los grupos humanos han tenido y tienen (en el caso del Cristianismo, el conjunto de creencias que más de cerca nos toca, son la Primera Comunión y la Confirmación) ritos de paso que marcan el comienzo de la madurez. Caracterizados por simbolizar más o menos explícitamente la muerte y resurrección del individuo, en ellos el niño da paso al adulto, al ser completo y preparado para conocer y afrontar los secretos de la vida. A los personajes de la serie que nos ocupa se les escamotea el auxilio de estos mecanismos culturales que suavizan el tránsito. Para ellos –como ocurre entre la infancia más necesitada de nuestra realidad- es traumático, obligado por las circunstancias. Y en el caso del despertar sexual, de consecuencias fatales.
La docena de historias que componen la obra que nos ocupa pueden dividirse en dos bloques. El primero de ellos presenta la situación de una ciudad, de cualquier ciudad, tras el holocausto. Los ambientes urbanos opresivos, claustrofóbicos, sembrados de cadáveres que pocas veces se muestran al ojo del lector pero cuya presencia se intuye, muestran un deterioro y un abandono que aumentan al ritmo de la mengua de alimentos y esperanza. A los juegos sin cortapisas de padres, maestros o autoridades les sucede la rapiña. A renglón seguido ésta es sustituida por conatos de organización improductivos, guiados no por la ley de la razón sino por la de la coacción. De forma paralela se presentan los rostros que poco a poco cobran el protagonismo de la serie, un puñado de críos unidos por la necesidad y la marginación por parte del resto.
Cartas de las Mayores, constituye un punto de inflexión en esta parte urbana y es, junto a Cosas que Quedan en el Camino, una de las historietas que mejor evidencia lo que de viaje iniciático tiene la serie. En la primera Rana y Fino, junto a una muchacha sin nombre, terminan de abrir sus ojos a las sombras del estado adulto a la vez que comprenden que su única posibilidad pasa por salir de una ciudad que ya no puede satisfacer sus necesidades primarias. En la segunda los miembros del grupo que se forma en torno a ambos chicos, conforme dejan atrás el asfalto, deben afrontar la renuncia a aquello por lo que sienten más apego, a objetos alrededor de los cuales habían girado sus vidas hasta entonces pero que obstaculizan su supervivencia. El hecho de que se trate de juguetes enfatiza el simbolismo de su marcha: el abandono de la urbe es el comienzo del fin de su infancia.
El segundo bloque se adentra en espacios abiertos, en un mundo rural que no deja de ser claustrofóbico. Quienes huyen de la ciudad han de encontrar un lugar donde establecerse y, para ello, salvar las mismas dificultades de las que pretendían evadirse. En el campo continúa la lucha por la supervivencia más ardua día a día, atenazada por la inseguridad de que los efectos de la “Bomba Sexual” hayan prescrito. El desarrollo hormonal sigue su curso y todo esfuerzo puede ser vano. Las pequeñas comunidades agrarias se consolidan, los cielos se despejan tímidamente y dejan paso libre a tenues rayos de optimismo. La comprensión mutua abre un resquicio a la esperanza simbolizada en la cópula interracial de la última página, en el deseo de poder crecer en paz formulado por Rana. Sin embargo, el temor expresado en sus ojos aleja del ridículo a este final apologético del beatum life, del imposible retorno a la naturaleza. Por ellos sabemos que se ha completado el viaje de iniciación de su poseedor. Por fin ha comprendido que el ser humano no puede sustraerse a su idiosincracia, a sus sombras y luces; que este aparente nuevo principio no es más que el prólogo a un eterno retorno. La mirada que Altuna tan bien sabe plasmar sobre el papel redime en parte una historia que argumentalmente podría haber soportado muy mal el paso del tiempo.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
EL ULTIMO RECREO, por Eduardo García Sánchez
Primera parte de un extenso artículo publicado originalmente en el n° 11 de la revista U, el hijo de Urich (1998).
Existen tebeos, libros, películas, pinturas, esculturas, edificios, paisajes, músicas, situaciones y personas cuya lectura, contemplación, escucha, vivencia o conocimiento quedan grabados indeleblemente en nuestra memoria; que se integran a nuestra persona; que revisitamos contínuamente, aunque sólo sea con nuestra imaginación; que, en definitiva, pasan a formar parte de aquello denominado, en forma un tanto cursi y a falta de una definición mejor, “educación sentimental”. En mi caso El Ultimo Recreo es una obra que se inserta en estas coordenadas. La primera vez que leí esa historieta era un púber que trataba de librarse, a costa de no poco sufrimiento, del lastre de una educación católica férrea. Por ello no es extraño que en su última página identificara a dos personas de mi edad que, tras muchas penalidades, superaban el complejo de culpa programado en sus cerebros y disfrutaban de la fruta prohibida sin ser expulsados del Paraíso. Como prueba de la marca que dejó en mí y aún corriendo el risego de ser calificado como pederasta, basta saber que el físico de mi ideal femenino se aproxima al de las adolescentes que Altuna mueve en sus páginas. Curioso. Nunca he sido amigo de redactar textos que comiencen con notas autobiográficas, pero acabo de darme cuenta de que en ocasiones resulta inevitable.
Puede que mi siguiente apreciacion no pase de ser una mala interpretación fruto del pesimismo, pero creo que para algunas de las personas que lean estas líneas, a buen seguro aquellas más jóvenes, Carlos Trillo no pasará de ser el guionista de Cybersix y Horacio Altuna ese dibujante de las historietas cachondas de Playboy. Eso sin contar que, no me cabe duda, habrá quien siquiera tengaconocimiento de la existencia de estos autores. Sirvan estas líneas como presentación de los mismos.
Trillo y Altuna pertenecen a la generación de historietistas argentinos que comenzaron su andadura profesional entre mediados de la década de los ´60 y principios de la de los ´70 a la sombra de Alberto Breccia, Héctor G. Oesterheld y Hugo Pratt y, por ello, sensibilizados respecto a las posibilidades que ofrece ese medio de expresión llamado historieta. La misma generación a la cual tanto la ausencia de mercado interno como una censura que se hacía más opresiva a medida que se sucedían los años de “proceso” militar obligaron a publicar su obra, cuando no a exiliarse –como es el caso de Altuna y tantos otros- en el extranjero. Carlos Trillo fue un periodista que se acercó a la historieta como teórico para acabar convertido en guionista con producción regular desde 1975. Su obra, vasta y diversificada, abarca géneros aparentemente tan alejados como el realismo costumbrista, la trama histórica, la ciencia ficción y el policial. Horacio Altuna, por su parte, es un autodidacta que debutó en la profesión en 1965. Hasta 1982, año en que fija su residencia en España, compaginó su trabajo frente al tablero con la secretaría de la Asociación de Dibujantes Argentinos y la docencia del dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Buenos Aires. Su talento gráfico y sus innovaciones en la planificación de la página le hicieron merecer el premio Yellow Kid al mejor dibujante otorgado en el Salón de Lucca de 1986. Ambos empezaron a colaborar en 1975, cuando crearon para el diario Clarín una tira, El Loco Chávez, que fue publicada durante doce años ininterrumpidos (y de la cual se vio una recopilación por estos pagos a cargo de Norma Editorial, concretamente el número 13 de su colección B/N y en algún número de la revista Cimoc). A ella le siguieron Las Puertitas del Señor López, Charlie Moon y Merdichesky, series cuya calidad y éxito les abrieron las puertas del mercado europeo y que fueron publicadas en España por el malogrado Toutain, quien contrató a Altuna para Selecciones Ilustradas.
Cuando El Ultimo Recreo vio la luz entre 1982 y 1983 en las páginas de la revista 1984 los tebeos de ciencia ficción se encontraban marcados, como tantas otras cosas, por la Guerra Fría. Más concretamente por el temor a una escalada bélica de proporción planetaria que arrasara con la vida tal como se la conocía hasta entonces. Y esta serie de Trillo y Altuna no se substrajo a esa tendencia. En ella se nos presenta un mundo postapocalíptico que, por una vez, no es herencia del empleo de los arsenales nucleares, sino de la acción de un ingenio muy sofisticado de destrucción selectiva bautizado como “Bomba Sexual”. El estallido de esta arma bacteriológica, ideada para aniquilar a todo ser humano que hubiera alcanzado –o alcance mientras duren sus efectos en el ambiente- la madurez reproductiva, dejó como únicos supervivientes a niños y adultos esterilizados. Carlos Trillo supo aportar a este punto de partida cataclísmico, repetido hasta la saciedad en la historieta, el cine y la literatura de la época, un enfoque relativamente novedoso que le permitió exponer sus inquietudes sociales, ofrecer una radiografía de la condición humana y ofrecernos unos guiones sólidos y desencantados.
Existen tebeos, libros, películas, pinturas, esculturas, edificios, paisajes, músicas, situaciones y personas cuya lectura, contemplación, escucha, vivencia o conocimiento quedan grabados indeleblemente en nuestra memoria; que se integran a nuestra persona; que revisitamos contínuamente, aunque sólo sea con nuestra imaginación; que, en definitiva, pasan a formar parte de aquello denominado, en forma un tanto cursi y a falta de una definición mejor, “educación sentimental”. En mi caso El Ultimo Recreo es una obra que se inserta en estas coordenadas. La primera vez que leí esa historieta era un púber que trataba de librarse, a costa de no poco sufrimiento, del lastre de una educación católica férrea. Por ello no es extraño que en su última página identificara a dos personas de mi edad que, tras muchas penalidades, superaban el complejo de culpa programado en sus cerebros y disfrutaban de la fruta prohibida sin ser expulsados del Paraíso. Como prueba de la marca que dejó en mí y aún corriendo el risego de ser calificado como pederasta, basta saber que el físico de mi ideal femenino se aproxima al de las adolescentes que Altuna mueve en sus páginas. Curioso. Nunca he sido amigo de redactar textos que comiencen con notas autobiográficas, pero acabo de darme cuenta de que en ocasiones resulta inevitable.
Puede que mi siguiente apreciacion no pase de ser una mala interpretación fruto del pesimismo, pero creo que para algunas de las personas que lean estas líneas, a buen seguro aquellas más jóvenes, Carlos Trillo no pasará de ser el guionista de Cybersix y Horacio Altuna ese dibujante de las historietas cachondas de Playboy. Eso sin contar que, no me cabe duda, habrá quien siquiera tengaconocimiento de la existencia de estos autores. Sirvan estas líneas como presentación de los mismos.
Trillo y Altuna pertenecen a la generación de historietistas argentinos que comenzaron su andadura profesional entre mediados de la década de los ´60 y principios de la de los ´70 a la sombra de Alberto Breccia, Héctor G. Oesterheld y Hugo Pratt y, por ello, sensibilizados respecto a las posibilidades que ofrece ese medio de expresión llamado historieta. La misma generación a la cual tanto la ausencia de mercado interno como una censura que se hacía más opresiva a medida que se sucedían los años de “proceso” militar obligaron a publicar su obra, cuando no a exiliarse –como es el caso de Altuna y tantos otros- en el extranjero. Carlos Trillo fue un periodista que se acercó a la historieta como teórico para acabar convertido en guionista con producción regular desde 1975. Su obra, vasta y diversificada, abarca géneros aparentemente tan alejados como el realismo costumbrista, la trama histórica, la ciencia ficción y el policial. Horacio Altuna, por su parte, es un autodidacta que debutó en la profesión en 1965. Hasta 1982, año en que fija su residencia en España, compaginó su trabajo frente al tablero con la secretaría de la Asociación de Dibujantes Argentinos y la docencia del dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Buenos Aires. Su talento gráfico y sus innovaciones en la planificación de la página le hicieron merecer el premio Yellow Kid al mejor dibujante otorgado en el Salón de Lucca de 1986. Ambos empezaron a colaborar en 1975, cuando crearon para el diario Clarín una tira, El Loco Chávez, que fue publicada durante doce años ininterrumpidos (y de la cual se vio una recopilación por estos pagos a cargo de Norma Editorial, concretamente el número 13 de su colección B/N y en algún número de la revista Cimoc). A ella le siguieron Las Puertitas del Señor López, Charlie Moon y Merdichesky, series cuya calidad y éxito les abrieron las puertas del mercado europeo y que fueron publicadas en España por el malogrado Toutain, quien contrató a Altuna para Selecciones Ilustradas.
Cuando El Ultimo Recreo vio la luz entre 1982 y 1983 en las páginas de la revista 1984 los tebeos de ciencia ficción se encontraban marcados, como tantas otras cosas, por la Guerra Fría. Más concretamente por el temor a una escalada bélica de proporción planetaria que arrasara con la vida tal como se la conocía hasta entonces. Y esta serie de Trillo y Altuna no se substrajo a esa tendencia. En ella se nos presenta un mundo postapocalíptico que, por una vez, no es herencia del empleo de los arsenales nucleares, sino de la acción de un ingenio muy sofisticado de destrucción selectiva bautizado como “Bomba Sexual”. El estallido de esta arma bacteriológica, ideada para aniquilar a todo ser humano que hubiera alcanzado –o alcance mientras duren sus efectos en el ambiente- la madurez reproductiva, dejó como únicos supervivientes a niños y adultos esterilizados. Carlos Trillo supo aportar a este punto de partida cataclísmico, repetido hasta la saciedad en la historieta, el cine y la literatura de la época, un enfoque relativamente novedoso que le permitió exponer sus inquietudes sociales, ofrecer una radiografía de la condición humana y ofrecernos unos guiones sólidos y desencantados.
martes, 18 de diciembre de 2012
LA PESADILLA, por Trillo, Maicas y García Seijas
Esta breve historieta de Flopi co-escrita por Carlos Trillo y Eduardo Maicas y dibujada por Ernesto García Seijas en 1994, se publicó en nuestro país y en Italia, en blanco y negro. En Estados Unidos, en cambio, la revista Heavy Metal la publicó a todo color en su edición de Julio de 1999. Elegimos reproducir esa versión (con los textos en castellano), porque permite apreciar detalles que en blanco y negro se pierden, como por ejemplo que el novio de la mamá de Flopi tiene puesta la camiseta de San Lorenzo de Almagro, club del que es hincha el dibujante.
lunes, 17 de diciembre de 2012
EL LOCO CHAVEZ CUMPLE 10 AÑOS, por Carlos Trillo
Desde el 26 de julio de 1975, en la última página del diario Clarín, venimos desarrollando con Horacio Altuna las andanzas de un personaie de Buenos Aires. Lo hemos inventado periodista porque, en un embrionario principio tratamos de convencernos a nosotros mismos de que esa profesión era la última que quedaba con aigunas posibilidades de "vida aventurera". Un periodista supónese se mueve como pez en el agua por cataclismos, bombardeos, festivales de cine y lanzamientos de barriletes atómicos al espacio sideral.
Al rato (dos o tres meses después) de empezada la tarea, descubrimos que las mejores aventuras que podía protagonizar nuestro héroe eran de relevancia ínfima a los efectos de los titulares cuerpo catástrofe, pero que esas historias pequeñas, cotidianas, nos permitían manejar mejor el dibujo de tipos y tipas creíbles de esta ciudad donde transcurre la acción.
Empezamos a mover at Loco Chávez por el Buenos Aires que conocemos, y a su alrededor brotaron como hongos los amigos y la familia. Por momentos, Malone se robó la escena con su ternura desvalida, con su querer ser Bogart pero parecerse a Woody Allen. Después, Homero acaparó la historia con su cara de Osvaldo Ardizzone y su infinita cultura tanguera.
Junto a ellos, Balderi, Juan Bergman, el gordo Globo, crecieron como compañeros de redacción y de boliche. Se supo que había una madre, un hermano mayor, una hermanita, y un padre jubilado que nos permitió repetir cosas que les pasan a nuestros propios pobres viejos, que creyeron, que laburaron y que esperaron un ocaso no regalado pero por lo menos justo.
Y también las minas. Una modelo de nombre Verónica, una adolescente llamada Gato que le metió al tipo todos los ratones desde su espléndida e inalcanzable adolescencia. Y Pampita. Y Olvido. Y siguen las firmas.
El Loco es un inmaduro, nos dicen ciertos lectores empedernidos con veleidades psicoanalíticas. No sabe lo que quiere, se encandila con cualquier buen trasero que se menee por ahí.
-Yo, en mi juventud, hacía lo mismo recuerda de repente un veterano . Y la tira me hace acordar de aquellos tiempos fenómenos en que podía dormir tres horas por día sin que empezaran a chiflarme los bronquios.
Con Altuna empezamos a sentir que la gente, allí por el 77 o el 78, comenzaba a hablar del Loco como de un tipo conocido, un vecino de la cuadra, el ocupante del departamento de al lado, algo así.
Hasta que fueron apareciendo, poco a poco, los que leyendo la historieta divisaban mensajes ocultos, sobre todo a partir de un país en que cada vez se decían menos las cosas por su nombre.
Y si en el barrio del Loco aparecía un especulador, un tipo que hacía negocios con el dinero y la buena fe del prójimo, se nos decía:
-!Ah, conque aludiendo a los Chicago Boys!
Y si en la casa de Malone surgía un individuo llamado Samson, que quería adueñarse de todos los departamentos, y eso ocurría allá, hace tantísimo tiempo, por mayo del '82, el punto era un inglés. Y el portero cómplice, un entregado ai imperialismo.
En fin, que autores, personaje y lectores nos fuimos acostumbrando a las medias palabras, al guiño, a las entrelíneas que, a fuer de ser sinceros, ni siquiera habíamos hecho conscientes a la hora de escribir y dibujar la tira.
La oblicuidad, que le dicen.
En noviembre de 1982. en una muestra internacional de historietas que se hace en ltaia, Oreste del Buono, importante crítico de los medios de comunicación nos decía, mirando algunas historietas que se exponían en el salón:
-Ustedes, los latinoamericanos, y últimamente en especial los argentinos, han afinado como nadie el instrumento de la sutileza. Claro, en sus países reprimidos. golpeados, silenciados, no se puede hablar de la realidad sino oblicuamente. Entonces, vuelan más alto que nosotros, los europeos, que lievamos 40 años consecutivos de decirle pan al pan y ladrón al que roba.
En su discurso, este crítico, insospechabie hombre de la izquierda, además, suspiraba recordando lo poderoso del pensamiento libre en tiempos del fascismo, colándose por cualquier rendija. Sí, claro, reconocía, ahora vivimos mejor. Pero cuando teníamos miedo, escribíamos y pensábamos mejor.
Y si la reflexión de del Buono puede servir para iluminar esa búsqueda incesante de entrelíneas, de cosas que no se dicen, pero se dicen, por parte de los lectores esta cita de un artículo de Ernesto Goldar, tal vez sea útil para comprender algunos mecanismos de adhesión a nuestro trabajo cotidiano desde hace pronto diez años:
“¿Cuánto de neurosis hay en el Loco? ¿Cuánto de inestabilidad emotiva? ¿Cuánto de realidad adulta destila el personaje? Hugo Chávez no busca el beneficio seguro sino el afecto, su personalidad tironeada no quiere ceder a las presiones, y es más, pide consejos. Este es el rasgo más positivo del Loco, su rechazo de la falsa seguridad, su inteligencia, pues quien pide consejo revela que no es necio ni pedante. Se dirá que le cuesta tomar decisiones por complejo de inferioridad, por indeciso. Pero quien escucha opiniones no se siente superior a nadie. Es un igual. Alguien con quien se puede discutir, una persona razonable. Este es el costado incuestionable del Loco, su función de propuesta, su "alegoría”, que plantea una denuncia de las costumbres autoritarias y estereotipadas, y abunda sobre un modelo político que el país necesita, moderno, abierto a una correspondencia con los otros, una democracia de la cotidianeidad y el estilo."
Nacido hace casi diez años y en un día raro (el del aniversario de la muerte de Eva Perón), la historieta continúa. Mañana a la mañana, por ejemplo, en la última página del Clarín, arriba, al lado de los datos del tiempo en esta capital, a la hora del café con leche y las tostadas con manteca.
Publicado originalmente en el n° 4 de la revista Zona 84 (1984).
Al rato (dos o tres meses después) de empezada la tarea, descubrimos que las mejores aventuras que podía protagonizar nuestro héroe eran de relevancia ínfima a los efectos de los titulares cuerpo catástrofe, pero que esas historias pequeñas, cotidianas, nos permitían manejar mejor el dibujo de tipos y tipas creíbles de esta ciudad donde transcurre la acción.
Empezamos a mover at Loco Chávez por el Buenos Aires que conocemos, y a su alrededor brotaron como hongos los amigos y la familia. Por momentos, Malone se robó la escena con su ternura desvalida, con su querer ser Bogart pero parecerse a Woody Allen. Después, Homero acaparó la historia con su cara de Osvaldo Ardizzone y su infinita cultura tanguera.
Junto a ellos, Balderi, Juan Bergman, el gordo Globo, crecieron como compañeros de redacción y de boliche. Se supo que había una madre, un hermano mayor, una hermanita, y un padre jubilado que nos permitió repetir cosas que les pasan a nuestros propios pobres viejos, que creyeron, que laburaron y que esperaron un ocaso no regalado pero por lo menos justo.
Y también las minas. Una modelo de nombre Verónica, una adolescente llamada Gato que le metió al tipo todos los ratones desde su espléndida e inalcanzable adolescencia. Y Pampita. Y Olvido. Y siguen las firmas.
El Loco es un inmaduro, nos dicen ciertos lectores empedernidos con veleidades psicoanalíticas. No sabe lo que quiere, se encandila con cualquier buen trasero que se menee por ahí.
-Yo, en mi juventud, hacía lo mismo recuerda de repente un veterano . Y la tira me hace acordar de aquellos tiempos fenómenos en que podía dormir tres horas por día sin que empezaran a chiflarme los bronquios.
Con Altuna empezamos a sentir que la gente, allí por el 77 o el 78, comenzaba a hablar del Loco como de un tipo conocido, un vecino de la cuadra, el ocupante del departamento de al lado, algo así.
Hasta que fueron apareciendo, poco a poco, los que leyendo la historieta divisaban mensajes ocultos, sobre todo a partir de un país en que cada vez se decían menos las cosas por su nombre.
Y si en el barrio del Loco aparecía un especulador, un tipo que hacía negocios con el dinero y la buena fe del prójimo, se nos decía:
-!Ah, conque aludiendo a los Chicago Boys!
Y si en la casa de Malone surgía un individuo llamado Samson, que quería adueñarse de todos los departamentos, y eso ocurría allá, hace tantísimo tiempo, por mayo del '82, el punto era un inglés. Y el portero cómplice, un entregado ai imperialismo.
En fin, que autores, personaje y lectores nos fuimos acostumbrando a las medias palabras, al guiño, a las entrelíneas que, a fuer de ser sinceros, ni siquiera habíamos hecho conscientes a la hora de escribir y dibujar la tira.
La oblicuidad, que le dicen.
En noviembre de 1982. en una muestra internacional de historietas que se hace en ltaia, Oreste del Buono, importante crítico de los medios de comunicación nos decía, mirando algunas historietas que se exponían en el salón:
-Ustedes, los latinoamericanos, y últimamente en especial los argentinos, han afinado como nadie el instrumento de la sutileza. Claro, en sus países reprimidos. golpeados, silenciados, no se puede hablar de la realidad sino oblicuamente. Entonces, vuelan más alto que nosotros, los europeos, que lievamos 40 años consecutivos de decirle pan al pan y ladrón al que roba.
En su discurso, este crítico, insospechabie hombre de la izquierda, además, suspiraba recordando lo poderoso del pensamiento libre en tiempos del fascismo, colándose por cualquier rendija. Sí, claro, reconocía, ahora vivimos mejor. Pero cuando teníamos miedo, escribíamos y pensábamos mejor.
Y si la reflexión de del Buono puede servir para iluminar esa búsqueda incesante de entrelíneas, de cosas que no se dicen, pero se dicen, por parte de los lectores esta cita de un artículo de Ernesto Goldar, tal vez sea útil para comprender algunos mecanismos de adhesión a nuestro trabajo cotidiano desde hace pronto diez años:
“¿Cuánto de neurosis hay en el Loco? ¿Cuánto de inestabilidad emotiva? ¿Cuánto de realidad adulta destila el personaje? Hugo Chávez no busca el beneficio seguro sino el afecto, su personalidad tironeada no quiere ceder a las presiones, y es más, pide consejos. Este es el rasgo más positivo del Loco, su rechazo de la falsa seguridad, su inteligencia, pues quien pide consejo revela que no es necio ni pedante. Se dirá que le cuesta tomar decisiones por complejo de inferioridad, por indeciso. Pero quien escucha opiniones no se siente superior a nadie. Es un igual. Alguien con quien se puede discutir, una persona razonable. Este es el costado incuestionable del Loco, su función de propuesta, su "alegoría”, que plantea una denuncia de las costumbres autoritarias y estereotipadas, y abunda sobre un modelo político que el país necesita, moderno, abierto a una correspondencia con los otros, una democracia de la cotidianeidad y el estilo."
Nacido hace casi diez años y en un día raro (el del aniversario de la muerte de Eva Perón), la historieta continúa. Mañana a la mañana, por ejemplo, en la última página del Clarín, arriba, al lado de los datos del tiempo en esta capital, a la hora del café con leche y las tostadas con manteca.
Publicado originalmente en el n° 4 de la revista Zona 84 (1984).
domingo, 16 de diciembre de 2012
EL PRINCIPITO, por Trillo, Saccomanno y O´Kif
Esta historieta fue co-escrita en 1990 por Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno, y dibujada por Alejandro O'Kif. Se publicó una sola vez en nuestro país, en el Nº 12 de Puertitas (Febrero de 1991).
sábado, 15 de diciembre de 2012
EL DIA QUE JORDI BERNET DIBUJO UNA HISTORIA DE AMOR, por Carlos Trillo
Yo tenía ganas de escribir varias cosas: una aventura en el mundo del espionaje, un cuento paródico, las melancolías de un monstruo sensible, un relato que contuviera a la mujer más bella y gélida del universo. Me daba vueltas la idea de poner en alguna parte un relator en primera persona que no participara de ia historia, voyeur invisible y asqueado con los acontecimientos de latrama, siguiendo resignadamente un estricto pedido del editor, que es el que paga.
Jordi Bernet recibía en Barcelona mis cartas, soportando con paciencia estas idas y venidas de mi búsqueda de La Idea Que Nos Hiciera Ricos Y Famosos. Por fin, mientras en su tablero de dibujo se coagulaban las últimas páginas de una nueva aventura de Torpedo y resolvía las sorpresas y petardos postreros y el cañonazo final indicados por el libro de Sánchez Abulí, me contestó: “Hombre, si dudas entre todas estas posibilidades, lo mejor es que las uses una por una en la historieta, que yo me la dibujo”.
Fue La Revelación.
Metí en el guiso a Light, la hermosa insensible a todo.
Hice aparecer a Bold, el enorme, agorilado, grotesco y sensible asesino a sueldo.
Los junté como protagonistas de una delirante confabulación universal, junto a espías fanáticos y venales, turcos alucinados, coroneles de caballería, profesores de arte escénico, chinos, filósofos y otros bichos.
También inserté al narrador, ausente como personaje activo, pero que cuenta todo esto porque no le queda otro remedio, de algo hay que vivir.
Cuando Bernet recibló los primeros tramos de Light & Bold y empezó a crear las figuras y a moverlas con esa fuerza descalabrante de su trazo violen to y sensual, me llamó por teléfono.
-Estoy muy contento -dijo-. Es la primera vez que dibujo una historia de amor.
Prólogo a la primera edición española de Light & Bold (Toutain, 1990)
Jordi Bernet recibía en Barcelona mis cartas, soportando con paciencia estas idas y venidas de mi búsqueda de La Idea Que Nos Hiciera Ricos Y Famosos. Por fin, mientras en su tablero de dibujo se coagulaban las últimas páginas de una nueva aventura de Torpedo y resolvía las sorpresas y petardos postreros y el cañonazo final indicados por el libro de Sánchez Abulí, me contestó: “Hombre, si dudas entre todas estas posibilidades, lo mejor es que las uses una por una en la historieta, que yo me la dibujo”.
Fue La Revelación.
Metí en el guiso a Light, la hermosa insensible a todo.
Hice aparecer a Bold, el enorme, agorilado, grotesco y sensible asesino a sueldo.
Los junté como protagonistas de una delirante confabulación universal, junto a espías fanáticos y venales, turcos alucinados, coroneles de caballería, profesores de arte escénico, chinos, filósofos y otros bichos.
También inserté al narrador, ausente como personaje activo, pero que cuenta todo esto porque no le queda otro remedio, de algo hay que vivir.
Cuando Bernet recibló los primeros tramos de Light & Bold y empezó a crear las figuras y a moverlas con esa fuerza descalabrante de su trazo violen to y sensual, me llamó por teléfono.
-Estoy muy contento -dijo-. Es la primera vez que dibujo una historia de amor.
Prólogo a la primera edición española de Light & Bold (Toutain, 1990)
viernes, 14 de diciembre de 2012
BLAS MILMUERTES, por Trillo y Alcatena
Blas Milmuertes es una historieta unitaria realizada por Carlos Trillo y Enrique Breccia allá por principios de los ´80. Pero estuvo cerca de ser algo más...
"Desde hacía muchos, muchos años, veníamos charlando con Carlos la posibilidad de hacer algún trabajo juntos -recuerda Quique Alcatena- pero nunca encontrábamos el hueco de tiempo para arrancar. En un momento, estuvo la idea de hacer un "thriller" con los personajes de la Commedia dell' Arte, pero por algún motivo u otro, nunca cuajó. Al final, y un poco derivado del primer proyecto fallido, Carlos me propuso narrar las aventuras de un grupo de comediantes de la legua en la América de la Conquista. Como ya había tratado ese período con Enrique Breccia y Pablo Tunica, le sugerí mejor situarlo en la América virreinal de las postrimerías del siglo XVII. Por supuesto, dadas mis proclividades, se trataría de un Nuevo Mundo mágico y fabuloso, en el que Blas Milmuertes y sus compañeros de ruta correrían desopilantes andanzas".
El proyecto nunca llegó a concretarse, pero hoy compartimos el plot y las primeras páginas del guión de Trillo y una ilustración realizada por Alcatena especialmente para Soretes Azules.
BLAS MILMUERTES
1670.
Un grupo de actores, cómicos de la legua, trashumantes, cansados de pasar hambre en España (y bombardeados por las historias fastuosas que uno de ellos, León el Canario, cuenta sobre las desmesuradas riquezas que hay en América) deciden cruzar el Atlántico y lanzarse a la extraña y peligrosa aventura de ir de ciudad en ciudad en esa geografía inabarcable y llena de acechanzas.
En el nuevo continente participamos del cruce de amores imposibles, las tristezas del sexo sin amor, las lecturas delirantes de las obras de la commedia dell´arte, los disfraces (que permitirán a Blas, el más central de los personajes de esta historia coral, usarlos para desfacer entuertos sin que se sepa que es él), las piruetas y malabares, los pequeños robos para no pasar tanta hambre.
Habría que ir elaborando una historia que vaya hacia un final, aunque sea provisorio, en alrededor de cien páginas. Se me ocurre que podría funcionar en las colecciones más chicas con alrededor de 6 cuadros por página. O en las grandes, con más cuadros, pero primero habría que mostrarla e ir viendo.
PAGINA 1
1.- UN CARROMATO EXTRAÑO, AL QUE LE SOBRESALEN Y LE CUELGAN EXTRAÑOS OBJETOS COMO UNA HUECA ESTATUA ECUESTRE QUE VA CABEZA ABAJO, SOMBREROS DE TODO TIPO, MARACAS, FAROLES, ZAPATONES ENORMES, AVANZA ENTRE LA VEGETACIÓN QUE PARECE AMENAZAR CON COMÉRSELO. ES UNA SELVA AMERICANA, SEGURAMENTE ENTRE PERÚ Y BRASIL Y TODAS LAS PLANTAS SON GIGANTESCAS Y LOS ÁRBOLES ENORMES Y SUCIOS DE MALEZA Y LIANAS PELUDAS.
UN PAR DE BUEYES TIRAN DEL CARROMATO CON RESIGNACIÓN Y ALGUNOS ADORNOS EXTRAVAGANTES, COMO SACADOS DE LA COMEDIA DEL ARTE, EN SUS CERVICES.
NO SE VE A NADIE TODAVÍA PERO ESCUCHAMOS LAS VOCES DEL INTERIOR.
QUIEN CONDUCE EL CARROMATO ALCANZA A MOSTRAR SUS MANOS QUE SOBRESALEN DE UNA CORTINA QUE HAY EN LA ABERTURA DELANTERA.
VOZ UNO: ¿Estás seguro que no equivocamos el camino, Lencina?
VOZ DOS: Seguro, Blas. Aquel viejo indio parecía conocer la zona y fue él quien dijo que siguiéramos la senda hasta su fin.
VOZ TRES (EL CONDUCTOR): Amigos, me temo que…
2.- SE ASOMA LA EXTRAÑA CARA DEL CONDUCTOR, QUIEN SE LLAMA LEÓN EL CANARIO (POR HABER NACIDO EN LAS ISLAS CANARIAS), Y ES UN TIPO DESDENTADO, FLAQUÍSIMO, QUE PARECE A PUNTO DE DESFALLECER CADA VEZ QUE HABLA.
COMO TAMBIÉN ESTE ES UN PLANO ABIERTO, PERMITE VER QUE LA RUDIMENTARIA SENDA POR LA QUE VIENEN ZANGOLOTÉANDOSE SE TERMINA ABRUPTAMENTE INTERRUMPIDA POR UN ÁRBOL Y ALGUNOS PEÑASCOS ENORMES.
Y QUE ADEMÁS, EL CAMINITO ES ESTRECHÍSIMO Y DIFICULTARÁ LA MANIOBRA DE DAR LA VUELTA CON EL CARROMATO.
LEON EL CANARIO: … que el camino termina exactamente aquí.
3.- EN PLANO MEDIO SE ASOMA AHORA LALUNA MADRIGAL, LA ACTRIZ PRINCIPAL DEL GRUPO, UNA MUJER BONITA, AFILADA, ENÉRGICA, SIN TETAS (VEMOS QUE LA PARTE DE ARRIBA DE SU VESTIDO NO ABULTA NADA Y ES LISO COMO EL DE UN MUCHACHO, PESE A QUE SU FEMENEIDAD ES MÁS QUE EVIDENTE).
LALUNA MADRIGAL: Veo que por una vez dices la verdad, canario, y no es otra de tus estúpidas bromas. Y te va a costar dar la vuelta, a juzgar por la estrechez de la senda.
4.- SE ASOMA AHORA BLAS MILMUERTES, EL GALÁN DEL GRUPO, QUE ES UN TIPO BIEN PLANTADO A NO SER PORQUE TIENE EL PECHO HUNDIDO Y LA ESPALDA CARGADA, COMO UN ÁRBOL QUE CRECIÓ TORCIDO. ANDA AFEITADO, EN GENERAL, PERO EN ESTA ESCENA TIENE UNA BARBA CRECIDA COMO DE TRES O CUATRO DÍAS.
BLAS MILMUERTES: Hm… vamos a tener que desatar a los bueyes y hacer girar el carro a mano. Y yo, que no podré ayudar por culpa de mis hernias…
5.- OTRO TRIPULANTE DEL CARROMATO, UN GORDO DE ENORME BARRIGA Y CIRCUNFERENCIA NOTABLE, SE ASOMA POR LA ABERTURA TRASERA Y CON GESTO DE TEMOR DICE ALGO. SE LLAMA LENCINARES DE HOGAÑO Y ES EL DIRECTOR DEL GRUPO. USA UNA PELUCA BASTANTE RIDÍCULA Y PAJIZA (NADA QUE VER CON LOS PELUCONES DE LA CORTE FRANCESA QUE VENDRÁN LUEGO) SINO QUE HA DE PARECE QUE SE HIZO UN ENTRETEJIDO CON PAJA.
LENCINARES DE HOGAÑO: No deberás pelearte con nadie para seguir haciendo holganza, Blas Milmuertes porque no se podrá enfilar el carro en la dirección inversa. Miren…
6.- AHORA SE HAN ASOMADO TODOS LOS TRIPULANTES POR LA CORTINA QUE CUBRE LA ENTRADA POSTERIOR DEL CARROMATO.
A LOS QUE YA HEMOS VISTO SE SUMA UNA ADOLESCENTE SUCIA Y MAL ENTRAZADO – LA ASISTENTE -, LLAMADA RUPE – TAL VEZ POR RUPERTA O POR RUPESTRE - Y QUE PESE A QUE LA ROÑA LA CUBRE Y HASTA LAS MOSCAS LA RONDAN EMPEÑOSAMENTE, ES MUY, PERO MUY FEMENINA, DE GENEROSAS TETAS, CURVAS BIEN FORMADAS Y ROSTRO MUY BELLO.
ELLA SE ENSUCIA, SE EMBARRA Y SE LAVA LA ENTREPIERNA CON GRASA DE CHANCHO PORQUE NO QUIERE TRATO CON LOS HOMBRES (LE GUSTAN LAS SEÑORAS, ESO SÍ).
RUPE HABLA.
RUPE: ¡La puta que lo parió al viejo indio que parecía conocer la zona!
PAGINA 2
1.- VEMOS LO QUE TODOS VIERON. EL CARROMATO ESTÁ RODEADO POR UN GRUPO, MAL ENTRAZADO Y CON EVIDENTE ASPECTO DE QUERER MATARLOS A TODOS, DE INDIOS ARMADOS CON LANZAS, CUCHILLOS Y HASTA ALGÚN ARCABUZ.
EL QUE LOS COMANDA ES JUSTAMENTE EL INDIO VIEJO QUE SONRIE MIRANDO A RUPE, QUE HA SALIDO EXPONIENDO EL CUERPO A LA FURIA MIENTRAS DESDE EL INTERIOR (DONDE TODOS LOS DEMÁS PRUDENTEMENTE SE HAN VUELTO A METER) VARIAS MANOS TRATAN DE LLEVÁRSELA PARA ADENTRO.
HAY, ENTRE LOS INDIOS, ALGUNOS PERROS CON ASPECTO DE FIERAS QUE MUESTRAN LOS DIENTES.
VIEJO INDIO: Creo que eso que has dicho, hembra sucia, es un insulto grave, por lo que además de matarte te cortaremos la lengua y se la daremos a los perros.
VOZ DEL INTERIOR: ¡Métete adentro, Rupe!
2.- RUPE DESAPARECE DETRÁS DE LA CORTINA, LLEVADA POR LAS MANOS QUE LA TRATABAN DE AGARRAR EN EL CUADRO ANTERIOR.
VOZ DEL INTERIOR: ¿No te das cuenta que te pueden despenar de un lanzazo?
VOZ DEL INTERIOR: ¿Y tú piensas que las lanzas no atraviesan los trapos que nos sirven de paredes, Canario estúpido?
3.- BLAS MILMUERTES SE RASCA LA BARBA DE POCOS DIAS QUE TIENE EN LA CARA.
BLAS MILMUERTES: Armas solo tenemos los cuchillos con los que cortamos la carne que comemos las pocas veces que tenemos carne para comer así que, para defendernos de esos salvajes habrá que urdir un plan.
4.- LALUNA MADRIGAL ENOJADA BLANDE UNA CUCHARA DE MADERA.
RUPE SE HA SACADO UN ZAPATO Y LO MUESTRA FURIOSA A BLAS MILMUERTES.
LALUNA MADRIGAL: Claro, ¡pero si podemos usar las cucharas que son tan buenas armas defensivas, infeliz!
RUPE: ¡Yo una vez me saqué de encima a un tipo corriéndolo a zapatazos, imbécil! ¿Qué plan podemos urdir si estamos en medio de la mierda?
5.- BLAS MILMUERTES EMPIEZA A HURGAR EN UN ARCON QUE HAY DENTRO DEL CARROMATO Y EMPIEZA A TIRAR ELEMENTOS PARA ENMASCARARSE, PARA DISFRAZARSE, PARA SER GALLOS, Y LEONES Y DIABLOS.
BLAS MIMUERTES: Por empezar, quiero que todos cantemos ………………… con las voces más cavernosas que nos salgan, ¡ya!
6.- LOS INDIOS QUE SE ESTÁN ACERCANDO AL CARROMATO COMO PARA DEGOLLARLOS A TODOS, SE MIRAN SORPRENDIDOS.
SALE DEL INTERIOR EL CANTO.
CANTO:
UN INDIO: ¿?
PAGINA 3
1.- LOS INDIOS SE MIRAN SORPRENDIDOS COMO ATRAVESADOS POR UNA SUPERSTICIOSA INQUIETUD. ESTÁN A UN PASO DEL CARROMATO CON SUS LANZAS, PUÑALES Y HASTA ALGUN ARCABUZ ROBADO.
UN INDIO: ¿Qué son esas voces?
VOZ DEL INTERIOR DEL CARROMATO: Esas voces… esas voces son…
2.- SE ASOMA, ABRIENDO LA ABERTURA TRASERA COMO SI SE TRATARA DE UN TELÓN, LENCINARES DE HOGAÑO, EL GORDÍSIMO DIRECTOR.
LENCINARES DE HOGAÑO: … esas voces son los demonios de la selva que llegan en nuestra ayuda, señores y señoritos indianos.
3.- EL CARROMATO SE ILUMINA COMO SI UNA INTENSA LUZ CRECIERA EN SU INTERIOR. POR LA ABERTURA- TELÓN SALEN LOS ACTORES DISFRAZADOS (VER LIBRO DE LA COMEDIA DEL ARTE, TIENEN QUE METER MIEDO).
LOS MONSTRUOS SON BLAS MILMUERTES, LALUNA MADRIGALES Y LEON EL CANARIO. FALTA RUPE.
EL LECTOR HA DE RECONOCERLOS BAJO SUS DISFRACES PERO LOS INDIOS RETROCEDEN INTIMIDADÍSIMOS.
LENCINARES DE HOGAÑO LOS SEÑALA CON POMPOSIDAD.
LENCINARES DE HOGAÑO: Con ustedeees… ¡los demonios que he atraído con mis conjuros mágicos!
BLAS MILMUERTES: ¡Retroceded, infelices, o morireis retorciéndoos como víboras cuando las tiran en el agua hirviendo!
LEON EL CANARIO: ¡Fuera del carromato protegido por las fuerzas de la naturaleza!
LALUNA MADRIGALES: ¡Atrás, atrás u os dejaré ciegos con las chispas que salen de mis dedos!
4.- LOS INDIOS HUYEN DESESPERADOS. LOS ACTORES HACEN PIRUETAS FINGIENDOSE FANTASMALES DEMONIOS.
BLAS MILMUERTES: ¡Uuuuuuuuuh!
LEON EL CANARIO: ¡Aaahhhhhhhh!
LALUNA MADRIGALES: ¡Oooohhhhhhh!
LENCINARES DE HOGAÑO: ¡Eso es! ¡Por vuestra vida, major huid en espantada!
PAGINA 4
1.- SIN SACARSE LOS DISFRACES, LEON EL CANARIO Y BLAS MILMUERTES SE DAN LA MANO.
LALUNA MADRIGALES MIRA DENTRO DEL CARROMATO.
LEON EL CANARIO: ¡Se hicieron repeluz, Blas Milmuertes! ¡Gran idea tuviste!
BLAS MILMUERTES: Las buenas ideas son mejores que las más afiladas espadas, León el Canario.
LALUNA MADRIGALES: Pero… Rupe no salió con nosotros. ¿Qué…?
2.- ASOMADA AL INTERIOR DEL CARROMATO, LALUNA MADRIGALES VE A RUPE QUE TIENE UN BARRILITO ABIERTO (DEL QUE SALEN MALSANOS EFLUVIOS) Y CON EL CONTENIDO DEL MISMO SE ESTÁ FROTANDO LA ENTREPIERNA.
LALUNA MADRIGALES: … ¿qué es esa fetidez, Rupe? ¿Has destapado la bacinilla donde caga Satanás, hija?
RUPE: No, Laluna Madrigales, nada de eso…
3.- RUPE SE VE QUE HUELE MAL Y SE SIGUE FROTANDO EL BAJO VIENTRE CON LO QUE SALE FÉTIDO DE ESE BARRILITO.
RUPE: … pero antes de batallar con sujetos que me atacan, me pongo siempre en mis partes más secretas el ungúento de sapos podridos y grasa líquida de cerdo…
4.- HUELE MUY MAL. TODOS SE MIRAN ENTRE ELLOS FRUNCIENDO LA NARIZ ASOMANDOSE YA MEDIO DESDISFRAZADOS, CON LAS MÁSCARAS EN LAS MANOS.
ELLA SE MIRA LA ENTREPIERNA MALOLIENTE CON ORGULLO.
RUPE: … más de una vez, gracias a él, he evitado que me violaran.
5.- EL CARROMATO HA DADO LA VUELTA. VEMOS ATRÁS LO QUE ANTES OBSTACULIZABA SU PASO Y DESANDAN EL CAMINO.
SOBRE EL TECHO, ACOSTADA, VA RUPE, AL AIRE LIBRE, ENTREDORMIDA. DEL INTERIOR SE OYEN VOCES.
LEON EL CANARIO: Ha costado poner la proa hacia popa, pero ahora volveremos al cruce de dos caminos y seguiremos en la otra dirección.
RUPE: (PIENSA) (Dios mío…)
6.- DURMIENDOSE, RUPE, EN EL TECHO DEL CARROMATO. CON HUMITOS O ALGO SE DEBERÍA INSINUAR QUE TIENE UN OLOR INSOPORTABLE Y POR ESO LA HAN PUESTO A DORMIR AHÍ ARRIBA, AFUERA.
RUPE: (PIENSA) (… ¿cómo fue que me dejé arrastrar a esta tierra bestial?)
PAGINA 5
1.- RUPE, A LA INTEMPERIE, SOÑADORA Y CASI DORMIDA.
RUPE: (PIENSA) (En casa había dinero y yo tenía una hilera de fijosdalgos que pretendían mi mano. ¿Cómo vine a parar aquí?
2.- ES MUY BONITA, MUY FEMENINA, PERO LE GUSTAN LAS CHICAS. Y HUELE MAL.
RUPE: (PIENSA) (Cierto es que mi padre me expulsó de la finca familiar porque no me gustaba ninguno de los candidatos y en vez de eso, toda vez que podia, me metía a juguetear en la cama con la cocinera…)
3.- A RUPE LE GIRAN LOS OJOS DE TANTO SUEÑO.
RUPE: (PIENSA) (… y que Blas Milmuertes me ayudó a escapar de una condena atroz cuando ese inquisidor, queriendo tenerme como amante, me descubrió con aquellas dos monjitas de tan buen ver…)
4.- CASI DORMIDA.
RUPE: (PIENSA) (… pero de ahí a haber atravesado el mar océano para tentar fortuna en América, no entiendo cómo fue que…)
RUPE: zzz
5.- SOBRE LA CABEZA DE LA DORMIDA RUPE SE CORPORIZA UNA ESCENA DE SUEÑO EN LA QUE SE VE A LEON EL CANARIO QUE HABLA LEVANTANDO UN DEDO MIENTRAS, A SU LADO, LE RESPONDE LENCINARES DE HOGAÑO.
RUPE: z
LEON EL CANARIO: Aquí en España hay tantos cómicos haciendo los caminos que ya tropezamos los unos con los otros.
LENCINARES DE HOGAÑO: Eso mientras en América, ese continente empedrado en oro, los emigrados de nuestra noble España se aburren porque nadie les divierte en las tardes grises de melancolia.
"Desde hacía muchos, muchos años, veníamos charlando con Carlos la posibilidad de hacer algún trabajo juntos -recuerda Quique Alcatena- pero nunca encontrábamos el hueco de tiempo para arrancar. En un momento, estuvo la idea de hacer un "thriller" con los personajes de la Commedia dell' Arte, pero por algún motivo u otro, nunca cuajó. Al final, y un poco derivado del primer proyecto fallido, Carlos me propuso narrar las aventuras de un grupo de comediantes de la legua en la América de la Conquista. Como ya había tratado ese período con Enrique Breccia y Pablo Tunica, le sugerí mejor situarlo en la América virreinal de las postrimerías del siglo XVII. Por supuesto, dadas mis proclividades, se trataría de un Nuevo Mundo mágico y fabuloso, en el que Blas Milmuertes y sus compañeros de ruta correrían desopilantes andanzas".
El proyecto nunca llegó a concretarse, pero hoy compartimos el plot y las primeras páginas del guión de Trillo y una ilustración realizada por Alcatena especialmente para Soretes Azules.
BLAS MILMUERTES
1670.
Un grupo de actores, cómicos de la legua, trashumantes, cansados de pasar hambre en España (y bombardeados por las historias fastuosas que uno de ellos, León el Canario, cuenta sobre las desmesuradas riquezas que hay en América) deciden cruzar el Atlántico y lanzarse a la extraña y peligrosa aventura de ir de ciudad en ciudad en esa geografía inabarcable y llena de acechanzas.
En el nuevo continente participamos del cruce de amores imposibles, las tristezas del sexo sin amor, las lecturas delirantes de las obras de la commedia dell´arte, los disfraces (que permitirán a Blas, el más central de los personajes de esta historia coral, usarlos para desfacer entuertos sin que se sepa que es él), las piruetas y malabares, los pequeños robos para no pasar tanta hambre.
Habría que ir elaborando una historia que vaya hacia un final, aunque sea provisorio, en alrededor de cien páginas. Se me ocurre que podría funcionar en las colecciones más chicas con alrededor de 6 cuadros por página. O en las grandes, con más cuadros, pero primero habría que mostrarla e ir viendo.
PAGINA 1
1.- UN CARROMATO EXTRAÑO, AL QUE LE SOBRESALEN Y LE CUELGAN EXTRAÑOS OBJETOS COMO UNA HUECA ESTATUA ECUESTRE QUE VA CABEZA ABAJO, SOMBREROS DE TODO TIPO, MARACAS, FAROLES, ZAPATONES ENORMES, AVANZA ENTRE LA VEGETACIÓN QUE PARECE AMENAZAR CON COMÉRSELO. ES UNA SELVA AMERICANA, SEGURAMENTE ENTRE PERÚ Y BRASIL Y TODAS LAS PLANTAS SON GIGANTESCAS Y LOS ÁRBOLES ENORMES Y SUCIOS DE MALEZA Y LIANAS PELUDAS.
UN PAR DE BUEYES TIRAN DEL CARROMATO CON RESIGNACIÓN Y ALGUNOS ADORNOS EXTRAVAGANTES, COMO SACADOS DE LA COMEDIA DEL ARTE, EN SUS CERVICES.
NO SE VE A NADIE TODAVÍA PERO ESCUCHAMOS LAS VOCES DEL INTERIOR.
QUIEN CONDUCE EL CARROMATO ALCANZA A MOSTRAR SUS MANOS QUE SOBRESALEN DE UNA CORTINA QUE HAY EN LA ABERTURA DELANTERA.
VOZ UNO: ¿Estás seguro que no equivocamos el camino, Lencina?
VOZ DOS: Seguro, Blas. Aquel viejo indio parecía conocer la zona y fue él quien dijo que siguiéramos la senda hasta su fin.
VOZ TRES (EL CONDUCTOR): Amigos, me temo que…
2.- SE ASOMA LA EXTRAÑA CARA DEL CONDUCTOR, QUIEN SE LLAMA LEÓN EL CANARIO (POR HABER NACIDO EN LAS ISLAS CANARIAS), Y ES UN TIPO DESDENTADO, FLAQUÍSIMO, QUE PARECE A PUNTO DE DESFALLECER CADA VEZ QUE HABLA.
COMO TAMBIÉN ESTE ES UN PLANO ABIERTO, PERMITE VER QUE LA RUDIMENTARIA SENDA POR LA QUE VIENEN ZANGOLOTÉANDOSE SE TERMINA ABRUPTAMENTE INTERRUMPIDA POR UN ÁRBOL Y ALGUNOS PEÑASCOS ENORMES.
Y QUE ADEMÁS, EL CAMINITO ES ESTRECHÍSIMO Y DIFICULTARÁ LA MANIOBRA DE DAR LA VUELTA CON EL CARROMATO.
LEON EL CANARIO: … que el camino termina exactamente aquí.
3.- EN PLANO MEDIO SE ASOMA AHORA LALUNA MADRIGAL, LA ACTRIZ PRINCIPAL DEL GRUPO, UNA MUJER BONITA, AFILADA, ENÉRGICA, SIN TETAS (VEMOS QUE LA PARTE DE ARRIBA DE SU VESTIDO NO ABULTA NADA Y ES LISO COMO EL DE UN MUCHACHO, PESE A QUE SU FEMENEIDAD ES MÁS QUE EVIDENTE).
LALUNA MADRIGAL: Veo que por una vez dices la verdad, canario, y no es otra de tus estúpidas bromas. Y te va a costar dar la vuelta, a juzgar por la estrechez de la senda.
4.- SE ASOMA AHORA BLAS MILMUERTES, EL GALÁN DEL GRUPO, QUE ES UN TIPO BIEN PLANTADO A NO SER PORQUE TIENE EL PECHO HUNDIDO Y LA ESPALDA CARGADA, COMO UN ÁRBOL QUE CRECIÓ TORCIDO. ANDA AFEITADO, EN GENERAL, PERO EN ESTA ESCENA TIENE UNA BARBA CRECIDA COMO DE TRES O CUATRO DÍAS.
BLAS MILMUERTES: Hm… vamos a tener que desatar a los bueyes y hacer girar el carro a mano. Y yo, que no podré ayudar por culpa de mis hernias…
5.- OTRO TRIPULANTE DEL CARROMATO, UN GORDO DE ENORME BARRIGA Y CIRCUNFERENCIA NOTABLE, SE ASOMA POR LA ABERTURA TRASERA Y CON GESTO DE TEMOR DICE ALGO. SE LLAMA LENCINARES DE HOGAÑO Y ES EL DIRECTOR DEL GRUPO. USA UNA PELUCA BASTANTE RIDÍCULA Y PAJIZA (NADA QUE VER CON LOS PELUCONES DE LA CORTE FRANCESA QUE VENDRÁN LUEGO) SINO QUE HA DE PARECE QUE SE HIZO UN ENTRETEJIDO CON PAJA.
LENCINARES DE HOGAÑO: No deberás pelearte con nadie para seguir haciendo holganza, Blas Milmuertes porque no se podrá enfilar el carro en la dirección inversa. Miren…
6.- AHORA SE HAN ASOMADO TODOS LOS TRIPULANTES POR LA CORTINA QUE CUBRE LA ENTRADA POSTERIOR DEL CARROMATO.
A LOS QUE YA HEMOS VISTO SE SUMA UNA ADOLESCENTE SUCIA Y MAL ENTRAZADO – LA ASISTENTE -, LLAMADA RUPE – TAL VEZ POR RUPERTA O POR RUPESTRE - Y QUE PESE A QUE LA ROÑA LA CUBRE Y HASTA LAS MOSCAS LA RONDAN EMPEÑOSAMENTE, ES MUY, PERO MUY FEMENINA, DE GENEROSAS TETAS, CURVAS BIEN FORMADAS Y ROSTRO MUY BELLO.
ELLA SE ENSUCIA, SE EMBARRA Y SE LAVA LA ENTREPIERNA CON GRASA DE CHANCHO PORQUE NO QUIERE TRATO CON LOS HOMBRES (LE GUSTAN LAS SEÑORAS, ESO SÍ).
RUPE HABLA.
RUPE: ¡La puta que lo parió al viejo indio que parecía conocer la zona!
PAGINA 2
1.- VEMOS LO QUE TODOS VIERON. EL CARROMATO ESTÁ RODEADO POR UN GRUPO, MAL ENTRAZADO Y CON EVIDENTE ASPECTO DE QUERER MATARLOS A TODOS, DE INDIOS ARMADOS CON LANZAS, CUCHILLOS Y HASTA ALGÚN ARCABUZ.
EL QUE LOS COMANDA ES JUSTAMENTE EL INDIO VIEJO QUE SONRIE MIRANDO A RUPE, QUE HA SALIDO EXPONIENDO EL CUERPO A LA FURIA MIENTRAS DESDE EL INTERIOR (DONDE TODOS LOS DEMÁS PRUDENTEMENTE SE HAN VUELTO A METER) VARIAS MANOS TRATAN DE LLEVÁRSELA PARA ADENTRO.
HAY, ENTRE LOS INDIOS, ALGUNOS PERROS CON ASPECTO DE FIERAS QUE MUESTRAN LOS DIENTES.
VIEJO INDIO: Creo que eso que has dicho, hembra sucia, es un insulto grave, por lo que además de matarte te cortaremos la lengua y se la daremos a los perros.
VOZ DEL INTERIOR: ¡Métete adentro, Rupe!
2.- RUPE DESAPARECE DETRÁS DE LA CORTINA, LLEVADA POR LAS MANOS QUE LA TRATABAN DE AGARRAR EN EL CUADRO ANTERIOR.
VOZ DEL INTERIOR: ¿No te das cuenta que te pueden despenar de un lanzazo?
VOZ DEL INTERIOR: ¿Y tú piensas que las lanzas no atraviesan los trapos que nos sirven de paredes, Canario estúpido?
3.- BLAS MILMUERTES SE RASCA LA BARBA DE POCOS DIAS QUE TIENE EN LA CARA.
BLAS MILMUERTES: Armas solo tenemos los cuchillos con los que cortamos la carne que comemos las pocas veces que tenemos carne para comer así que, para defendernos de esos salvajes habrá que urdir un plan.
4.- LALUNA MADRIGAL ENOJADA BLANDE UNA CUCHARA DE MADERA.
RUPE SE HA SACADO UN ZAPATO Y LO MUESTRA FURIOSA A BLAS MILMUERTES.
LALUNA MADRIGAL: Claro, ¡pero si podemos usar las cucharas que son tan buenas armas defensivas, infeliz!
RUPE: ¡Yo una vez me saqué de encima a un tipo corriéndolo a zapatazos, imbécil! ¿Qué plan podemos urdir si estamos en medio de la mierda?
5.- BLAS MILMUERTES EMPIEZA A HURGAR EN UN ARCON QUE HAY DENTRO DEL CARROMATO Y EMPIEZA A TIRAR ELEMENTOS PARA ENMASCARARSE, PARA DISFRAZARSE, PARA SER GALLOS, Y LEONES Y DIABLOS.
BLAS MIMUERTES: Por empezar, quiero que todos cantemos ………………… con las voces más cavernosas que nos salgan, ¡ya!
6.- LOS INDIOS QUE SE ESTÁN ACERCANDO AL CARROMATO COMO PARA DEGOLLARLOS A TODOS, SE MIRAN SORPRENDIDOS.
SALE DEL INTERIOR EL CANTO.
CANTO:
UN INDIO: ¿?
PAGINA 3
1.- LOS INDIOS SE MIRAN SORPRENDIDOS COMO ATRAVESADOS POR UNA SUPERSTICIOSA INQUIETUD. ESTÁN A UN PASO DEL CARROMATO CON SUS LANZAS, PUÑALES Y HASTA ALGUN ARCABUZ ROBADO.
UN INDIO: ¿Qué son esas voces?
VOZ DEL INTERIOR DEL CARROMATO: Esas voces… esas voces son…
2.- SE ASOMA, ABRIENDO LA ABERTURA TRASERA COMO SI SE TRATARA DE UN TELÓN, LENCINARES DE HOGAÑO, EL GORDÍSIMO DIRECTOR.
LENCINARES DE HOGAÑO: … esas voces son los demonios de la selva que llegan en nuestra ayuda, señores y señoritos indianos.
3.- EL CARROMATO SE ILUMINA COMO SI UNA INTENSA LUZ CRECIERA EN SU INTERIOR. POR LA ABERTURA- TELÓN SALEN LOS ACTORES DISFRAZADOS (VER LIBRO DE LA COMEDIA DEL ARTE, TIENEN QUE METER MIEDO).
LOS MONSTRUOS SON BLAS MILMUERTES, LALUNA MADRIGALES Y LEON EL CANARIO. FALTA RUPE.
EL LECTOR HA DE RECONOCERLOS BAJO SUS DISFRACES PERO LOS INDIOS RETROCEDEN INTIMIDADÍSIMOS.
LENCINARES DE HOGAÑO LOS SEÑALA CON POMPOSIDAD.
LENCINARES DE HOGAÑO: Con ustedeees… ¡los demonios que he atraído con mis conjuros mágicos!
BLAS MILMUERTES: ¡Retroceded, infelices, o morireis retorciéndoos como víboras cuando las tiran en el agua hirviendo!
LEON EL CANARIO: ¡Fuera del carromato protegido por las fuerzas de la naturaleza!
LALUNA MADRIGALES: ¡Atrás, atrás u os dejaré ciegos con las chispas que salen de mis dedos!
4.- LOS INDIOS HUYEN DESESPERADOS. LOS ACTORES HACEN PIRUETAS FINGIENDOSE FANTASMALES DEMONIOS.
BLAS MILMUERTES: ¡Uuuuuuuuuh!
LEON EL CANARIO: ¡Aaahhhhhhhh!
LALUNA MADRIGALES: ¡Oooohhhhhhh!
LENCINARES DE HOGAÑO: ¡Eso es! ¡Por vuestra vida, major huid en espantada!
PAGINA 4
1.- SIN SACARSE LOS DISFRACES, LEON EL CANARIO Y BLAS MILMUERTES SE DAN LA MANO.
LALUNA MADRIGALES MIRA DENTRO DEL CARROMATO.
LEON EL CANARIO: ¡Se hicieron repeluz, Blas Milmuertes! ¡Gran idea tuviste!
BLAS MILMUERTES: Las buenas ideas son mejores que las más afiladas espadas, León el Canario.
LALUNA MADRIGALES: Pero… Rupe no salió con nosotros. ¿Qué…?
2.- ASOMADA AL INTERIOR DEL CARROMATO, LALUNA MADRIGALES VE A RUPE QUE TIENE UN BARRILITO ABIERTO (DEL QUE SALEN MALSANOS EFLUVIOS) Y CON EL CONTENIDO DEL MISMO SE ESTÁ FROTANDO LA ENTREPIERNA.
LALUNA MADRIGALES: … ¿qué es esa fetidez, Rupe? ¿Has destapado la bacinilla donde caga Satanás, hija?
RUPE: No, Laluna Madrigales, nada de eso…
3.- RUPE SE VE QUE HUELE MAL Y SE SIGUE FROTANDO EL BAJO VIENTRE CON LO QUE SALE FÉTIDO DE ESE BARRILITO.
RUPE: … pero antes de batallar con sujetos que me atacan, me pongo siempre en mis partes más secretas el ungúento de sapos podridos y grasa líquida de cerdo…
4.- HUELE MUY MAL. TODOS SE MIRAN ENTRE ELLOS FRUNCIENDO LA NARIZ ASOMANDOSE YA MEDIO DESDISFRAZADOS, CON LAS MÁSCARAS EN LAS MANOS.
ELLA SE MIRA LA ENTREPIERNA MALOLIENTE CON ORGULLO.
RUPE: … más de una vez, gracias a él, he evitado que me violaran.
5.- EL CARROMATO HA DADO LA VUELTA. VEMOS ATRÁS LO QUE ANTES OBSTACULIZABA SU PASO Y DESANDAN EL CAMINO.
SOBRE EL TECHO, ACOSTADA, VA RUPE, AL AIRE LIBRE, ENTREDORMIDA. DEL INTERIOR SE OYEN VOCES.
LEON EL CANARIO: Ha costado poner la proa hacia popa, pero ahora volveremos al cruce de dos caminos y seguiremos en la otra dirección.
RUPE: (PIENSA) (Dios mío…)
6.- DURMIENDOSE, RUPE, EN EL TECHO DEL CARROMATO. CON HUMITOS O ALGO SE DEBERÍA INSINUAR QUE TIENE UN OLOR INSOPORTABLE Y POR ESO LA HAN PUESTO A DORMIR AHÍ ARRIBA, AFUERA.
RUPE: (PIENSA) (… ¿cómo fue que me dejé arrastrar a esta tierra bestial?)
PAGINA 5
1.- RUPE, A LA INTEMPERIE, SOÑADORA Y CASI DORMIDA.
RUPE: (PIENSA) (En casa había dinero y yo tenía una hilera de fijosdalgos que pretendían mi mano. ¿Cómo vine a parar aquí?
2.- ES MUY BONITA, MUY FEMENINA, PERO LE GUSTAN LAS CHICAS. Y HUELE MAL.
RUPE: (PIENSA) (Cierto es que mi padre me expulsó de la finca familiar porque no me gustaba ninguno de los candidatos y en vez de eso, toda vez que podia, me metía a juguetear en la cama con la cocinera…)
3.- A RUPE LE GIRAN LOS OJOS DE TANTO SUEÑO.
RUPE: (PIENSA) (… y que Blas Milmuertes me ayudó a escapar de una condena atroz cuando ese inquisidor, queriendo tenerme como amante, me descubrió con aquellas dos monjitas de tan buen ver…)
4.- CASI DORMIDA.
RUPE: (PIENSA) (… pero de ahí a haber atravesado el mar océano para tentar fortuna en América, no entiendo cómo fue que…)
RUPE: zzz
5.- SOBRE LA CABEZA DE LA DORMIDA RUPE SE CORPORIZA UNA ESCENA DE SUEÑO EN LA QUE SE VE A LEON EL CANARIO QUE HABLA LEVANTANDO UN DEDO MIENTRAS, A SU LADO, LE RESPONDE LENCINARES DE HOGAÑO.
RUPE: z
LEON EL CANARIO: Aquí en España hay tantos cómicos haciendo los caminos que ya tropezamos los unos con los otros.
LENCINARES DE HOGAÑO: Eso mientras en América, ese continente empedrado en oro, los emigrados de nuestra noble España se aburren porque nadie les divierte en las tardes grises de melancolia.
jueves, 13 de diciembre de 2012
RECUERDOS QUE MATAN, por Trillo y Zaffino
Segunda parte de esta historieta de Carlos Trillo y Jorge Zaffino inédita en nuestro idioma, extraída del Nº 1(Año 25) de LancioStory.
El escaneado corrió por cuenta de los amigos de BladeScans (Italia) y la traducción la hizo Juan del grupo Woodiana.
El escaneado corrió por cuenta de los amigos de BladeScans (Italia) y la traducción la hizo Juan del grupo Woodiana.
miércoles, 12 de diciembre de 2012
RECUERDOS QUE MATAN, por Trillo y Zaffino
Tercer y último de los unitarios de Carlos Trillo y Jorge Zaffino que están inéditos en nuestro idioma. Este se publicó en el Nº 1(Año 25) de LancioStory, el 11 de Enero de 1999, con el título "I ricordi che uccidono".
El escaneado corrió por cuenta de los amigos de BladeScans (Italia) y la traducción la hizo Juan del grupo Woodiana.
Mañana, la segunda parte.
El escaneado corrió por cuenta de los amigos de BladeScans (Italia) y la traducción la hizo Juan del grupo Woodiana.
Mañana, la segunda parte.
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