Esta historieta de 1978 es la única que aportó Carlos Trillo a la revista Pif-Paf, de Ediciones Record. Fue co-escrita junto a Guillermo Saccomanno y dibujada por Félix Saborido. Se publicó una sóla vez en Argentina, en el Nº 29 de Pif-Paf (Junio de 1978).
Mañana, la segunda parte.
miércoles, 31 de octubre de 2012
martes, 30 de octubre de 2012
TRILLO EN TIRAS DE CUERO, por Juan Carlos Massa y Andrés Accorsi
Tiras de Cuero fue una revista muy efímera, de la cual solo salieron 3 números entre Noviembre y Diciembre de 1983. La revista era quincenal, combinaba material de autores argentinos con historietas europeas y además ofrecía varios artículos sobre historieta, cine y literatura, algunos de ellos escritos por el propio Carlos Trillo.
Entre las historietas propiamente dichas que llevan la firma del guionista, tenemos:
Los tres episodios de Memoria del Viejo Mundo, dibujados por Alberto Dose, que vimos en este blog durante el mes de Mayo.
El unitario Teoría: El Futuro no es la Materia de los Sueños, dibujado por Félix Saborido, que vimos en el blog el 28 de Septiembre.
Y las primeras páginas de Matando el Tiempo, una historieta también dibujada por Saborido, que quedaría trunca y se republicaría (incluyendo el final) en la Fierro clásica.
Entre las historietas propiamente dichas que llevan la firma del guionista, tenemos:
Los tres episodios de Memoria del Viejo Mundo, dibujados por Alberto Dose, que vimos en este blog durante el mes de Mayo.
El unitario Teoría: El Futuro no es la Materia de los Sueños, dibujado por Félix Saborido, que vimos en el blog el 28 de Septiembre.
Y las primeras páginas de Matando el Tiempo, una historieta también dibujada por Saborido, que quedaría trunca y se republicaría (incluyendo el final) en la Fierro clásica.
lunes, 29 de octubre de 2012
LO TOLERABLE. POLÍTICA, SEXO Y HUMOR EN EL SÍNDROME GUASTAVINO, por Lucas Martín
Segunda parte de este trabajo que forma parte de una Tesina de grado (en desarrollo) para la carrera de Comunicación Social de la UBA, dirigida por Laura Vazquez.
Sexo
Tengo presentes tres antecedentes de la dupla Trillo/Varela. El Cuerno Escarlata, realizado en 2002, editado en Argentina en 2008. “El Inspector Potham” historia corta que no tuvo continuación en la revista Genios, publicada luego en Estupefacto. Ambas obras, dirigidas a priori hacía un público infantil. Y la tercera es “Sasha despierta”, publicada en FIERRO, durante el año comprendido entre abril de 2010 y abril de 2011. En El Cuerno Escarlata, detectamos guiños al público juvenil y adulto vinculados a relaciones sexuales y/o amorosas. Y estas referencias son, por lo menos, curiosas. La relación de Lamort (el villano de la historia) con una piedra mágica, a la que llama “mi cascotita”, “mi negrurita”. La piedra, para cumplir los deseos de su nuevo amo le pide “un besito”, a lo que Lamort responde: “vení acá, ladrillito mimosón”, mientras lo besa. La piedra piensa: “puaj, los besos del Gran Magón –su anterior dueño- eran más pasionales”. Hay un pantano que rodea el castillo de Lamort, que al ver a una princesa enjaulada piensa: “que fuerte está esa minita”. Las relaciones sentimentales entre los personajes, inclusive la procreación, abundan en la historieta. La gallina/corcel del escudero del héroe carga con su hijito huevo; el pantano tiene novia pantana y conciben un hijo pantanito; el ratón escudero enamorado de la princesa, la piedra mágica soñando con el Gran Magón como un apuesto príncipe; Lamort soñando que no depende de la piedra y por lo tanto nunca más deberá “hacerle arrumacos como si la quisiera con devoción. ¡No volveré a besarla!”; la relación entre los dos corceles que, luego de “una noche estrellada”, termina con el embarazo de la yegua. Desde la época de Mickey y el Pato Donald en la década del ´50 y del ´60, donde el sexo y las relaciones amorosas estaban ocultas, a El Cuerno Escarlata mucho ha cambiado en la historieta infantil.
“El Inspector Potham” es un policial futurista. La historia tiene guiños al género negro (vestido con un sobretodo Potham es un detective recio que maltrata a su subordinado) y a la ciencia ficción (la policía posee unas varas que lanzan rayos endurecedores). Potham tiene una novia pata, pero el dice mantener esa relación por fines instrumentales, así puede aprovechar la piscina y las comodidades de la mansión de su novia.
“Sasha despierta” cuenta la historia de Miranda, una chica “normal y corriente”, pero con un desorden de personalidad que la transforma en Sasha, una chica con actitud trash, actriz porno, promiscua y pendenciera. El villano de la historia es Marcelo, el hermano de Miranda, estrella de televisión, productor de películas snuff y asesino. Luego de vengarse de su hermano y exponerlo al mundo, Miranda retoma su vida y comienza un feliz noviazgo homosexual.
Estas historias hablan de límites flexibles y tolerancia a la hora de contar una historia que involucre –y todas lo hacen- las relaciones de pareja (o la posibilidad de). En el caso de Sasha, publicada en pleno debate y sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario (Ley 26.618/10) promovida en el Congreso Nacional por legisladores oficialistas y el Poder Ejecutivo, encontramos relaciones entre la ficción presentada y el contexto social que la incuba. Estas historias dan cuenta de las condiciones de producción complejas que generan una idea como la de Elvio Guastavino enamorado de una muñeca. La piedra y la muñeca, dos objetos inanimados plausibles de ser amados y deseados, especialmente en los mundos creados por Trillo y Varela.
Vinculado al sexo hay algo más en Guastavino que no es precisamente una idea de tolerancia por el otro, sino de todo lo contrario. Donde lo sexual se vincula con una intención obscena de degradación total del otro. Hay un momento clave: la “señora esposa del capitán Aarón Guastavino” llega junto a Elvio a su casa y encuentra a su marido a punto de violar a una mujer que mantiene atada a la cama matrimonial. Esta escena, contada en un rojo furioso -que se diferencia con el tono grisáceo del recuerdo de Elvio-, es el momento de la ruptura y la represión (Trillo C.; Varela L., 2009: 33). Años después, Elvio ve contrastados estos recuerdos por la aparición de la misma mujer y su relato (Trillo y Varela, 2009: 51). En esa recreación de la escena vemos a su madre decirle: “tu padre es una bestia, ¡no lo puedo creer! ¿Te das cuenta? Trajo a esa presa con el pretexto de obligarla a confesar vaya una a saber qué en este ámbito hogareño… cuando en realidad lo que quería era cogérsela”, y continúa: “¡La verdad! ¡Estoy diciendo la verdad! ¡El capitán Aarón Guastavino es un degenerado!”. Vuelta al presente. La mujer lo acusa también a Elvio de haberla violado, a lo que Guastavino responde: “¿Qué dice, loca de mierda? Cuando mi papi la trajo a este hogar cristiano para arrebatarle por la fuerza esos secretos que podían poner en peligro a la Patria, yo tenía ocho años”. La mujer sonríe y retruca: “Armaste tus recuerdos para que no te jodan ¿no?... ¡Tenés dos años más que yo, Elvio Guastavino!”, provocando el desgarramiento del rostro y del recuerdo encubridor que ocultaba los hechos en la cabeza de Guastavino. Dice un informe del COMFER sobre la obscenidad: “todo lo que, sin máscara, sin maquillaje y sin rostro, está entregado a la operación pura del sexo”. Tras la careta católica y patriota de los militares, se escondía la obscenidad y la impunidad del poder destructivo, de poder someter a su voluntad –al fin- a mujeres que nunca se hubieran podido coger.
Estas escenas, donde cruzamos lo político y lo sexual, las leo como un comentario crítico de los autores hacia la actitud de la sociedad argentina frente a los crímenes de la dictadura. Una respuesta al “no sabíamos nada” y “algo habrán hecho”. Esa actitud es la que asume Elvio en este caso, se recuerda a sí mismo como un niño inocente que nada sabía y nada podía frente a su padre, pero en realidad era un adulto consciente, culpable y cómplice de los crímenes que se llevaron a cabo. Y cuando ese pasado vuelve a ser puesto en el tapete para ser juzgado por la víctima (recordemos la nulidad de las “leyes de impunidad” y la reapertura de los juicios), Elvio se alza en una voz –que nos suena familiar- que denuncia: “¡Usted no puede venir a remover mierda a un hogar cristiano, comunista!” (Trillo y Varela, 2009: 57).
Humor
El libro hace gala del talento de los autores para el humor negro y la parodia. En la continuación de la escena de la violación, Aarón le explica a su hijo que va a salir a cenar afuera con la esposa para “explicarle que lo que creyó ver no fue como ella piensa”. “–¿Y yo?, responde Elvio. –¿Vos qué, Elvio? Hacéte un sánguche, hay fiambre en la heladera”. Los autores nos llevan de la representación carnal de la violencia estatal a un comentario costumbrista y cotidiano, ajeno a esos hechos. Dice Henri Bergson en su ensayo sobre la risa (1939: 14): “lo cómico, para producir todo su efecto, exige como una anestesia momentánea del corazón. Se dirige a la inteligencia pura”. Siguiendo esa idea hay otra viñeta interesante. En el número 36 de FIERRO, se publica un especial de historias cortas de una página. En esa plancha, Trillo y Varela narran una secuencia donde Elvio, despechado porque su madre imposibilita la “culminación” de su amor por Luisita, le prepara –literalmente- un licuado de mierda fresca que la famélica mujer bebe encantada. Guastavino mira por la ventana y piensa: “¿Será posible, Luisita, que hasta mi santa madre esté impidiendo que consumemos nuestro amor?”. En estos momentos de la historieta se hace más presente el efecto que provoca el dibujo de Varela. En sus propias palabras: “creo que el choque de la historia medio oscura y patética con el dibujo cartoon crea una leve perturbación en el lector” (Berone, 2009). Escribe Bergson (1939: 15):
[…] para comprender la risa hay que reintegrarla a su medio natural, que es la sociedad hay que determinar ante todo su función útil, que es una función social […] La risa debe responder a ciertas exigencias de la vida en común. La risa debe tener una significación social.
No podría decir con certeza por qué nos reímos de Guastavino y sus peripecias, tal vez tampoco reímos, a lo sumo formamos una mueca ácida, quizás así también nosotros –junto con los autores y la sociedad- exorcizamos nuestros propios demonios, al tan mentado “enano fascista”.
Conclusiones preliminares
La obra analizada surgió en un determinado escenario: FIERRO reaparece después de 14 años y abre un espacio para viejos y nuevos artistas del medio; Carlos Trillo transitando una larga y prolífica madurez creativa; Lucas Varela despuntando como uno de los renovadores de las historietas producidas en nuestro país, con un estilo personal identificable y arriesgado; un contexto cultural/político tolerante ante temáticas antes problemáticas. En esta red de significaciones, El síndrome Guastavino opera como obra constituida y a su vez constituyente del campo político, cultural e historietístico.
En la obra se hace una referencia no explícita a la última dictadura militar, sus crímenes y sus consecuencias. Pensamos que propone un acercamiento particular al tema: toma distancia y utiliza el humor negro. El humor es el cristal por donde se filtran los hechos narrados. Tengo la impresión que ante un panorama social donde algunos de los crímenes cometidos están siendo juzgados (con amplio consenso social), es posible volver al tema y tratarlo de forma diferente. Ahora que se hace Justicia, podemos hablar con mayor libertad y reírnos de ello.
Tanto FIERRO como El Síndrome Guastavino se insertan dentro de un mercado editorial diferente al de los ´80 y ´90. Ya la revista Barcelona (surgida en el año 2003) había instalado la propuesta de “joder con todo y todos”. Barcelona corrió el límite de lo decible en el humor gráfico masivo y se rió de lo intocable: desaparecidos, aborto, consumo de drogas, judaismo y nazismo. Podríamos decir que el humor negro se va convirtiendo cada vez menos en la excepción.
Una idea que atraviesa a los autores, en sus trabajos por separado y en los conjuntos, es que los personajes tienen el derecho de vincularse sentimentalmente con quien quieran. Asistimos a una propuesta democratizadora (en el sentido que presenta un pluralidad de opciones) del erotismo, con menos prejuicios y criticando los comportamientos discriminadores. Aún tipos desequilibrados como Elvio Guastavino (diagnosticado como enfermo, portador del síndrome de su padre), tiene la posibilidad de consumar su amor. Se ha corrido el límite de lo tolerable también en este tema. Los autores aportan carnadura al personaje de Luisita que, aún siendo un juguete, es la mujer que moviliza las acciones del protagonista. Su existencia se vuelve real en las consecuencias de las acciones de Elvio.
Por último, creo que la aparición e intervención de esta obra permite afirmar todo lo que potencialmente las historietas puede ofrecernos: relatos –dibujo y texto- imaginativos y audaces, lecturas inteligentes de hechos actuales y pasados, nuevas formas de recuperar sucesos históricos que queman en la memoria de una sociedad, un cruce de géneros y sensibilidades, la inclusión de tensiones sociales y una posibilidad de lidiar con ellas.
Sexo
Tengo presentes tres antecedentes de la dupla Trillo/Varela. El Cuerno Escarlata, realizado en 2002, editado en Argentina en 2008. “El Inspector Potham” historia corta que no tuvo continuación en la revista Genios, publicada luego en Estupefacto. Ambas obras, dirigidas a priori hacía un público infantil. Y la tercera es “Sasha despierta”, publicada en FIERRO, durante el año comprendido entre abril de 2010 y abril de 2011. En El Cuerno Escarlata, detectamos guiños al público juvenil y adulto vinculados a relaciones sexuales y/o amorosas. Y estas referencias son, por lo menos, curiosas. La relación de Lamort (el villano de la historia) con una piedra mágica, a la que llama “mi cascotita”, “mi negrurita”. La piedra, para cumplir los deseos de su nuevo amo le pide “un besito”, a lo que Lamort responde: “vení acá, ladrillito mimosón”, mientras lo besa. La piedra piensa: “puaj, los besos del Gran Magón –su anterior dueño- eran más pasionales”. Hay un pantano que rodea el castillo de Lamort, que al ver a una princesa enjaulada piensa: “que fuerte está esa minita”. Las relaciones sentimentales entre los personajes, inclusive la procreación, abundan en la historieta. La gallina/corcel del escudero del héroe carga con su hijito huevo; el pantano tiene novia pantana y conciben un hijo pantanito; el ratón escudero enamorado de la princesa, la piedra mágica soñando con el Gran Magón como un apuesto príncipe; Lamort soñando que no depende de la piedra y por lo tanto nunca más deberá “hacerle arrumacos como si la quisiera con devoción. ¡No volveré a besarla!”; la relación entre los dos corceles que, luego de “una noche estrellada”, termina con el embarazo de la yegua. Desde la época de Mickey y el Pato Donald en la década del ´50 y del ´60, donde el sexo y las relaciones amorosas estaban ocultas, a El Cuerno Escarlata mucho ha cambiado en la historieta infantil.
“El Inspector Potham” es un policial futurista. La historia tiene guiños al género negro (vestido con un sobretodo Potham es un detective recio que maltrata a su subordinado) y a la ciencia ficción (la policía posee unas varas que lanzan rayos endurecedores). Potham tiene una novia pata, pero el dice mantener esa relación por fines instrumentales, así puede aprovechar la piscina y las comodidades de la mansión de su novia.
“Sasha despierta” cuenta la historia de Miranda, una chica “normal y corriente”, pero con un desorden de personalidad que la transforma en Sasha, una chica con actitud trash, actriz porno, promiscua y pendenciera. El villano de la historia es Marcelo, el hermano de Miranda, estrella de televisión, productor de películas snuff y asesino. Luego de vengarse de su hermano y exponerlo al mundo, Miranda retoma su vida y comienza un feliz noviazgo homosexual.
Estas historias hablan de límites flexibles y tolerancia a la hora de contar una historia que involucre –y todas lo hacen- las relaciones de pareja (o la posibilidad de). En el caso de Sasha, publicada en pleno debate y sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario (Ley 26.618/10) promovida en el Congreso Nacional por legisladores oficialistas y el Poder Ejecutivo, encontramos relaciones entre la ficción presentada y el contexto social que la incuba. Estas historias dan cuenta de las condiciones de producción complejas que generan una idea como la de Elvio Guastavino enamorado de una muñeca. La piedra y la muñeca, dos objetos inanimados plausibles de ser amados y deseados, especialmente en los mundos creados por Trillo y Varela.
Vinculado al sexo hay algo más en Guastavino que no es precisamente una idea de tolerancia por el otro, sino de todo lo contrario. Donde lo sexual se vincula con una intención obscena de degradación total del otro. Hay un momento clave: la “señora esposa del capitán Aarón Guastavino” llega junto a Elvio a su casa y encuentra a su marido a punto de violar a una mujer que mantiene atada a la cama matrimonial. Esta escena, contada en un rojo furioso -que se diferencia con el tono grisáceo del recuerdo de Elvio-, es el momento de la ruptura y la represión (Trillo C.; Varela L., 2009: 33). Años después, Elvio ve contrastados estos recuerdos por la aparición de la misma mujer y su relato (Trillo y Varela, 2009: 51). En esa recreación de la escena vemos a su madre decirle: “tu padre es una bestia, ¡no lo puedo creer! ¿Te das cuenta? Trajo a esa presa con el pretexto de obligarla a confesar vaya una a saber qué en este ámbito hogareño… cuando en realidad lo que quería era cogérsela”, y continúa: “¡La verdad! ¡Estoy diciendo la verdad! ¡El capitán Aarón Guastavino es un degenerado!”. Vuelta al presente. La mujer lo acusa también a Elvio de haberla violado, a lo que Guastavino responde: “¿Qué dice, loca de mierda? Cuando mi papi la trajo a este hogar cristiano para arrebatarle por la fuerza esos secretos que podían poner en peligro a la Patria, yo tenía ocho años”. La mujer sonríe y retruca: “Armaste tus recuerdos para que no te jodan ¿no?... ¡Tenés dos años más que yo, Elvio Guastavino!”, provocando el desgarramiento del rostro y del recuerdo encubridor que ocultaba los hechos en la cabeza de Guastavino. Dice un informe del COMFER sobre la obscenidad: “todo lo que, sin máscara, sin maquillaje y sin rostro, está entregado a la operación pura del sexo”. Tras la careta católica y patriota de los militares, se escondía la obscenidad y la impunidad del poder destructivo, de poder someter a su voluntad –al fin- a mujeres que nunca se hubieran podido coger.
Estas escenas, donde cruzamos lo político y lo sexual, las leo como un comentario crítico de los autores hacia la actitud de la sociedad argentina frente a los crímenes de la dictadura. Una respuesta al “no sabíamos nada” y “algo habrán hecho”. Esa actitud es la que asume Elvio en este caso, se recuerda a sí mismo como un niño inocente que nada sabía y nada podía frente a su padre, pero en realidad era un adulto consciente, culpable y cómplice de los crímenes que se llevaron a cabo. Y cuando ese pasado vuelve a ser puesto en el tapete para ser juzgado por la víctima (recordemos la nulidad de las “leyes de impunidad” y la reapertura de los juicios), Elvio se alza en una voz –que nos suena familiar- que denuncia: “¡Usted no puede venir a remover mierda a un hogar cristiano, comunista!” (Trillo y Varela, 2009: 57).
Humor
El libro hace gala del talento de los autores para el humor negro y la parodia. En la continuación de la escena de la violación, Aarón le explica a su hijo que va a salir a cenar afuera con la esposa para “explicarle que lo que creyó ver no fue como ella piensa”. “–¿Y yo?, responde Elvio. –¿Vos qué, Elvio? Hacéte un sánguche, hay fiambre en la heladera”. Los autores nos llevan de la representación carnal de la violencia estatal a un comentario costumbrista y cotidiano, ajeno a esos hechos. Dice Henri Bergson en su ensayo sobre la risa (1939: 14): “lo cómico, para producir todo su efecto, exige como una anestesia momentánea del corazón. Se dirige a la inteligencia pura”. Siguiendo esa idea hay otra viñeta interesante. En el número 36 de FIERRO, se publica un especial de historias cortas de una página. En esa plancha, Trillo y Varela narran una secuencia donde Elvio, despechado porque su madre imposibilita la “culminación” de su amor por Luisita, le prepara –literalmente- un licuado de mierda fresca que la famélica mujer bebe encantada. Guastavino mira por la ventana y piensa: “¿Será posible, Luisita, que hasta mi santa madre esté impidiendo que consumemos nuestro amor?”. En estos momentos de la historieta se hace más presente el efecto que provoca el dibujo de Varela. En sus propias palabras: “creo que el choque de la historia medio oscura y patética con el dibujo cartoon crea una leve perturbación en el lector” (Berone, 2009). Escribe Bergson (1939: 15):
[…] para comprender la risa hay que reintegrarla a su medio natural, que es la sociedad hay que determinar ante todo su función útil, que es una función social […] La risa debe responder a ciertas exigencias de la vida en común. La risa debe tener una significación social.
No podría decir con certeza por qué nos reímos de Guastavino y sus peripecias, tal vez tampoco reímos, a lo sumo formamos una mueca ácida, quizás así también nosotros –junto con los autores y la sociedad- exorcizamos nuestros propios demonios, al tan mentado “enano fascista”.
Conclusiones preliminares
La obra analizada surgió en un determinado escenario: FIERRO reaparece después de 14 años y abre un espacio para viejos y nuevos artistas del medio; Carlos Trillo transitando una larga y prolífica madurez creativa; Lucas Varela despuntando como uno de los renovadores de las historietas producidas en nuestro país, con un estilo personal identificable y arriesgado; un contexto cultural/político tolerante ante temáticas antes problemáticas. En esta red de significaciones, El síndrome Guastavino opera como obra constituida y a su vez constituyente del campo político, cultural e historietístico.
En la obra se hace una referencia no explícita a la última dictadura militar, sus crímenes y sus consecuencias. Pensamos que propone un acercamiento particular al tema: toma distancia y utiliza el humor negro. El humor es el cristal por donde se filtran los hechos narrados. Tengo la impresión que ante un panorama social donde algunos de los crímenes cometidos están siendo juzgados (con amplio consenso social), es posible volver al tema y tratarlo de forma diferente. Ahora que se hace Justicia, podemos hablar con mayor libertad y reírnos de ello.
Tanto FIERRO como El Síndrome Guastavino se insertan dentro de un mercado editorial diferente al de los ´80 y ´90. Ya la revista Barcelona (surgida en el año 2003) había instalado la propuesta de “joder con todo y todos”. Barcelona corrió el límite de lo decible en el humor gráfico masivo y se rió de lo intocable: desaparecidos, aborto, consumo de drogas, judaismo y nazismo. Podríamos decir que el humor negro se va convirtiendo cada vez menos en la excepción.
Una idea que atraviesa a los autores, en sus trabajos por separado y en los conjuntos, es que los personajes tienen el derecho de vincularse sentimentalmente con quien quieran. Asistimos a una propuesta democratizadora (en el sentido que presenta un pluralidad de opciones) del erotismo, con menos prejuicios y criticando los comportamientos discriminadores. Aún tipos desequilibrados como Elvio Guastavino (diagnosticado como enfermo, portador del síndrome de su padre), tiene la posibilidad de consumar su amor. Se ha corrido el límite de lo tolerable también en este tema. Los autores aportan carnadura al personaje de Luisita que, aún siendo un juguete, es la mujer que moviliza las acciones del protagonista. Su existencia se vuelve real en las consecuencias de las acciones de Elvio.
Por último, creo que la aparición e intervención de esta obra permite afirmar todo lo que potencialmente las historietas puede ofrecernos: relatos –dibujo y texto- imaginativos y audaces, lecturas inteligentes de hechos actuales y pasados, nuevas formas de recuperar sucesos históricos que queman en la memoria de una sociedad, un cruce de géneros y sensibilidades, la inclusión de tensiones sociales y una posibilidad de lidiar con ellas.
domingo, 28 de octubre de 2012
AMOR: 0 - VIOLENCIA: 1, por Trillo y Männken
Este extraño unitario fue realizado por Carlos Trillo y el maestro Männken (Victor Braxator, 1931-2011) en 1987. En nuestro idioma se publicó de forma bastante tardía, en Junio de 1994, en el D'artagnan Color Súper Álbum Nº 148.
Es parte de un ciclo de historietas unitarias realizadas para el mercado italiano, del cual en Argentina se publicaron sólo dos.
Es parte de un ciclo de historietas unitarias realizadas para el mercado italiano, del cual en Argentina se publicaron sólo dos.
sábado, 27 de octubre de 2012
LO TOLERABLE. POLÍTICA, SEXO Y HUMOR EN EL SÍNDROME GUASTAVINO, por Lucas Martín
Este trabajo forma parte de una Tesina de grado (en desarrollo) para la carrera de Comunicación Social de la UBA, dirigida por Laura Vazquez. Fue presentado en el II Congreso Internacional de Historietas Viñetas Serias.
Introducción
En noviembre de 2006 salió el número 1 de FIERRO. La historieta argentina. Publicada por Ed. La Página S.A., propietario del matutino Página/12, la revista la dirigía Juan Sasturain, quien había sido el primer jefe de redacción de FIERRO. Historietas para sobrevivientes. En agosto de 2007, en el número 10 de la revista, se editaba el primer capítulo de El Síndrome Guastavino, escrita por Carlos Trillo y dibujada por Lucas Varela. El último capítulo se imprimió en abril de 2008. En agosto de 2009, se editó como comic-book por Ed. Sudamericana/Random House- Mondadori. En octubre de ese año, con motivo del especial por los 3 años de FIERRO, se publicó una plancha con una mini historia inédita de los personajes. Este trabajo se detendrá en esa historieta, una obra destacada dentro de lo publicado en la revista FIERRO.
El Síndrome Guastavino impactaba ya en su comienzo al presentarnos este personaje de apariencia gris, miserable y cruel, que mataba de hambre a su mamá para poder comprar una muñeca de la que estaba locamente enamorado. Esto escribe Juan Sasturain en el prólogo a la edición de 2009, titulado “Guastavino o lo intolerable”:
[…] la terrible historia de Carlos Trillo y el dibujo incisivo de Lucas Varela constituían una combinación demasiado fuerte para mí, un confeso conservador ablandado, con el umbral cada vez más bajo para cierto tipo de violencias, ciertas explicitudes. Simplemente, no la pude (no la quise) soportar.
Al principio, esta idea de “lo intolerable” me convenció, pero luego comencé a pensar que no era tan así. Personalmente no me considero un “conservador ablandado” y la historieta no me impactaba por su crudeza o violencia, sino por el talento desplegado en ella para hablar de un ambiente cultural, político y social particular. Por la presentación de personajes y tramas dramáticas originales y atractivas, por el uso del humor negro y la parodia para contar una historia con inteligencia y sensibilidad. En este sentido, la idea que guía la ponencia es que El Síndrome Guastavino presenta el mundo de lo -cada vez más- tolerable.
Los Autores
Luego de la lectura intensiva y extensa, habiendo detectado las alusiones políticas, el juego humorístico, las influencias detectables y los puntos de contactos con obras conocidas, le siguió (y acompañó) la certeza de que en los autores está el secreto del misterio.
Carlos Trillo, guionista de historietas con casi cuarenta años en el campo. Prolífico, autor de muchas obras que lograron reconocimiento, uno de los pocos que logró instalar personajes por fuera del público especializado: “El loco Chávez” (desde la contrapa de Clarín) y López de “Las puertitas del Sr. López”; “Cybersix” y “Alvar Mayor” entre los lectores habituales de historietas, por nombrar solo algunos. Al entrar en la trayectoria de Trillo, los títulos se nos hacen inabarcables. Escribió dentro de muchos géneros: erotismo (“Cicca”, junto a Jordi Bernet), ciencia ficción (“Custer”, con el mismo Bernet), policial (“Spaghetti Bross” con Mandrafina), costumbrismo de aventuras (“El Negro Blanco”, con García Seijas), historieta infantil (para García Ferré como “Antifaz” y “SuperHijitus”; o “Ele, el elefante”, con Lucas Varela y Eduardo Maicas). Esta diversidad se corresponde con la amplitud de sus lecturas y consumos: cine, literatura, historietas. Así lo expresa en sus entrevistas, las referencias son miles, y cada una de acuerdo a la época. De Trillo se puede esperar cualquier cosa, y a la vez podríamos presentir de qué se tratará lo que se viene. Así, en 2007, Trillo preanunciaba lo siguiente: “Creo que ha llegado el momento de mostrar a esos personajes siniestros que nunca pudimos poner en las tiras de los diarios, esos seres egoístas, rastreros, capaces de bajezas sin límites para beneficiarse”. (Barrero; Mora Bordel: 2007).
Lucas Varela, dibujante. Con un recorrido generacional diferente y una producción lógicamente menos prolífica que la de Trillo, su obra también es variada: desde ilustraciones para revistas y tapas de discos, a historietas de propia autoría, revistas inconseguibles (Kapop) o trabajo con otros guionistas. Varela se formó como dibujante en la carrera de Diseño Gráfico y a partir de múltiples influencias culturales, con predominancia de la historieta (en sus entrevistas enumera autores y dibujantes de todo el mundo). Su trazo es reconocible por un estilo y uso del color cercano al dibujo animado. En las obras de su autoría hace gala de un negro sentido del humor (su historia de “Donald King” en Estupefacto -una colección de historietas de su autoría- como un ejemplo perfecto) y del cinismo (su personaje Paolo Pinoccio). Al respecto, dice Varela: “creo que el humor es una herramienta muy útil para reflexionar sobre el absurdo de la existencia” (Berone, 2009). Y dice Trillo de Varela: “de estilo detallista y cerrado, pero de ideas abiertas como pocas veces había visto”.
Política, sexo y humor
Sobre su obra como dupla, El Síndrome Guastavino, haré un análisis cruzado por tres tópicos que me parecen interesantes para pensar un determinado estado de situación: política, sexo y humor. Creo que en las formas y los contenidos que les demos, se juega buena parte del carácter de una época, una sociedad y –en este caso- una obra. Esta ponencia carga la intención de extender esta matriz de análisis a un corpus mayor de historietas (como parte de la Tesina de Grado de la carrera Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires), y a una exploración de época (los años 2000 en Argentina -y el mundo-) inevitablemente compleja. Es por eso que el desafío impuesto es el de lograr verosimilitud y creatividad en el desarrollo de las ideas, por un lado, y atisbo de líneas de investigación por otro. Advierto, estas categorías no son estancas, se cruzan y articulan entre sí, pero sostenerlas me permite ordenar la exposición de las ideas.
Política
A finales de 2001 estalla en el país la mayor crisis política y social desde la vuelta de la democracia, con su consecuente inestabilidad en los órdenes de lo público y lo privado y con un efecto devastador entre los sectores de la población más vulnerables. Durante la presidencia de Eduardo Duhalde se rompe la paridad cambiaria con el dólar, el peso se devalúa y se atisba la recuperación económica. En 2003 es electo presidente Néstor Kirchner, y bajo su mandato ejecutivo se llevan a adelante medidas que se vinculan a la obra analizada.
Ese mismo año, el Congreso Nacional declara la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y en junio de 2005 la Corte Suprema de Justicia declara la inconstitucionalidad, sentando la jurisprudencia necesaria para iniciar juicios contra represores. Ambas medidas fueron consideradas como logros del gobierno de Néstor Kirchner. Quién también generó un fuerte impacto simbólico al ordenar el retiro de los cuadros de los generales Videla y Bignone de la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESMA), la cual luego se reconvirtió en Espacio para la Memoria. Medidas como estas lograron que el nuevo presidente obtuviera una base de adhesión importante dentro de sectores de “centro y centro-izquierda” que veían reivindicadas demandas históricas. Podríamos identificar a algunos de esos actores: Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, personajes de la cultura y parte del periodismo que representa el diario Pagina/12. El matutino se convirtió en un defensor de las políticas del nuevo gobierno, que levantaba banderas comunes como el anti menemismo, la defensa de los DD.HH, una identidad “nacional & popular” y la idea de una “Patria Grande”. En este caldo de cultivo, surge el proyecto de relanzar la FIERRO. Con el diario como respaldo (en la publicación, distribución y exhibición) y con el Gobierno Nacional como sponsor, la revista vuelve a ver la luz.
Estas condiciones nos permiten suponer que, incluso dentro de un ambiente de libertad artística y creativa –propio de la FIERRO como concepto, y de un director como Juan Sasturain-, las historias a publicar probablemente serán afines en espíritu a las ideas progresistas que defienden desde el periódico que da cabida y el Gobierno que sustenta. No es rara entonces la aparición de El Síndrome Guastavino, una historieta que habla de la violencia de la Dictadura, que pone en el tapete la brutalidad de sus acciones y sus profundas secuelas: “esquirlas de la peor locura han ido quedando en demasiadas cabezas compatriotas”, como escribió Trillo en el texto que acompañó el último capítulo. Y la historia carga sus tintas de colores sobre esos conciudadanos, los hombres “de pro”, como dice la anciana pituca que corteja Elvio, que aún hoy defienden a capa y espada la tarea de los “héroes” que nos salvaron del atentado a los cimientos católicos, apostólicos y romanos de la Argentina. (el lunes, la segunda parte)
Introducción
En noviembre de 2006 salió el número 1 de FIERRO. La historieta argentina. Publicada por Ed. La Página S.A., propietario del matutino Página/12, la revista la dirigía Juan Sasturain, quien había sido el primer jefe de redacción de FIERRO. Historietas para sobrevivientes. En agosto de 2007, en el número 10 de la revista, se editaba el primer capítulo de El Síndrome Guastavino, escrita por Carlos Trillo y dibujada por Lucas Varela. El último capítulo se imprimió en abril de 2008. En agosto de 2009, se editó como comic-book por Ed. Sudamericana/Random House- Mondadori. En octubre de ese año, con motivo del especial por los 3 años de FIERRO, se publicó una plancha con una mini historia inédita de los personajes. Este trabajo se detendrá en esa historieta, una obra destacada dentro de lo publicado en la revista FIERRO.
El Síndrome Guastavino impactaba ya en su comienzo al presentarnos este personaje de apariencia gris, miserable y cruel, que mataba de hambre a su mamá para poder comprar una muñeca de la que estaba locamente enamorado. Esto escribe Juan Sasturain en el prólogo a la edición de 2009, titulado “Guastavino o lo intolerable”:
[…] la terrible historia de Carlos Trillo y el dibujo incisivo de Lucas Varela constituían una combinación demasiado fuerte para mí, un confeso conservador ablandado, con el umbral cada vez más bajo para cierto tipo de violencias, ciertas explicitudes. Simplemente, no la pude (no la quise) soportar.
Al principio, esta idea de “lo intolerable” me convenció, pero luego comencé a pensar que no era tan así. Personalmente no me considero un “conservador ablandado” y la historieta no me impactaba por su crudeza o violencia, sino por el talento desplegado en ella para hablar de un ambiente cultural, político y social particular. Por la presentación de personajes y tramas dramáticas originales y atractivas, por el uso del humor negro y la parodia para contar una historia con inteligencia y sensibilidad. En este sentido, la idea que guía la ponencia es que El Síndrome Guastavino presenta el mundo de lo -cada vez más- tolerable.
Los Autores
Luego de la lectura intensiva y extensa, habiendo detectado las alusiones políticas, el juego humorístico, las influencias detectables y los puntos de contactos con obras conocidas, le siguió (y acompañó) la certeza de que en los autores está el secreto del misterio.
Carlos Trillo, guionista de historietas con casi cuarenta años en el campo. Prolífico, autor de muchas obras que lograron reconocimiento, uno de los pocos que logró instalar personajes por fuera del público especializado: “El loco Chávez” (desde la contrapa de Clarín) y López de “Las puertitas del Sr. López”; “Cybersix” y “Alvar Mayor” entre los lectores habituales de historietas, por nombrar solo algunos. Al entrar en la trayectoria de Trillo, los títulos se nos hacen inabarcables. Escribió dentro de muchos géneros: erotismo (“Cicca”, junto a Jordi Bernet), ciencia ficción (“Custer”, con el mismo Bernet), policial (“Spaghetti Bross” con Mandrafina), costumbrismo de aventuras (“El Negro Blanco”, con García Seijas), historieta infantil (para García Ferré como “Antifaz” y “SuperHijitus”; o “Ele, el elefante”, con Lucas Varela y Eduardo Maicas). Esta diversidad se corresponde con la amplitud de sus lecturas y consumos: cine, literatura, historietas. Así lo expresa en sus entrevistas, las referencias son miles, y cada una de acuerdo a la época. De Trillo se puede esperar cualquier cosa, y a la vez podríamos presentir de qué se tratará lo que se viene. Así, en 2007, Trillo preanunciaba lo siguiente: “Creo que ha llegado el momento de mostrar a esos personajes siniestros que nunca pudimos poner en las tiras de los diarios, esos seres egoístas, rastreros, capaces de bajezas sin límites para beneficiarse”. (Barrero; Mora Bordel: 2007).
Lucas Varela, dibujante. Con un recorrido generacional diferente y una producción lógicamente menos prolífica que la de Trillo, su obra también es variada: desde ilustraciones para revistas y tapas de discos, a historietas de propia autoría, revistas inconseguibles (Kapop) o trabajo con otros guionistas. Varela se formó como dibujante en la carrera de Diseño Gráfico y a partir de múltiples influencias culturales, con predominancia de la historieta (en sus entrevistas enumera autores y dibujantes de todo el mundo). Su trazo es reconocible por un estilo y uso del color cercano al dibujo animado. En las obras de su autoría hace gala de un negro sentido del humor (su historia de “Donald King” en Estupefacto -una colección de historietas de su autoría- como un ejemplo perfecto) y del cinismo (su personaje Paolo Pinoccio). Al respecto, dice Varela: “creo que el humor es una herramienta muy útil para reflexionar sobre el absurdo de la existencia” (Berone, 2009). Y dice Trillo de Varela: “de estilo detallista y cerrado, pero de ideas abiertas como pocas veces había visto”.
Política, sexo y humor
Sobre su obra como dupla, El Síndrome Guastavino, haré un análisis cruzado por tres tópicos que me parecen interesantes para pensar un determinado estado de situación: política, sexo y humor. Creo que en las formas y los contenidos que les demos, se juega buena parte del carácter de una época, una sociedad y –en este caso- una obra. Esta ponencia carga la intención de extender esta matriz de análisis a un corpus mayor de historietas (como parte de la Tesina de Grado de la carrera Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires), y a una exploración de época (los años 2000 en Argentina -y el mundo-) inevitablemente compleja. Es por eso que el desafío impuesto es el de lograr verosimilitud y creatividad en el desarrollo de las ideas, por un lado, y atisbo de líneas de investigación por otro. Advierto, estas categorías no son estancas, se cruzan y articulan entre sí, pero sostenerlas me permite ordenar la exposición de las ideas.
Política
A finales de 2001 estalla en el país la mayor crisis política y social desde la vuelta de la democracia, con su consecuente inestabilidad en los órdenes de lo público y lo privado y con un efecto devastador entre los sectores de la población más vulnerables. Durante la presidencia de Eduardo Duhalde se rompe la paridad cambiaria con el dólar, el peso se devalúa y se atisba la recuperación económica. En 2003 es electo presidente Néstor Kirchner, y bajo su mandato ejecutivo se llevan a adelante medidas que se vinculan a la obra analizada.
Ese mismo año, el Congreso Nacional declara la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y en junio de 2005 la Corte Suprema de Justicia declara la inconstitucionalidad, sentando la jurisprudencia necesaria para iniciar juicios contra represores. Ambas medidas fueron consideradas como logros del gobierno de Néstor Kirchner. Quién también generó un fuerte impacto simbólico al ordenar el retiro de los cuadros de los generales Videla y Bignone de la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESMA), la cual luego se reconvirtió en Espacio para la Memoria. Medidas como estas lograron que el nuevo presidente obtuviera una base de adhesión importante dentro de sectores de “centro y centro-izquierda” que veían reivindicadas demandas históricas. Podríamos identificar a algunos de esos actores: Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, personajes de la cultura y parte del periodismo que representa el diario Pagina/12. El matutino se convirtió en un defensor de las políticas del nuevo gobierno, que levantaba banderas comunes como el anti menemismo, la defensa de los DD.HH, una identidad “nacional & popular” y la idea de una “Patria Grande”. En este caldo de cultivo, surge el proyecto de relanzar la FIERRO. Con el diario como respaldo (en la publicación, distribución y exhibición) y con el Gobierno Nacional como sponsor, la revista vuelve a ver la luz.
Estas condiciones nos permiten suponer que, incluso dentro de un ambiente de libertad artística y creativa –propio de la FIERRO como concepto, y de un director como Juan Sasturain-, las historias a publicar probablemente serán afines en espíritu a las ideas progresistas que defienden desde el periódico que da cabida y el Gobierno que sustenta. No es rara entonces la aparición de El Síndrome Guastavino, una historieta que habla de la violencia de la Dictadura, que pone en el tapete la brutalidad de sus acciones y sus profundas secuelas: “esquirlas de la peor locura han ido quedando en demasiadas cabezas compatriotas”, como escribió Trillo en el texto que acompañó el último capítulo. Y la historia carga sus tintas de colores sobre esos conciudadanos, los hombres “de pro”, como dice la anciana pituca que corteja Elvio, que aún hoy defienden a capa y espada la tarea de los “héroes” que nos salvaron del atentado a los cimientos católicos, apostólicos y romanos de la Argentina. (el lunes, la segunda parte)
viernes, 26 de octubre de 2012
LOS ULTIMOS TIEMPOS DEL HUMOR ARGENTINO (1968-1976), por Carlos Trillo
1968. Luego de un fracasado intento de humor oficialista que se llamó La Hipotenusa y que aguantó con una venta escasísima tres meses en 1967, en mayo de 1968 aparece Tio Landrú.
Se trata de la revista heredera de la tradición iniciada en 1957 con Tia Vicenta, un semanario corrosivo, despreocupado, con chispazos de surrealismo que llegó a vender 250.000 ejemplares semanales. A principios de la década del '60, Tia Vicenta había comenzado a flaquear luego de una desinteligencia entre sus mentores (el dibujante Landrú y el escritor Carlos del Peral). Sin embargo, Landrú consigue vender la revista como suplemento de un diario de gran tirada (el mismo que en 1966 roba Mafalda al semanario Primera Plana): El Mundo. En este periódico, Tia Vicenta conoce un nuevo período de espiendor que es cortado en octubre de 1966.
Onganía prohíbe la edición de Tia Vicenta junto con el diario El Mundo por una falta de respeto a su investidura presidencial: en una tapa lo comparan con una morsa por los grandes bigotes que adornan su cara.
Landrú, que además de ser el más cotizado humorista político argentino, es un astuto observador de pautas de comporta¬miento de las clases sociales que componen la población de Buenos Aires, propone al diario la publicación de un suplemento llamado Maria Belén, en homenaje a uno de sus personajes más festejados, una chica de alta sociedad con tics y modos de hablar y vestirse que en esa época la clase media estaba copiando cuidadosamente. Y Maria Belén, aparece en el diario El Mundo hasta su repentina desaparición, por quiebra de la empresa editora, en 1967.
En 1968, pues, Landrú retoma la idea de un semanario político con Tío Landrú, la revista que, como reza su slogan, "anda bien cuando las cosas andan mal".
Landrú es la estrella de la nueva publicación, y lo acompañan algunos dibujantes jóvenes, junto con algunos de los que se habían hecho conocidos ya en sus anteriores aventuras editoriales.
Entre los veteranos está Manucho, un inocente hacedor de chistes mudos, de transparente inocencia y gran eficacia en la observación. También está Faruk. Entre los nuevos sobresale Viuti, con una historieta de marginados intelectuales (es¬pecie que abunda en la vida real por ese época), barbudos, sucios e inútiles; se llama Los Superados. También está Bróccoli (Histerio), dibujante fogueado ya en La Hipotenusa, la revista masculina Adán y el mensuario Panorama. Y Caloi, un adolescente cuyo lirismo atrae notablemente al público, que ya lo conocía por ser desde 1966 colaborador oficial de Clarín Revista, "insert" semanal del diario del mismo nombre, donde realizó una lánguida y meditabunda tira con pajaritos y luego (hasta la actualidad) una pagina semanal de chistes.
En Tio Landrú se halla también Pan Duro, un humorista amargo y de alto voltaje intelectual que antes habia firmado Verdoux en La Hipotenusa y que luego asumiría su nombre real: Limura. El pelotón lo completan Aldo Rivero, Ceo, Hermann, Vilar, Werffeli, Gorla.
1969. La desaparición de Tio Landrú provoca un gran vacío. Sólo quedan dos revistas de humor: Patoruzú, que aparece desde 1936 y alberga, junto a los personajes de Quinterno (Patoruzú, Isidoro, Don Fierro) a dos notables creadores de tipos humanos: Battaglia y Ferro; y Rico Tipo, nacida en noviembre de 1944 y que a la trágica muerte de Divito, su creador, en 1968, languidece irremediablemente para desaparecer en 1970.
Algunos dibujantes están ya publicando en revistas de información general. El talentoso Amengual, creador de hermosas máquinas y de complicadas historias, todas en un peculiar y magnífico estilo gráfico, trabaja para el semanario Confirmado. Sábat, el gran caricaturista uruguayo, sorprende desde las páginas de Primera Plana, para pasar luego al diario La Opinión (1971) y a continuación al diario Clarín, desde donde continúa deslumbrando con sus formas rápidas, su precisión y el ornamento que rodea a las figuras que caricaturiza diariamente.
1970. Las revistas de humor no dan señales de vida. Algunas pocas publicaciones no humorísticas albergan en sus páginas tiras y chistes y los diarios apenas renuevan sus páginas de historietas.
En La Nación, a Perro Mundo, una tira con animales de Heredia, se suma Punto en Boca, de Vilar, variante muda del juego de palabras. En Clarín, al morir Fantasio, autor de Tancredo, toman a Ian, un seguidor eficaz de Quino, que elabora buenos chistes mudos en su serie Chispazos.
El diario La Prensa suma a su página de tiras cómicas la tira de Robles (antes firmaba Selbor) La vida es una historieta, con reflexiones acerca del comportamiento cotidiano de los argentinos.
La revista Siete Dias Ilustrados comienza a publicar Juan y el Preguntón, de Bróccoli.
1971. Ya no existe Rico Tipo. Landrú parece dispuesto a no editar más revistas de humor como Tia Vicenta y colabora activamente como humorista político en Clarín, como escritor costumbrista en la revista Gente y como especialista en tomarle el pelo a los ejecutivos de las empresas en el semanario de negocios Mercado.
No es un año propicio para el humor, pero se avecinan tiempos mejores.
1972. A principios de año, en la provincia de Córdoba nace un intento que en principio es absolutamente localista y que poco a poco va agrandándose como fenómeno hasta llegar a tiradas de cien mil ejemplares por número. La nueva revista se llama Hortensia y la dirige Alberto Cognigi, un dibujante de trazo clásico y agudo sentido de la observación. Acompañan a Cognigni una decena de dibujantes cordobeses, entre los que se cuenta Crist, creador de la serie García y la Máquina de Hacer Pájaros, el caricaturista Marino, Jiménez, Martino, Chamartín y el excepcional rosarino Fontanarrosa, que aporta a la revista sus dos más grandes personajes: Inodoro Pereyra (desde setiembre de 1974 en revista Mengano) y Boogie el Aceitoso. El primero de los personajes es un gaucho, antítesis del acartonado Lindor Covas de Walter Ciocca y, probablemente, su caricatura. El otro, Boogie, es un gangster norteamericano que tiene la particularidad de hablar como en los doblajes portorriqueños de las series yanquis. Boogie es, seguramente, la más corrosiva historieta que esté en rodaje actualmente en Argentina.
A fines de 1972, el 1ro. de noviembre, aparece una publicación destinada a renovar la manera de encarar una revista humorística en el país. Se llama Satiricón y sus modelos son la revista alemana Pardón y la norteamericana National Lampoon. Es, dentro del mercado local, una revista lujosa, y bien diagramada.
En el aspecto de los dibujantes, Satiricón tiene a los mejores, capitaneados por el director de la publicación, Oskar Blotta (h), y Andrés Cascioli.
En Satiricón dibuja Fontanarrosa unas maravillosas historietas basadas en cuentos de Borges, en películas famosas, en best sellers literarios. También está Pérez D'Elias realizando graciosas adaptaciones de películas y teleteatros a la manera de Mad. Crist hace buenos chistes hermosamente dibujados. En el terreno del chiste de un solo cuadro sobresale ampliamente Limura, un reflexivo ácido y letal que elabora sus chistes a partir de largas e inteligentes parrafadas. Sus mutilados, sus impotentes y sus rameras son francamente memorables.
Satiricón publica la historieta El Sátiro Virgen, de Fernández y Branca. También publica las historietas unitarias de Alfredo Grondona White, un eximio narrador de original estilo.
1973. Satiricón comienza a crecer. Antes de fines de año estará en más de ciento cincuenta mil ejemplares de venta mensual. En el número 12 (octubre '73) desaparece El Sátiro Virgen por un conflicto entre empresa editorial y dibujantes y es reemplazada por El Marqués de Sade.
En 1973, exactamente el 7 de marzo, el diario Clarín cambia completamente su página de historietas. A partir de ese día y hasta la actualidad, publica El Mago Fafa, un ilusionista admirador de Mandrake dibujado por Bróccoli, Bartolo (desde enero de 1976, Clemente y Bartolo) de Caloi y chistes diarios de Fontanarrosa y Crist.
Hacia fines de año se edita el Libro de Hortensia, compilación de páginas publicadas por la revista cordobesa y llega a la elevadísima venta para un libro de 75.000 ejemplares en sólo dos ediciones.
1974. A principios de año, una aventura comercial llamada Maleficón sale a competir con Satiricón con un material humorístico francamente deplorable. No tiene ningún éxito y su poca venta se ve agravada por el hecho de que la empresa editora de Satiricón le inicia juicio por plagio de marca.
En setiembre (el 1ro., exactamente), aparece un competidor mis serio: Mengano. Cuenta entre sus colaboradores a Oski, Quino, Alberto Breccia, y algunos dibujantes que se han marchado de Satiricón para esta nueva aventura: Limura, Bróccoli, Amengual, Viuti y Fontanarrosa (estos dos últimos colaboran simultáneamente en las dos revistas). Se agregan a estos una nueva camada de dibujantes: Fati, ilustrador fuerte y novedoso, Serguei, buen narrador de chistes mudos y de historietas humorísticas de largo metraje y Sanyú, dibujante vigoroso e inteligente con un amplio espectro de posibilidades graficas.
En octubre, Satiricón es clausurada.
1975. La empresa editora de Satiricón publica una nueva revista, Chaupinela, revista en la que colaboran casi los mismos dibujantes que figuraban en el staff al cierre de la primera.
Sin embargo, las ventas no acompafian a la nueva publicación, que debe cambiar su frecuencia quincenal por mensual para sobrevivir y finalmente desapareoe en el mes de octubre.
Tampoco a Mengano le va bien. De una venta inicial de cien mil ejemplares quincenales ha bajado, en poco más de un año, a apenas veinticinco mil. Sin embargo su estilo se va decantando en la parodia de los géneros similares, como la historieta seria y el periodismo. Al equipo inical, algunos de cuyos más célebres integrantes han renunciado, se han sumado unos pocos excelentes humoristas: Liotta y Lembo, colaboradores también de Patoruzú, Suar y Werffeli.
En diciembre de 1975, reaparece levantada la clausura por la justicia el mensuario Satiricón.
Originalmente publicado en el catálogo de la Tercera Bienal del Humor y la Historieta (Córdoba, 1976)
Se trata de la revista heredera de la tradición iniciada en 1957 con Tia Vicenta, un semanario corrosivo, despreocupado, con chispazos de surrealismo que llegó a vender 250.000 ejemplares semanales. A principios de la década del '60, Tia Vicenta había comenzado a flaquear luego de una desinteligencia entre sus mentores (el dibujante Landrú y el escritor Carlos del Peral). Sin embargo, Landrú consigue vender la revista como suplemento de un diario de gran tirada (el mismo que en 1966 roba Mafalda al semanario Primera Plana): El Mundo. En este periódico, Tia Vicenta conoce un nuevo período de espiendor que es cortado en octubre de 1966.
Onganía prohíbe la edición de Tia Vicenta junto con el diario El Mundo por una falta de respeto a su investidura presidencial: en una tapa lo comparan con una morsa por los grandes bigotes que adornan su cara.
Landrú, que además de ser el más cotizado humorista político argentino, es un astuto observador de pautas de comporta¬miento de las clases sociales que componen la población de Buenos Aires, propone al diario la publicación de un suplemento llamado Maria Belén, en homenaje a uno de sus personajes más festejados, una chica de alta sociedad con tics y modos de hablar y vestirse que en esa época la clase media estaba copiando cuidadosamente. Y Maria Belén, aparece en el diario El Mundo hasta su repentina desaparición, por quiebra de la empresa editora, en 1967.
En 1968, pues, Landrú retoma la idea de un semanario político con Tío Landrú, la revista que, como reza su slogan, "anda bien cuando las cosas andan mal".
Landrú es la estrella de la nueva publicación, y lo acompañan algunos dibujantes jóvenes, junto con algunos de los que se habían hecho conocidos ya en sus anteriores aventuras editoriales.
Entre los veteranos está Manucho, un inocente hacedor de chistes mudos, de transparente inocencia y gran eficacia en la observación. También está Faruk. Entre los nuevos sobresale Viuti, con una historieta de marginados intelectuales (es¬pecie que abunda en la vida real por ese época), barbudos, sucios e inútiles; se llama Los Superados. También está Bróccoli (Histerio), dibujante fogueado ya en La Hipotenusa, la revista masculina Adán y el mensuario Panorama. Y Caloi, un adolescente cuyo lirismo atrae notablemente al público, que ya lo conocía por ser desde 1966 colaborador oficial de Clarín Revista, "insert" semanal del diario del mismo nombre, donde realizó una lánguida y meditabunda tira con pajaritos y luego (hasta la actualidad) una pagina semanal de chistes.
En Tio Landrú se halla también Pan Duro, un humorista amargo y de alto voltaje intelectual que antes habia firmado Verdoux en La Hipotenusa y que luego asumiría su nombre real: Limura. El pelotón lo completan Aldo Rivero, Ceo, Hermann, Vilar, Werffeli, Gorla.
1969. La desaparición de Tio Landrú provoca un gran vacío. Sólo quedan dos revistas de humor: Patoruzú, que aparece desde 1936 y alberga, junto a los personajes de Quinterno (Patoruzú, Isidoro, Don Fierro) a dos notables creadores de tipos humanos: Battaglia y Ferro; y Rico Tipo, nacida en noviembre de 1944 y que a la trágica muerte de Divito, su creador, en 1968, languidece irremediablemente para desaparecer en 1970.
Algunos dibujantes están ya publicando en revistas de información general. El talentoso Amengual, creador de hermosas máquinas y de complicadas historias, todas en un peculiar y magnífico estilo gráfico, trabaja para el semanario Confirmado. Sábat, el gran caricaturista uruguayo, sorprende desde las páginas de Primera Plana, para pasar luego al diario La Opinión (1971) y a continuación al diario Clarín, desde donde continúa deslumbrando con sus formas rápidas, su precisión y el ornamento que rodea a las figuras que caricaturiza diariamente.
1970. Las revistas de humor no dan señales de vida. Algunas pocas publicaciones no humorísticas albergan en sus páginas tiras y chistes y los diarios apenas renuevan sus páginas de historietas.
En La Nación, a Perro Mundo, una tira con animales de Heredia, se suma Punto en Boca, de Vilar, variante muda del juego de palabras. En Clarín, al morir Fantasio, autor de Tancredo, toman a Ian, un seguidor eficaz de Quino, que elabora buenos chistes mudos en su serie Chispazos.
El diario La Prensa suma a su página de tiras cómicas la tira de Robles (antes firmaba Selbor) La vida es una historieta, con reflexiones acerca del comportamiento cotidiano de los argentinos.
La revista Siete Dias Ilustrados comienza a publicar Juan y el Preguntón, de Bróccoli.
1971. Ya no existe Rico Tipo. Landrú parece dispuesto a no editar más revistas de humor como Tia Vicenta y colabora activamente como humorista político en Clarín, como escritor costumbrista en la revista Gente y como especialista en tomarle el pelo a los ejecutivos de las empresas en el semanario de negocios Mercado.
No es un año propicio para el humor, pero se avecinan tiempos mejores.
1972. A principios de año, en la provincia de Córdoba nace un intento que en principio es absolutamente localista y que poco a poco va agrandándose como fenómeno hasta llegar a tiradas de cien mil ejemplares por número. La nueva revista se llama Hortensia y la dirige Alberto Cognigi, un dibujante de trazo clásico y agudo sentido de la observación. Acompañan a Cognigni una decena de dibujantes cordobeses, entre los que se cuenta Crist, creador de la serie García y la Máquina de Hacer Pájaros, el caricaturista Marino, Jiménez, Martino, Chamartín y el excepcional rosarino Fontanarrosa, que aporta a la revista sus dos más grandes personajes: Inodoro Pereyra (desde setiembre de 1974 en revista Mengano) y Boogie el Aceitoso. El primero de los personajes es un gaucho, antítesis del acartonado Lindor Covas de Walter Ciocca y, probablemente, su caricatura. El otro, Boogie, es un gangster norteamericano que tiene la particularidad de hablar como en los doblajes portorriqueños de las series yanquis. Boogie es, seguramente, la más corrosiva historieta que esté en rodaje actualmente en Argentina.
A fines de 1972, el 1ro. de noviembre, aparece una publicación destinada a renovar la manera de encarar una revista humorística en el país. Se llama Satiricón y sus modelos son la revista alemana Pardón y la norteamericana National Lampoon. Es, dentro del mercado local, una revista lujosa, y bien diagramada.
En el aspecto de los dibujantes, Satiricón tiene a los mejores, capitaneados por el director de la publicación, Oskar Blotta (h), y Andrés Cascioli.
En Satiricón dibuja Fontanarrosa unas maravillosas historietas basadas en cuentos de Borges, en películas famosas, en best sellers literarios. También está Pérez D'Elias realizando graciosas adaptaciones de películas y teleteatros a la manera de Mad. Crist hace buenos chistes hermosamente dibujados. En el terreno del chiste de un solo cuadro sobresale ampliamente Limura, un reflexivo ácido y letal que elabora sus chistes a partir de largas e inteligentes parrafadas. Sus mutilados, sus impotentes y sus rameras son francamente memorables.
Satiricón publica la historieta El Sátiro Virgen, de Fernández y Branca. También publica las historietas unitarias de Alfredo Grondona White, un eximio narrador de original estilo.
1973. Satiricón comienza a crecer. Antes de fines de año estará en más de ciento cincuenta mil ejemplares de venta mensual. En el número 12 (octubre '73) desaparece El Sátiro Virgen por un conflicto entre empresa editorial y dibujantes y es reemplazada por El Marqués de Sade.
En 1973, exactamente el 7 de marzo, el diario Clarín cambia completamente su página de historietas. A partir de ese día y hasta la actualidad, publica El Mago Fafa, un ilusionista admirador de Mandrake dibujado por Bróccoli, Bartolo (desde enero de 1976, Clemente y Bartolo) de Caloi y chistes diarios de Fontanarrosa y Crist.
Hacia fines de año se edita el Libro de Hortensia, compilación de páginas publicadas por la revista cordobesa y llega a la elevadísima venta para un libro de 75.000 ejemplares en sólo dos ediciones.
1974. A principios de año, una aventura comercial llamada Maleficón sale a competir con Satiricón con un material humorístico francamente deplorable. No tiene ningún éxito y su poca venta se ve agravada por el hecho de que la empresa editora de Satiricón le inicia juicio por plagio de marca.
En setiembre (el 1ro., exactamente), aparece un competidor mis serio: Mengano. Cuenta entre sus colaboradores a Oski, Quino, Alberto Breccia, y algunos dibujantes que se han marchado de Satiricón para esta nueva aventura: Limura, Bróccoli, Amengual, Viuti y Fontanarrosa (estos dos últimos colaboran simultáneamente en las dos revistas). Se agregan a estos una nueva camada de dibujantes: Fati, ilustrador fuerte y novedoso, Serguei, buen narrador de chistes mudos y de historietas humorísticas de largo metraje y Sanyú, dibujante vigoroso e inteligente con un amplio espectro de posibilidades graficas.
En octubre, Satiricón es clausurada.
1975. La empresa editora de Satiricón publica una nueva revista, Chaupinela, revista en la que colaboran casi los mismos dibujantes que figuraban en el staff al cierre de la primera.
Sin embargo, las ventas no acompafian a la nueva publicación, que debe cambiar su frecuencia quincenal por mensual para sobrevivir y finalmente desapareoe en el mes de octubre.
Tampoco a Mengano le va bien. De una venta inicial de cien mil ejemplares quincenales ha bajado, en poco más de un año, a apenas veinticinco mil. Sin embargo su estilo se va decantando en la parodia de los géneros similares, como la historieta seria y el periodismo. Al equipo inical, algunos de cuyos más célebres integrantes han renunciado, se han sumado unos pocos excelentes humoristas: Liotta y Lembo, colaboradores también de Patoruzú, Suar y Werffeli.
En diciembre de 1975, reaparece levantada la clausura por la justicia el mensuario Satiricón.
Originalmente publicado en el catálogo de la Tercera Bienal del Humor y la Historieta (Córdoba, 1976)
jueves, 25 de octubre de 2012
HÉROES OLVIDADOS, por Trillo, Dolina y Balbi
Hoy compartimos la segunda historieta titulada Héroes Olvidados, escrita por Carlos Trillo y Alejandro Dolina y dibujada por Alberto Balbi. Esto se apareció originalmente en el Nº 20 de Satiricón (Julio de 1974) y es la segunda y última historieta realizada por Trillo para esta publicación.
miércoles, 24 de octubre de 2012
HÉROES OLVIDADOS, por Trillo, Dolina y Balbi
Como ya vimos, la producción de historietas de Carlos Trillo para la revista satiricón fue muy escasa, si la comparamos con la cantidad de artículos que aportó a la legendaria revista. Ya compartimos las historietas cortas que publicó en las ediciones especiales de Satiricón, y nos faltaba repasar los números de la colección central. Ahí hay sólo dos historietas de Trillo, escritas en colaboración con Alejandro Dolina (al igual que la mayoría de sus artículos) y dibujadas por Alberto Balbi.
Las dos historietas comparten el título genérico de "Héroes Olvidados" y hoy ofrecemos la dedicada al General Susvín, originalmente publicada en Junio de 1974, en el Nº 19 de Satiricón. Mañana, la secuela.
Las dos historietas comparten el título genérico de "Héroes Olvidados" y hoy ofrecemos la dedicada al General Susvín, originalmente publicada en Junio de 1974, en el Nº 19 de Satiricón. Mañana, la secuela.
martes, 23 de octubre de 2012
TRILLO EN TIT-BITS, por Juan Carlos Massa
Tit-Bits fue una revista publicada por Ediciones Record entre 1975 y 1982. En total se editaron 74 números, 3 Libros de Oro y 3 Anuarios.
En esta revista Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno publicaron por primera vez las 59 entregas de su Historia de la Historieta Argentina. La primera apareció en el Libro de Oro Nº 1 (Dic.1975) y luego la serie de artículos continuó en todos los números del 7 (Ene.1976) al 62 (May.1981) y en los tres Anuarios.
Además de los artículos, Trillo publicó varias historietas que se detallan a continuación.
Nº 7 (Ene.1976): 12 páginas de 2 Castigos para el Cobarde (firmada como Lester Millard), con dibujos de Juan Giménez.
Nº 26: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 27: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 28: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 29: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 30: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 31: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 32: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 33: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 34: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 35: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 36: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 37: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 38: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 39: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 52: 7 páginas de Odio, con dibujos de Fernando González Rubio.
El unitario 2 Castigos Para el Cobarde (importante por haber sido el primer trabajo de Trillo para Ediciones Record, y uno de los pocos firmados con pseudónimo) apareció en este blog el 3 de Junio.
En esta revista Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno publicaron por primera vez las 59 entregas de su Historia de la Historieta Argentina. La primera apareció en el Libro de Oro Nº 1 (Dic.1975) y luego la serie de artículos continuó en todos los números del 7 (Ene.1976) al 62 (May.1981) y en los tres Anuarios.
Además de los artículos, Trillo publicó varias historietas que se detallan a continuación.
Nº 7 (Ene.1976): 12 páginas de 2 Castigos para el Cobarde (firmada como Lester Millard), con dibujos de Juan Giménez.
Nº 26: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 27: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 28: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 29: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 30: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 31: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 32: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 33: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 34: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 35: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 36: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 37: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 38: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 39: 12 páginas de Nadie, con dibujos de Alberto Breccia.
Nº 52: 7 páginas de Odio, con dibujos de Fernando González Rubio.
El unitario 2 Castigos Para el Cobarde (importante por haber sido el primer trabajo de Trillo para Ediciones Record, y uno de los pocos firmados con pseudónimo) apareció en este blog el 3 de Junio.
lunes, 22 de octubre de 2012
PANTANO, por Carlos Trillo y Carlos Nine
Esta es una verdadera joya oculta.
A mediados de los ´80, Carlos Trillo escribió una historia llamada "Pantano", con unas cuantas de las ideas que más tarde veríamos en Cosecha Verde. El dibujante de aquella ambiciosa historia sería nada menos que Carlos Nine. Sin embargo, el proyecto no prosperó.
"Debo haber hecho unas 5 paginas -recuerda Nine- las primeras a color y las últimas en tinta solamente, sin colorear. Después me dí cuenta que no le encontraba el tono justo y dejé el proyecto, aunque el guión me encantaba".
"Mi entusiasmo por convertirme en un profesional de la historieta se evaporaba irremediablemente -dice el dibujante-, pensarme haciendo ese trabajo en forma profesional me ponía los pelos de punta. El pobre Carlos me bancó como cuatro meses hasta que se dio cuenta que jamás lo haría. Recuerdo que me esforcé bastante en el diseño de la bandera del país centroamericano".
De esas tres páginas que Nine llegó a dibujar, hoy mostramos una sóla y las restantes se exhibirán muy pronto en una muestra acerca de la cual informaremos en detalle más adelante.
A mediados de los ´80, Carlos Trillo escribió una historia llamada "Pantano", con unas cuantas de las ideas que más tarde veríamos en Cosecha Verde. El dibujante de aquella ambiciosa historia sería nada menos que Carlos Nine. Sin embargo, el proyecto no prosperó.
"Debo haber hecho unas 5 paginas -recuerda Nine- las primeras a color y las últimas en tinta solamente, sin colorear. Después me dí cuenta que no le encontraba el tono justo y dejé el proyecto, aunque el guión me encantaba".
"Mi entusiasmo por convertirme en un profesional de la historieta se evaporaba irremediablemente -dice el dibujante-, pensarme haciendo ese trabajo en forma profesional me ponía los pelos de punta. El pobre Carlos me bancó como cuatro meses hasta que se dio cuenta que jamás lo haría. Recuerdo que me esforcé bastante en el diseño de la bandera del país centroamericano".
De esas tres páginas que Nine llegó a dibujar, hoy mostramos una sóla y las restantes se exhibirán muy pronto en una muestra acerca de la cual informaremos en detalle más adelante.
domingo, 21 de octubre de 2012
CENICIENTA 2000, por Trillo y Trigo
Retomamos nuestro contacto diario con esta historieta realizada en 1988 por Carlos Trillo y Gustavo Trigo. En nuestro país se publicó una sóla vez, en el Nº 8 de Puertitas (Octubre de 1990).
martes, 9 de octubre de 2012
NUEVA PAUSA
Abrimos un breve paréntesis en nuestro contacto diario, esta vez para reencontrarnos el domingo 21 de Octubre, con más material referido al inagotable universo de Carlos Trillo.
Gracias por estar ahí!
Gracias por estar ahí!
lunes, 8 de octubre de 2012
UN REINO AZUL, por Laura Vazquez Hutnik
Hay una historieta que me fascina. Fue publicada en la revista Fierro N.º 12 (agosto de 1985) bajo el título «El Reino Azul (historia infantil con algo de escatología)». Escrita por Carlos Trillo y dibujada por Enrique Breccia en 1978, fue publicada recién en pleno Juicio a las Juntas y en el contexto de transición democrática. No soy la única: en 1986, los lectores de Fierro la votaron como Mejor Historieta en una encuesta.
A Trillo y Breccia les alcanzaron ocho breves páginas para hacer del lenguaje un instrumento de intervención política. La historia comienza así: «Había una vez un rey que quería que su reino fuera diferente de todos los otros, que tuviera algo que lo hiciera distinto a los ojos del mundo entero. El rey quería que todos los pueblos se maravillaran, boquiabiertos, viendo ese algo que hacía a su reino diferente de todos los demás».
Como tipografía se utiliza una cursiva escolar e infantilizada, coloreada por momentos y resaltada en imprenta cuando se quiere enfatizar la voz del rey autoritario: «MI REINO DEBE SER TODO AZUL», «CUANDO DIGO “TODO”, QUIERO DECIR “TODO”», «DESDE HOY QUEDAN PROHIBIDOS LOS INODOROS», «QUE DESDE MAÑANA TODO SEA MARRÓN». La palabra azul se transforma en marrón, y así va fijando su alternancia grotesca, como un paso de comedia. El único que no cambia de tono es el rey: sobre un fondo azul (que funciona como decorado de la escena), su corona amarilla y su chaqueta militar con escudos y medallas mantienen la coloración original. Dibujado como un cetáceo amarillento, redondo y calvo, el pequeño reyecito de nariz aguileña y mandíbula aserruchada imparte ordenanzas desde el palco presidencial y en conferencia de prensa.
Como la historia de un cuento de hadas, pero al revés, puede parecer que la historieta pone el acento en el régimen dictatorial, la coacción y la censura aunque su fuerza esté en la resistencia y los modos de subvertir el orden impuesto. En el contexto de época, esta historieta retoma algunas de las preocupaciones centrales de esos años de transición democrática: la transgresión a la norma, los múltiples signos de la violencia, la denuncia y los efectos de la ideología sobre el cuerpo. El rey caprichoso de la historieta de Trillo y Breccia se asemeja en sus actos a Hynkel, el tirano retratado por Chaplin en su célebre filme The Great Dictator (El gran dictador, 1940). La frivolidad de sus excéntricos pedidos es explícita: sus órdenes son fruto de la abulia antes que de la convicción, antojos por aburrimiento basados en operaciones maniqueas y monológicas. Así, la ideología es representada como la voluntad maniática y perversa de un déspota trasnochado.
Su voz aparece con una sintaxis crispada en las reiteraciones y su ¿deseo? de pintar la ciudad de color azul como un tópico exasperante: neurótico hasta la médula y ávido de poder, este pequeño reyecito está condenado de antemano. La patrulla imperial aparece representada bajo la forma de gigantescos orangutanes y gorilas vestidos con armadura. En las viñetas no faltan las figuras religiosas y las aves consejeras.
En muchos de sus textos, la relación que Carlos Trillo mantiene con el contexto social y político se manifiesta de manera oblicua y figurada, haciendo uso desde la más directa relación metonímica hasta las formas más complejas de la metaforización y la alegoría. El Reino Azul tiene el poder de condensación que marca el estilo de sus intervenciones críticas, mostrando que el guionista siempre eludió las estrategias narrativas que ofrecen visiones totalizantes y tranquilizadoras. El color azul como tópico de análisis y como significante político había aparecido en otros trabajos del guionista. También en 1978, y con una temática distinta, escribió El Hombre de Azul, un unitario ilustrado por Alberto Breccia y publicado en el número 58 de la revista Skorpio, en diciembre de 1979.
Quizá porque sabía que los príncipes azules destiñen, Trillo —como los verdaderos pesimistas— también se da el gusto de ser irónico. Si hay algo así como una «moraleja» del cuento, la trama pone en escena la imposibilidad del control y el artificio de la vigilancia. La referencia (como bajada del título) a una «historia infantil escatológica» no tiene nada de inocente: hay un nexo entre el orden de lo representado y el orden de la representación. Lo que se pone en escena es una estética y una narrativa de la resistencia bajo la textura (desesperada) de un cuento escrito en los años más cruentos de la dictadura.
En el cuadro final, ese sorete azul, dejado en acto de rebeldía y en oposición a la doctrina imperial es, en cierto modo, un mensaje cifrado. Como su contracara es el absurdo y el acto irracional, lo imaginario se torna verosímil. Así, en las fisuras de la sociedad disciplinaria y en el espacio público (la esquina de una plaza cualquiera, con su farol de medianoche encendido), la desobediencia se hace presente bajo la forma de un imposible.
Publicado originalmente en el libro Fuera de Cuadro (ideas sobre historieta), recientemente editado por Agua Negra.
A Trillo y Breccia les alcanzaron ocho breves páginas para hacer del lenguaje un instrumento de intervención política. La historia comienza así: «Había una vez un rey que quería que su reino fuera diferente de todos los otros, que tuviera algo que lo hiciera distinto a los ojos del mundo entero. El rey quería que todos los pueblos se maravillaran, boquiabiertos, viendo ese algo que hacía a su reino diferente de todos los demás».
Como tipografía se utiliza una cursiva escolar e infantilizada, coloreada por momentos y resaltada en imprenta cuando se quiere enfatizar la voz del rey autoritario: «MI REINO DEBE SER TODO AZUL», «CUANDO DIGO “TODO”, QUIERO DECIR “TODO”», «DESDE HOY QUEDAN PROHIBIDOS LOS INODOROS», «QUE DESDE MAÑANA TODO SEA MARRÓN». La palabra azul se transforma en marrón, y así va fijando su alternancia grotesca, como un paso de comedia. El único que no cambia de tono es el rey: sobre un fondo azul (que funciona como decorado de la escena), su corona amarilla y su chaqueta militar con escudos y medallas mantienen la coloración original. Dibujado como un cetáceo amarillento, redondo y calvo, el pequeño reyecito de nariz aguileña y mandíbula aserruchada imparte ordenanzas desde el palco presidencial y en conferencia de prensa.
Como la historia de un cuento de hadas, pero al revés, puede parecer que la historieta pone el acento en el régimen dictatorial, la coacción y la censura aunque su fuerza esté en la resistencia y los modos de subvertir el orden impuesto. En el contexto de época, esta historieta retoma algunas de las preocupaciones centrales de esos años de transición democrática: la transgresión a la norma, los múltiples signos de la violencia, la denuncia y los efectos de la ideología sobre el cuerpo. El rey caprichoso de la historieta de Trillo y Breccia se asemeja en sus actos a Hynkel, el tirano retratado por Chaplin en su célebre filme The Great Dictator (El gran dictador, 1940). La frivolidad de sus excéntricos pedidos es explícita: sus órdenes son fruto de la abulia antes que de la convicción, antojos por aburrimiento basados en operaciones maniqueas y monológicas. Así, la ideología es representada como la voluntad maniática y perversa de un déspota trasnochado.
Su voz aparece con una sintaxis crispada en las reiteraciones y su ¿deseo? de pintar la ciudad de color azul como un tópico exasperante: neurótico hasta la médula y ávido de poder, este pequeño reyecito está condenado de antemano. La patrulla imperial aparece representada bajo la forma de gigantescos orangutanes y gorilas vestidos con armadura. En las viñetas no faltan las figuras religiosas y las aves consejeras.
En muchos de sus textos, la relación que Carlos Trillo mantiene con el contexto social y político se manifiesta de manera oblicua y figurada, haciendo uso desde la más directa relación metonímica hasta las formas más complejas de la metaforización y la alegoría. El Reino Azul tiene el poder de condensación que marca el estilo de sus intervenciones críticas, mostrando que el guionista siempre eludió las estrategias narrativas que ofrecen visiones totalizantes y tranquilizadoras. El color azul como tópico de análisis y como significante político había aparecido en otros trabajos del guionista. También en 1978, y con una temática distinta, escribió El Hombre de Azul, un unitario ilustrado por Alberto Breccia y publicado en el número 58 de la revista Skorpio, en diciembre de 1979.
Quizá porque sabía que los príncipes azules destiñen, Trillo —como los verdaderos pesimistas— también se da el gusto de ser irónico. Si hay algo así como una «moraleja» del cuento, la trama pone en escena la imposibilidad del control y el artificio de la vigilancia. La referencia (como bajada del título) a una «historia infantil escatológica» no tiene nada de inocente: hay un nexo entre el orden de lo representado y el orden de la representación. Lo que se pone en escena es una estética y una narrativa de la resistencia bajo la textura (desesperada) de un cuento escrito en los años más cruentos de la dictadura.
En el cuadro final, ese sorete azul, dejado en acto de rebeldía y en oposición a la doctrina imperial es, en cierto modo, un mensaje cifrado. Como su contracara es el absurdo y el acto irracional, lo imaginario se torna verosímil. Así, en las fisuras de la sociedad disciplinaria y en el espacio público (la esquina de una plaza cualquiera, con su farol de medianoche encendido), la desobediencia se hace presente bajo la forma de un imposible.
Publicado originalmente en el libro Fuera de Cuadro (ideas sobre historieta), recientemente editado por Agua Negra.
domingo, 7 de octubre de 2012
LAURA HOLMER, por Trillo, Altuna y Rodríguez Uza
Ahora sí, tercera y última parte de esta extensa historia autoconclusiva realizada en 1980 y publicada en el Libro de Oro Nº 2 de Skorpio Extra (enero de 1981).
En este tercer tramo aparece dos veces la firma compartida entre "Carlos Ink" (Horacio Altuna) y Uzal (Aníbal Rodríguez Uzal) y, como en el tramo anterior, los rasgos característicos del estilo de Altuna se evidencian sólo en algunos primeros planos y en la aplicación de las tramas mecánicas.
Las últimas páginas tienen más viñetas y más globos de diálogo que las primeras, lo cual permite sospechar que la historia estaba originalmente pensada para una extensión aún mayor y en algún punto se decidió comprimirla, para que llegara a su fin en la página 24.
Apenas una conjetura más en torno a una historieta decididamente atípica.
En este tercer tramo aparece dos veces la firma compartida entre "Carlos Ink" (Horacio Altuna) y Uzal (Aníbal Rodríguez Uzal) y, como en el tramo anterior, los rasgos característicos del estilo de Altuna se evidencian sólo en algunos primeros planos y en la aplicación de las tramas mecánicas.
Las últimas páginas tienen más viñetas y más globos de diálogo que las primeras, lo cual permite sospechar que la historia estaba originalmente pensada para una extensión aún mayor y en algún punto se decidió comprimirla, para que llegara a su fin en la página 24.
Apenas una conjetura más en torno a una historieta decididamente atípica.
sábado, 6 de octubre de 2012
LAURA HOLMER, por Trillo y ....
Y, esta vez es más complicado dilucidar el tema del dibujo.
Sabemos que el guión le pertenece a Carlos Trillo, aunque aparece firmado como "Alzer" y sabemos que detrás del seudónimo "Carlos Ink" se encontraba Horacio Altuna.
Pero si miramos con atención estas ocho páginas, veremos que gradualmente el dibujo pierde los rasgos característicos de Altuna. Al principio estos se ven sólo en algunos detalles de las caras y sobre las últimas páginas ya queda muy, muy poco del sello personal del co-creador de El Loco Chávez.
Además, en la primera de estas ocho páginas aparece la firma "Uzal/ Carlos Ink", que nos sugiere que hay más de una mano a cargo de la faz gráfica.
Lo más probable es que Altuna haya entintado algunas viñetas y aplicado las tramas mecánicas sobre dibujos de Aníbal Rodríguez Uzal, un dibujante cuya carrera se remonta a los años ´50 en la revista Poncho Negro, que pasó por la animación y que fue asistente de García Ferré (donde dibujaba a Larguirucho), de Daniel Branca (con quien producía material para las publicaciones escandinavas de Disney), de Lito Fernández, Cacho Mandrafina, Alberto Saichann y hasta integrante del equipo que secundaba a Carlos Meglia en la producción de Cybersix.
Mañana, el final de esta extraña historia.
Sabemos que el guión le pertenece a Carlos Trillo, aunque aparece firmado como "Alzer" y sabemos que detrás del seudónimo "Carlos Ink" se encontraba Horacio Altuna.
Pero si miramos con atención estas ocho páginas, veremos que gradualmente el dibujo pierde los rasgos característicos de Altuna. Al principio estos se ven sólo en algunos detalles de las caras y sobre las últimas páginas ya queda muy, muy poco del sello personal del co-creador de El Loco Chávez.
Además, en la primera de estas ocho páginas aparece la firma "Uzal/ Carlos Ink", que nos sugiere que hay más de una mano a cargo de la faz gráfica.
Lo más probable es que Altuna haya entintado algunas viñetas y aplicado las tramas mecánicas sobre dibujos de Aníbal Rodríguez Uzal, un dibujante cuya carrera se remonta a los años ´50 en la revista Poncho Negro, que pasó por la animación y que fue asistente de García Ferré (donde dibujaba a Larguirucho), de Daniel Branca (con quien producía material para las publicaciones escandinavas de Disney), de Lito Fernández, Cacho Mandrafina, Alberto Saichann y hasta integrante del equipo que secundaba a Carlos Meglia en la producción de Cybersix.
Mañana, el final de esta extraña historia.
viernes, 5 de octubre de 2012
LAURA HOLMER, por Carlos Trillo y Horacio Altuna
Esta historieta es aún más atípica que la anterior. Se publicó en el Libro de Oro Nº 2 de Skorpio Extra (enero de 1981) y tiene varias particularidades.
Primero, la extensión: en las antologías de Ediciones Record no eran frecuentes las historias autoconclusivas de 24 páginas.
Segundo, otra vez lo encontramos a Carlos Trillo escondido bajo el seudónimo de Alzer, una mascarada que se diluye cuando la historieta se publica en Italia, y el guionista la firma con su verdadero nombre.
Pero no sólo Trillo se esconde: Horacio Altuna, su más frecuente compañero de aventuras de aquellos años, tampoco firma con su nombre, sino que aparece como "Carlos Ink". Por supuesto, el estilo de Altuna es inmediatamente reconocible, no hizo falta esperar a ver la edición italiana para deducir de quién se trataba.
Y por otro lado, es raro ver trabajos de Altuna de esta época publicados a color. Excepto las planchas quincenales de El Loco Chávez (que salían en Clarín y en los primeros números de Skorpio Extra) el resto de la producción de Altuna, hasta Slot Machine, está pensada para blanco y negro.
Mañana, la segunda parte.
Primero, la extensión: en las antologías de Ediciones Record no eran frecuentes las historias autoconclusivas de 24 páginas.
Segundo, otra vez lo encontramos a Carlos Trillo escondido bajo el seudónimo de Alzer, una mascarada que se diluye cuando la historieta se publica en Italia, y el guionista la firma con su verdadero nombre.
Pero no sólo Trillo se esconde: Horacio Altuna, su más frecuente compañero de aventuras de aquellos años, tampoco firma con su nombre, sino que aparece como "Carlos Ink". Por supuesto, el estilo de Altuna es inmediatamente reconocible, no hizo falta esperar a ver la edición italiana para deducir de quién se trataba.
Y por otro lado, es raro ver trabajos de Altuna de esta época publicados a color. Excepto las planchas quincenales de El Loco Chávez (que salían en Clarín y en los primeros números de Skorpio Extra) el resto de la producción de Altuna, hasta Slot Machine, está pensada para blanco y negro.
Mañana, la segunda parte.
jueves, 4 de octubre de 2012
UNA REVISTA FRESCA Y UNA HISTORIETA PODRIDA
Segunda parte de un artículo escrito por Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno para la edición argentina de El Eternauta (remake de Oesterheld y Breccia), publicada en 1982 por Ediciones de la Urraca.
Y siguen saliendo los números
Alain Delon llega a Buenos Aires (tapa y 9 páginas). Evangelina Salazar será Remeditos. Lillana Caldini es el boom. Tiene 17 años, actúa en un comercial de cigarrillos, baila el zucundún, "leo a Hermann Hesse. Antes me gustaba Cortázar... después me fue dejando de gustar. Me encantaría saber algo de política o de economía, pero es algo que me apabulla. No puedo entender los mecanismos de la cosa. Ricardo trata de explicarme todo eso cuando se lo pido. Pero igual es muy dificil.
¿Y más adelante? pregunta Gente.
¿Más adelante qué?
¿Qué pensás hacer?
Tengo un proyecto bárbaro.
¿Cuál?
Vivir.
Liega a Buenos Aires un ex mediocre actor llamado John Davis Lodge, actual embajador norteamericano. Se destaca que trabajó con Marlene Dietrich, y la expresión de su cara, típica "del bueno de las películas norteamericanas, que inevitablemente triunfa sobre el malo de turno".
Le preguntan: ¿Cómo ve Estados Unidos a la Argentina?
Con gran porvenir contesta.
En el número 209, gran noticia: los yanquis llegaron a la luna. En ese mismo número, un lector escribe contra El Eternauta de Breccia.
Soy un antiguo lector de "El Eternauta"'. lo seguí, capítulo tras capítulo, en el viejo y olvidado "Hora Cero Semanal", primera publicación en que apareció. He notado que Héctor Oesterheld ha introducido varios cambios en el argumento de la nueva versión, que aparece semanalmente en vuestra publicación. Pero, sin duda, lo más importante es el cambio de dibujante, Alberto Breccia sucedió a Solano López. No voy a negar la calidad artística de los dibujos de Breccia, pero sí es discutible su valor como ilustrador de historieta. Solano López resolvía la cuestión con dibujos claros, diferenciando netamente los personajes y dotando de valor el detalle. Los dibujos de Breccia son confusos, hay cuadros virtualmente inexplicables y los protagonistas se confunden entre sí. Las mujeres, por ejemplo, tienen las tres la misma cara.
Sería importante que Breccia dotara a sus ilustraciones de mayor sentido historietístico.
¿Sólo por el dibujo de Breccia se queja el lector M. Valenzuela, evidente alter ego del editor? ¿O hay otra cosa que molesta, esa sensación de realidad, esa falta de control que inevitablemente acosa al ideólogo de una publicación cuando un par de autores de talento ocupan en sus páginas un "quiosco" inexpugnable?
Dice J. G. Ballard en el prólogo de su libro Crash: "El equilibrio entre realidady ficción cambia radicalmente en la década del sesenta, y los papeles se están invirtiendo. Vivimos en un mundo gobernado por ficciones de la más diversa índole: la producción en masa, la publicidad, la política conducida como una rama de la publicidad, la traducción instantánea de la ciencia y de la tecnología en imaginería popular, la confusión y confrontación de identidades en el dominio de los bienes de consumo, la anulación anticipada, en la pantalla de TV, de toda reacción personal a alguna experiencia. Vivimos dentro de una enorme novela. Cada vez es menos necesario que el escritor invente un contenido ficticio. La ficción ya está aquí. La tarea del escritor es inventar la realidad".
Y eso es lo que estaban haciendo Oesterheld y Breccia en sus tres páginas semanales de la revista Gente.
Mientras, en las cien páginas que rodeaban su obra como un escabroso mar que mezclaba los restos de demasiados naufragios, se entrecruzaban el cumpleaños número setenta de Borges, el éxito de Donald con Tiritando, la debacle del fútbol argentino en Bolivia, 24 horas en la vida de Roberto Galán, el ascenso de los hermanitos Sofovich, la muerte de un paciente de Barnard, el acartonado diálogo de Ongania con los jóvenes (jóvenes cuidadosamente seleccionados para la lobotomía preventiva).
"En el pasado sigue diciendo Ballard dábamos siempre por supuesto que el mundo exterior era la realidad, aunque confusa e incierta, y que el mundo interior de la mente, con sus sueños, esperanzas, ambiciones, constituía el dominio de la fantasía y la imaginación. Al parecer esos roles se han invertido. El método más prudente y eficaz para afrontar el mundo que nos rodea es considerarlo completamente ficticio. Recíprocamente, el pequeño nodo de realidad que nos han dejado está dentro de nuestras cabezas. La distinción clásica de Freud entre el contenido latente y el contenido manifesto de los sueños, entre lo aparente y lo real, hay que aplicarla hoy al mundo externo de la llamada realidad"
Oesterheld está, presumiblemente, muerto desde 1977.
Pero Breccia cuenta algunas cosas acerca de la experiencia de Gente: "Me llamaron y me dijeron que cambiara el dibujo, que lo hiciera más claro, más comercial. Les contesté que yo dibujaba así y que si a ellos no les gustaba, podían levantar El Eternauta. Después de todo, el editor puede hacer eso, si quiere. Sé que también hablaron con Oesterheld, y a él le pareció mal que la obra quedara trunca. Por eso se ofreció a abreviarla, a meter dos o tres capítulos más de la mitad de la historia. Así se hizo, mientras seguían publicando cartas en contra de lo que yo estaba haciendo. En el número en que salió el último capítulo, Carlos Fontanarrosa, el director de la revista, hasta se disculpó por haberle dado semejante plato indigesto a sus lectores". La carta al lector de Fontanarrosa, Director Editorial de Gente, está fechada en Nueva York y fue publicada en el número del 18 de septiembre (216). Se titula Ojos argentinos... y sorprendidos, y en ella, Fontanarrosa se muestra deslumbrado por la capital yanqui.
Habla del cine que hacen allá, un cine de vanguardia que vale la pena ver, y eso le hace acordar de dos cosas.
Esto me hizo acordar de dos cosas: la primera, nuestro cine joven o de vanguardia, que juega con la forma, se queda en la superficie, hace maravillas con la cámara, pero no pinta a nadie, no representa sino a pequeños sectores, se solaza con montajes, movimientos de cámara, filmación ejemplar y, atrás, el hueco. Lo de aquí es distinto: antes que nada, detrás de la cámara hay alguien que quiere decir algo, y después viene el hallazgo fotográfico o el juego cinematográfico. Nosotros somos puro juego. Había una segunda cosa que anuncié antes: nosotros, en la revista teníamos una gran posibilidad con "El Eternauta", una historieta, que como ustedes recuerdan, "la vimos" y por eso la publicamos, Que me disculpe Breccia, un gran dibujante y diría artista, pero nosotros en nuestra misión de lograr comunicación no debíamos habernos entregado a la forma estética de su dibujo, que por momentos la hizo ininteligible. Aquí también la forma, el adorno, el medio, se convirtió en fin y quedó a mitad de camino nuestra intención.
Me vino a la cabeza esta autocrítica, porque cuando veo una cosa bien hecha, directa, firme, que va al nudo del asunto y abandona florilegios y pequeñeces para llegar, me entusiasma. Eso es tener rigor, verdadero rigor, sea artístico o periodístico. Cuando nos dejamos invadir por contemplaciones secundarias, adiós objetivo.
Ya está. Matamos la historieta más comprometida con la realidad argentina y latinoamericana. Ya está. Dijimos que Breccia es un artista dudoso, que llena de adornos para engañar.
Ahora el señor director les va a hablar del Nuevo Argentino, un viejo invento de la revista que ha dejado de publiicarse y hay que explicarle el por qué a un amigo de Nueva York.
Y tuve que explicarle lo que varias veces he hecho: que nos vimos desposeídos de una verdadera fuente de elaboración Para darle a la idea la fuerza que requería, que vamos a volver cuando tengamos más clara y definida la manera de mantener el interés con la idea central de N.A.; en fin, todo eso que ya saben, pero que en el fondo, creo, son autoexcusas o algo por el estilo.
Porque el N.A. se movi6, cuando tuvimos fe y determinacion, Entonces lo vimos claro, pero creímos que nos repetíamos demasiado y paramos la producción, como si fuera un modelo de auto pasado de moda. Lo que había que hacer era sacar otro modelo, pero con la misma marca...
Perdón, me fui por las ramas, pero les estoy escribiendo una carta, y una carta no se maneja como una nota donde los ingredientes deben ser mezclados como un cocktail. Lo que pasa es que estoy en la etapa que todo viaje produce: veo a mi país desde lejos y me da rabia el tiempo que perdemos.
Después, despedida y anunclo de regreso.
Corto aqui. Sé que todos andan bien y les pido algo más: corrijan las faltas de sintaxis y si hay algo muy exagerado también, pero déjenle el tono familiar, eufórico, porque equivocado o no, las cosas las he sentido así. Hasta pronto y conste que me está llegando la "hora de la verdad”, esa verdad que no se reemplaza con gente extraña, edificios, espectáculos distintos, posibilidad de conocer y experimentar un mundo como este, nada, nada puede reemplazar a la necesidad de volver a estar en lo suyo, en lo propio, en la de uno.
FONTANARROSA
A la semana siguiente, El Eternauta ya no estaba en Gente.
Seguían otras cosas: La hibernación en los Estados Unidos, fantástica técnica para no morir, Susana Giménez, chica de tapa por lo menos una vez por mes durante mucho tiempo. Otros éxitos musicales, Nelly Raymond, la señora television, un señor que por mandarle una carta al presidente recibló una camioneta a pagar en cómodas cuotas, etcetera, etcetera, etcetera, etcetera.
La historieta podrida
El Eternauta de Oesterheld y Breccia es una obra de arte maldita. Es un relato lúcido, que arranca lenta y puntillosamente el trazado de una metáfora: la invasi6n. En la medida en que el relato profundiza en las contradicciones de un grupo humano, que debe actuar, pensar y volver a actuar siempre en grupo para defender su condición humana, el editor responsable de la revista Gente, en la cual se publica la obra, decide abortarla con final precipitado.
Pero, ¿desde dónde se legitima el cese de la historieta? Desde la forma, como era de esperar. Los dibujos de Breccia, arguye, son irinteligibles, casi vanos florilegios. No hay una sola referencia al argumento, al fondo que se corresponde con estas formas. ¿Por qué? Porque el arte, para este señor que dirige una revista de miope historiografía, es la historia de las formas y no las formas que la historia otorgó a su sentido. Agarrarse de las rupturas formales de Breccia le evita analizar el discurso de la historia que trama Oesterheld, lo cual, evidentemente, lo obligaría a reconocerse como antipático para sus lectores, gente, toda la gente. Es sabido también que en la historia del arte es ingenuo separar forma de contenido. También, es sabido que las formas se corresponden siempre con un contenido, Es decir, siempre, forma y contenido están indisolublemente ligados. El dramatismo del relato, ese grupo que pelea por su integridad, por un pedazo de vida, traicionados por las grandes potencias que han negociado la invasión; ese grupo, decimos, que en un globito recuerda a Tupac Amaru, precisaba ser dibujado como lo dibujó Breccia con un expresionismo desgarrante, sombrío, pavoroso. Esa forma que asusta al editor Fontanarrosa es el fondo sobre el cual se recorta su revista: un país donde la industria nacional se deteriora paulatinamente, donde su cultura se ve obliterada por la enajenación de los medios, donde su gente no se cansa de intentar una aventura todos los días: obtener una existencia más digna.
La gente no es toda presidente ni toda estrellita de televisión, aunque por un momento ese sea un sueño de madres crédulas y esperanzadas con sus retoños. La gente no es tan bella como la muestra Gente. Ni tampoco fea.
En todo caso, la estética, que pareciera ser lo que más preocupa al editor cuando levanta este relato, es un tema que conviene poner en discusión, como la ética.
Tal vez, para la ética de este editor, lo más molesto era que los personales de la historia no fueran bellas señoritas ni apolíneos galanes. La estética de Breccia no es la estética verista de Solano López, el dibujante que, en su primera versión en Hora Cero, le diera a este folletín profético por su estilo más figurativo un tono menos angustioso. Breccia se preocupa, por estos tiempos, por experimentar en su obra. ¿Acaso la experimentación no es un derecho de los creadores, aún cuando crean por
encargo? lmaginamos que la experimentación puede ser perturbadora, aún cuando ocurra en el arte, para gente que teme que algo se modifique, que algo cambie, que alguien se dé cuenta y perciba. Esa gente, tal vez, prefiere como alternativa el quietismo, la espera de una nevada mortal que significará, entre otras pavadas, que los invasores nos ejecuten.
Y siguen saliendo los números
Alain Delon llega a Buenos Aires (tapa y 9 páginas). Evangelina Salazar será Remeditos. Lillana Caldini es el boom. Tiene 17 años, actúa en un comercial de cigarrillos, baila el zucundún, "leo a Hermann Hesse. Antes me gustaba Cortázar... después me fue dejando de gustar. Me encantaría saber algo de política o de economía, pero es algo que me apabulla. No puedo entender los mecanismos de la cosa. Ricardo trata de explicarme todo eso cuando se lo pido. Pero igual es muy dificil.
¿Y más adelante? pregunta Gente.
¿Más adelante qué?
¿Qué pensás hacer?
Tengo un proyecto bárbaro.
¿Cuál?
Vivir.
Liega a Buenos Aires un ex mediocre actor llamado John Davis Lodge, actual embajador norteamericano. Se destaca que trabajó con Marlene Dietrich, y la expresión de su cara, típica "del bueno de las películas norteamericanas, que inevitablemente triunfa sobre el malo de turno".
Le preguntan: ¿Cómo ve Estados Unidos a la Argentina?
Con gran porvenir contesta.
En el número 209, gran noticia: los yanquis llegaron a la luna. En ese mismo número, un lector escribe contra El Eternauta de Breccia.
Soy un antiguo lector de "El Eternauta"'. lo seguí, capítulo tras capítulo, en el viejo y olvidado "Hora Cero Semanal", primera publicación en que apareció. He notado que Héctor Oesterheld ha introducido varios cambios en el argumento de la nueva versión, que aparece semanalmente en vuestra publicación. Pero, sin duda, lo más importante es el cambio de dibujante, Alberto Breccia sucedió a Solano López. No voy a negar la calidad artística de los dibujos de Breccia, pero sí es discutible su valor como ilustrador de historieta. Solano López resolvía la cuestión con dibujos claros, diferenciando netamente los personajes y dotando de valor el detalle. Los dibujos de Breccia son confusos, hay cuadros virtualmente inexplicables y los protagonistas se confunden entre sí. Las mujeres, por ejemplo, tienen las tres la misma cara.
Sería importante que Breccia dotara a sus ilustraciones de mayor sentido historietístico.
¿Sólo por el dibujo de Breccia se queja el lector M. Valenzuela, evidente alter ego del editor? ¿O hay otra cosa que molesta, esa sensación de realidad, esa falta de control que inevitablemente acosa al ideólogo de una publicación cuando un par de autores de talento ocupan en sus páginas un "quiosco" inexpugnable?
Dice J. G. Ballard en el prólogo de su libro Crash: "El equilibrio entre realidady ficción cambia radicalmente en la década del sesenta, y los papeles se están invirtiendo. Vivimos en un mundo gobernado por ficciones de la más diversa índole: la producción en masa, la publicidad, la política conducida como una rama de la publicidad, la traducción instantánea de la ciencia y de la tecnología en imaginería popular, la confusión y confrontación de identidades en el dominio de los bienes de consumo, la anulación anticipada, en la pantalla de TV, de toda reacción personal a alguna experiencia. Vivimos dentro de una enorme novela. Cada vez es menos necesario que el escritor invente un contenido ficticio. La ficción ya está aquí. La tarea del escritor es inventar la realidad".
Y eso es lo que estaban haciendo Oesterheld y Breccia en sus tres páginas semanales de la revista Gente.
Mientras, en las cien páginas que rodeaban su obra como un escabroso mar que mezclaba los restos de demasiados naufragios, se entrecruzaban el cumpleaños número setenta de Borges, el éxito de Donald con Tiritando, la debacle del fútbol argentino en Bolivia, 24 horas en la vida de Roberto Galán, el ascenso de los hermanitos Sofovich, la muerte de un paciente de Barnard, el acartonado diálogo de Ongania con los jóvenes (jóvenes cuidadosamente seleccionados para la lobotomía preventiva).
"En el pasado sigue diciendo Ballard dábamos siempre por supuesto que el mundo exterior era la realidad, aunque confusa e incierta, y que el mundo interior de la mente, con sus sueños, esperanzas, ambiciones, constituía el dominio de la fantasía y la imaginación. Al parecer esos roles se han invertido. El método más prudente y eficaz para afrontar el mundo que nos rodea es considerarlo completamente ficticio. Recíprocamente, el pequeño nodo de realidad que nos han dejado está dentro de nuestras cabezas. La distinción clásica de Freud entre el contenido latente y el contenido manifesto de los sueños, entre lo aparente y lo real, hay que aplicarla hoy al mundo externo de la llamada realidad"
Oesterheld está, presumiblemente, muerto desde 1977.
Pero Breccia cuenta algunas cosas acerca de la experiencia de Gente: "Me llamaron y me dijeron que cambiara el dibujo, que lo hiciera más claro, más comercial. Les contesté que yo dibujaba así y que si a ellos no les gustaba, podían levantar El Eternauta. Después de todo, el editor puede hacer eso, si quiere. Sé que también hablaron con Oesterheld, y a él le pareció mal que la obra quedara trunca. Por eso se ofreció a abreviarla, a meter dos o tres capítulos más de la mitad de la historia. Así se hizo, mientras seguían publicando cartas en contra de lo que yo estaba haciendo. En el número en que salió el último capítulo, Carlos Fontanarrosa, el director de la revista, hasta se disculpó por haberle dado semejante plato indigesto a sus lectores". La carta al lector de Fontanarrosa, Director Editorial de Gente, está fechada en Nueva York y fue publicada en el número del 18 de septiembre (216). Se titula Ojos argentinos... y sorprendidos, y en ella, Fontanarrosa se muestra deslumbrado por la capital yanqui.
Habla del cine que hacen allá, un cine de vanguardia que vale la pena ver, y eso le hace acordar de dos cosas.
Esto me hizo acordar de dos cosas: la primera, nuestro cine joven o de vanguardia, que juega con la forma, se queda en la superficie, hace maravillas con la cámara, pero no pinta a nadie, no representa sino a pequeños sectores, se solaza con montajes, movimientos de cámara, filmación ejemplar y, atrás, el hueco. Lo de aquí es distinto: antes que nada, detrás de la cámara hay alguien que quiere decir algo, y después viene el hallazgo fotográfico o el juego cinematográfico. Nosotros somos puro juego. Había una segunda cosa que anuncié antes: nosotros, en la revista teníamos una gran posibilidad con "El Eternauta", una historieta, que como ustedes recuerdan, "la vimos" y por eso la publicamos, Que me disculpe Breccia, un gran dibujante y diría artista, pero nosotros en nuestra misión de lograr comunicación no debíamos habernos entregado a la forma estética de su dibujo, que por momentos la hizo ininteligible. Aquí también la forma, el adorno, el medio, se convirtió en fin y quedó a mitad de camino nuestra intención.
Me vino a la cabeza esta autocrítica, porque cuando veo una cosa bien hecha, directa, firme, que va al nudo del asunto y abandona florilegios y pequeñeces para llegar, me entusiasma. Eso es tener rigor, verdadero rigor, sea artístico o periodístico. Cuando nos dejamos invadir por contemplaciones secundarias, adiós objetivo.
Ya está. Matamos la historieta más comprometida con la realidad argentina y latinoamericana. Ya está. Dijimos que Breccia es un artista dudoso, que llena de adornos para engañar.
Ahora el señor director les va a hablar del Nuevo Argentino, un viejo invento de la revista que ha dejado de publiicarse y hay que explicarle el por qué a un amigo de Nueva York.
Y tuve que explicarle lo que varias veces he hecho: que nos vimos desposeídos de una verdadera fuente de elaboración Para darle a la idea la fuerza que requería, que vamos a volver cuando tengamos más clara y definida la manera de mantener el interés con la idea central de N.A.; en fin, todo eso que ya saben, pero que en el fondo, creo, son autoexcusas o algo por el estilo.
Porque el N.A. se movi6, cuando tuvimos fe y determinacion, Entonces lo vimos claro, pero creímos que nos repetíamos demasiado y paramos la producción, como si fuera un modelo de auto pasado de moda. Lo que había que hacer era sacar otro modelo, pero con la misma marca...
Perdón, me fui por las ramas, pero les estoy escribiendo una carta, y una carta no se maneja como una nota donde los ingredientes deben ser mezclados como un cocktail. Lo que pasa es que estoy en la etapa que todo viaje produce: veo a mi país desde lejos y me da rabia el tiempo que perdemos.
Después, despedida y anunclo de regreso.
Corto aqui. Sé que todos andan bien y les pido algo más: corrijan las faltas de sintaxis y si hay algo muy exagerado también, pero déjenle el tono familiar, eufórico, porque equivocado o no, las cosas las he sentido así. Hasta pronto y conste que me está llegando la "hora de la verdad”, esa verdad que no se reemplaza con gente extraña, edificios, espectáculos distintos, posibilidad de conocer y experimentar un mundo como este, nada, nada puede reemplazar a la necesidad de volver a estar en lo suyo, en lo propio, en la de uno.
FONTANARROSA
A la semana siguiente, El Eternauta ya no estaba en Gente.
Seguían otras cosas: La hibernación en los Estados Unidos, fantástica técnica para no morir, Susana Giménez, chica de tapa por lo menos una vez por mes durante mucho tiempo. Otros éxitos musicales, Nelly Raymond, la señora television, un señor que por mandarle una carta al presidente recibló una camioneta a pagar en cómodas cuotas, etcetera, etcetera, etcetera, etcetera.
La historieta podrida
El Eternauta de Oesterheld y Breccia es una obra de arte maldita. Es un relato lúcido, que arranca lenta y puntillosamente el trazado de una metáfora: la invasi6n. En la medida en que el relato profundiza en las contradicciones de un grupo humano, que debe actuar, pensar y volver a actuar siempre en grupo para defender su condición humana, el editor responsable de la revista Gente, en la cual se publica la obra, decide abortarla con final precipitado.
Pero, ¿desde dónde se legitima el cese de la historieta? Desde la forma, como era de esperar. Los dibujos de Breccia, arguye, son irinteligibles, casi vanos florilegios. No hay una sola referencia al argumento, al fondo que se corresponde con estas formas. ¿Por qué? Porque el arte, para este señor que dirige una revista de miope historiografía, es la historia de las formas y no las formas que la historia otorgó a su sentido. Agarrarse de las rupturas formales de Breccia le evita analizar el discurso de la historia que trama Oesterheld, lo cual, evidentemente, lo obligaría a reconocerse como antipático para sus lectores, gente, toda la gente. Es sabido también que en la historia del arte es ingenuo separar forma de contenido. También, es sabido que las formas se corresponden siempre con un contenido, Es decir, siempre, forma y contenido están indisolublemente ligados. El dramatismo del relato, ese grupo que pelea por su integridad, por un pedazo de vida, traicionados por las grandes potencias que han negociado la invasión; ese grupo, decimos, que en un globito recuerda a Tupac Amaru, precisaba ser dibujado como lo dibujó Breccia con un expresionismo desgarrante, sombrío, pavoroso. Esa forma que asusta al editor Fontanarrosa es el fondo sobre el cual se recorta su revista: un país donde la industria nacional se deteriora paulatinamente, donde su cultura se ve obliterada por la enajenación de los medios, donde su gente no se cansa de intentar una aventura todos los días: obtener una existencia más digna.
La gente no es toda presidente ni toda estrellita de televisión, aunque por un momento ese sea un sueño de madres crédulas y esperanzadas con sus retoños. La gente no es tan bella como la muestra Gente. Ni tampoco fea.
En todo caso, la estética, que pareciera ser lo que más preocupa al editor cuando levanta este relato, es un tema que conviene poner en discusión, como la ética.
Tal vez, para la ética de este editor, lo más molesto era que los personales de la historia no fueran bellas señoritas ni apolíneos galanes. La estética de Breccia no es la estética verista de Solano López, el dibujante que, en su primera versión en Hora Cero, le diera a este folletín profético por su estilo más figurativo un tono menos angustioso. Breccia se preocupa, por estos tiempos, por experimentar en su obra. ¿Acaso la experimentación no es un derecho de los creadores, aún cuando crean por
encargo? lmaginamos que la experimentación puede ser perturbadora, aún cuando ocurra en el arte, para gente que teme que algo se modifique, que algo cambie, que alguien se dé cuenta y perciba. Esa gente, tal vez, prefiere como alternativa el quietismo, la espera de una nevada mortal que significará, entre otras pavadas, que los invasores nos ejecuten.
miércoles, 3 de octubre de 2012
UNA REVISTA FRESCA Y UNA HISTORIETA PODRIDA
Primera parte de un artículo escrito por Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno para la edición argentina de El Eternauta (remake de Oesterheld y Breccia), publicada en 1982 por Ediciones de la Urraca.
La revista Fresca
El 29 de mayo de 1969, en la tapa de la revista Gente estaba Roberto Galán muy sonriente y rodeado por sus cinco secretarias (Joyce, Gladys, Jorgelina, Dorita y Celia).
En el interior (de la revista) se anunciaba que el gran éxito discográfico argentino era el tema de Los Náufragos “Otra vez en la vía”, que el libro argentino más leído era Yo también fui un espermatozoide, de Dalmiro Sáenz, que mucha gente veía a Nicolás Mancera, que Pier Angeli estaba en Buenos Aires y les concedía un reportaje muy exclusivo, que Marisol se casaba con un tal Carlos Goyane. Además José Larralde merecia un reportaje:
¿Las suyas, son canciones de protesta?
No sé si Ilamarlas asi. Son canciones sociales, porque todo en la vida tiene que ver con la sociedad, con los demás. De las canciones de cuna en adelante, Los porteños no piensan que autores como Discépolo, por ejemplo, componían cosas más fuertes que las mías. Si yo uso la palabra "cogotudo " no estoy hablando solamente de los ricos. Puedo hablar de un capataz de estancia que no se porta bien porque desea agradar a sus patrones. Mire: la protesta va a existir siempre porque la justicia absoluta no va a darse nunca.
En el interior (de la revista) se ponían frente a frente Enrique de Gandia, historiador ultraliberal y Pepe Rosa, historiador revisionista:
¿Fue Rosas un tirano?
DE GANDIA: Si, sin vueltas. Sangriento.
ROSA: Fue el gobemante más popularmente elegido de Buenos Aires.
En el interior (de la revista), se ponderaba a "Funny Girl", película yanqui con la Barbra Streisand, se hablaba de la crisis universitaria, se publicaba esta perla de la publicidad argentina:
TITULAR: Amo el Oro, lo quiero. Me gusta, me fascina... me hace feliz.
TEXTO: Me gustaba levantarme tarde y mirar por la ventana para encontrarme con los bosques de Palermo. Me gustaba bañarme en agua tibia y después elegir un traje de seda italiana.
Me gustaba salir a hacer compras locas y saber que la chequera soportaba incólume los embates de mi despilfarro.
Me gustaba trepar en la coupé y correr hasta la casa quinta para acostarme al sol en la pileta y no pensar en nada hasta la noche. Me gustaba salir con gente divertida. Era una vida linda, me gustaba el oro y todo lo que con que podia conseguirse. Digo me gustaba, porque un día apareció ella, que no tenia quinta con pileta, ni coupé, ni nada de nada. Pero me gustó, y salimos juntos,
Ella sabe vivir. Me enseñó a conocer las tardes tranquilas, el olor de la madera y el pasto mojado.
Ella lee mucho y me enseñó a leer.
Y, aunque parezca mentira, ella me enseñó el verdadero sabor del oro. No le costó mucho trabajo hacerlo.
Lo puso en una copa y me dijo: "Tomala”
Fue bárbaro, de golpe las cosas fueron diferentes, esa copa brillaba y me hacía no sé qué...
Y era rica, muy rica.
... Era fuerte y suave como ella. Me sentía tan feliz, yo estaba tan feliz, yo estaba allí para aprender todo y ella estaba dispuesta a enseñarme. Le pedí otra copa y me la dio.
Y ya no pude olvidarme de Cinzano Oro. Ella lo sabe.. y a mí me gusta que lo sepa.
En el interior de ese mismo número 201 de Gente, que se vendía a 100 pesos en la Argentina y a 65 guaraníes en el Paraguay, apareció este Eternauta, el segundo, el que del viejo guión de Oesterheld sólo tomaba el hilo conductor, el esqueleto argumental, el que saltaba sobre el viejo, candoroso y encantador dibujo de Solano López (dibujante de la primera versión, en 1957) y se agigantaba, con Breccia, hacia una dimensión adulta y teñida de sabiduría.
Pero de la obra vamos a hablar dentro de un rato.
Vamos a seguir haciendo la crónica del medio que la publicaba.
En otro interior (el del país) esa semana de fines de mayo de 1969 estallaba el Cordobazo.
Segunda semana: gran éxito
Tres páginas por semana.
Esa era la medida para la historieta, dispuesta, originalmente, para durar un año, por lo menos.
Hay un editorial, en este número 202, que se titula:
Después de la violencia.
Un parrafito:
"Hay algo que parece evidente: los hechos no fueron el fruto de una improvisación. La humareda sólo permite atisbar hombres identificados con diversas ideologías, desde elementos de izquierda y peronistas combativos hasta elementos del clero. Detectar la médula del asunto pareciera interesar sólo en el aspecto sumarial. Lo que sí interesa es que la Revolución (se refiere al gobierno de Onganía) se preocupó por dar cabida en sus filas a hombres que representaban las dos corrientes ideológicas tradicionales de nuestra política y creó un paréntesis a la espera de que el tiempo nos trajera nuevas síntesis. El tiempo ya las ha traído. Tanto la Revolución como los dueños de los partidos políticos están frente a un hecho nuevo. Todo induce a pensar que la Revolución debe inaugurar su "tiempo político". sin que esto signifique un llamado a elecciones que sólo serviría para volver a fojas cero. La Revolución debe apelar a una política con "P" mayúscula, buscar un contenido que la diferencie, un estilo que vaya más allá de conjugar las viejas corrientes y que conforme una respuesta al nuevo estado de cosas. Nadie se va a dejar matar por El Chocón Cerros Colorados. "
Así terminaba el editorial: Nadie se va a dejar matar por El Chocón Cerros Colorados.
En este mismo número 202, se reportea a El lncreíble Baltiérrez, actual embajador, ex periodista y ex político, campechano, sencillo, viaja en colectivo y se reúne con sus amigos en una pizzería de Lanús, donde nació y vive. Es querido por todo el mundo.
Baltiérrez. Rodolfo Baltiérrez, sí.
La historieta, una isla diferenciada dentro del semanario, desarrolla el prólogo del relato: cuatro amigos juegan a! truco en una casa. La mujer del dueño, Juan Salvo, lee. La hija de 10 años dibuja. De pronto, un ruido. Se asoman a la ventana, sin abrirla. Y ven los copos, la nevada mortal, que mata todo lo que toca.
Más semanas en cartel
A la semana siguiente, tercera de la publicación de El Eternauta, el sátiro Mondragón ocupa un espacio generoso.
María Larreta (era modelo, entonces) llena cuatro páginas.
La muerte de Vandor, con gran despliegue fotográfico, ocho.
La visita de Rockefeller a Uruguay, cinco.
El príncipe informal, un divertido y locuaz heredero del trono inglés al que llaman confianzudamente Charlie, tres. Y con fotos que lo muestran cantando, cortejando niñas y dándole dolores de cabeza a su muy coronada mamá.
De los números en que la historieta va desarrollando su trama, desnudando su discurso, posicionándose como una obra madura y una reflexión activa, tomaremos algunos ejemplos de otros tramos de la revista.
Preguntas y respuestas a Rockefeller, por ejemplo.
¿Cuál es el estado actual, en su opinión, de América Latina?
Cada país es una cosa distinta. No hay un sólo país americano que se parezca al otro. Hay quizá problemas comunes, como por ejemplo el del comercio exterior, que
requiere soluciones similares. El Uruguay es un país con muy pocos habitantes, razón por la cual su consumo interno no es suficiente como para mantener la estructura económica y financiera de empresas y de los sectores de producción. Su única salida es un gran intercambio con los países vecinos, o sea salir de su estrecho mercado y ganar los mercados de otros países. Eso en rasgos generales. Pero no somos ingenuos y sabemos que todo eso implica muchos inconvenientes. Pues bien, de todo eso es que venimos a enteramos. Nosotros queremos ayudar, el presidente Nixon está muy preocupado con todo lo que pasa aquí.. Pero realmente es muy poco lo que sabemos. A partir de ahora estudiaremos con ustedes mismos los problemas comunes.
¿Qué prioridad es para los Estados Unidos, América Latina?
Está en igualdad con otros problemas norteamericanos. No es una cuestión de prioridades. Simplemente estamos preocupados y en mi país hay una democracia que de pronto estima que es más importante un problema que otro y su Congreso veta en contra de una ley de ayuda a vuestros países. Eso no podemos impedirlo, pues vivimos en una democracia, insisto. Pero si logramos que todos entiendan bien el problema, la solución y nuestra ayuda serán más claras y sencillas.
Y un editorial titulado: Que el ruido no nos aturda.
La destrucción arbitraria, la violencia callejera, el asesinato y el incendio gratuito se han instalado en las calles de nuestro país con una habitualidad casi diaria. La semana pasada no más esta acción guerrillera, con una metodología cronométrica, destruyó supermercados, puso bombas en bancos, oficinas públicas, casas de comercio, universidades, provocando daños enormes y causando víctimas inocentes de cualquier sexo, edad y ocupación.
Argentina, como hasta ayer le tocó a otros países del mundo y como mañana ocurrirá en los que siguen en la lista, entró en la agenda de la guerrilla destructiva internacional que a cualquier precio y con cualquier excusa pretende instalar sistemas de vida que, como muestran Rusia, Hungría, China, Checoslovaquia, Cuba, etc., tienen un trágico y común denominador: falta absoluta de libertad, sordidez, sojuzgamiento. Una sutil campaña de acción psicológica previa ha preparado el camino para que hechos que debieran ser repudiados sonoramente por toda la opinión sana sean aceptados hasta con compasión por ese mismo sector de la población. Los slogans publicitarios que esos "guerrilleros de ciudad" han creado, puesto en circulación, con gran habilidad, logran evidentemente sus objetivos.
"La necesidad de abrir el diálogo " "El capitalismo opresor" "la participación en todos los niveles", "modificar las estructuras tradicionales”, "la frustración de las clases humildes", son las frases más comunes y más escuchadas.
Y no hay duda de que estos slogans prenden en muchas mentes sin prejuicios, honestas e inquietas, puesto que hay a diario "mil casos" donde estos hechos se evidencian con nitidez. En la República Argentina y en casi todos los países del mundo (por no decir todos).
Desgraciadamente la candidez y la ingenuidad, la honestidad y la inquietud por lo social, atributos tan comunes en la gente sana y democrática no son cualidades habituales en los "guerrilleros de ciudad". Ellos claman por todas astas cosas cuando están fuera del gobierno, pero después, si llegan al poder, aceptan sólo las condiciones que les convienen.
Y el que no las acepta, muere.
De allí el riesgo que corre la mayoría de los argentinos: convertirse, por esa condición de observador no comprometido que lo distingue, en algo imperdonable: el idiota útil.
Además, el "guerrillero de ciudad" juega y especula con una actitud clásica del ciudadano: EL NO TE METAS.
Tal vez esta es la base de su estrategia.
Como le decíamos al comenzar este comentario, Argentina está siendo sacudida a diario por hechos de violencia inauditos, hechos que sobrepasan ya el marco de lo que pudimos calificar en un principio de descontento o típico estallido estudiantil. Y que revelan una arbitrariedad total, un odio profundo, un desprecio absoluto por el prójimo.
Y sin embargo: ¿cuál es la reacción de la "opinión pública sana"?
Pocas son las voces que condenan esos hechos, o se toman el trabajo de marcar y marcarse la diferencia entre reacción social espontánea y sincera y ESTRATEGIA COMUNISTA.
¿Es que esa "'opinión sana " de la Argentina está de acuerdo con todas estas cosas?
Hemos podido comprobar que no. A la gran mayoría le repugnó la quema de los supermercados, los desmanes en Córdoba, las bombas en bancos, en comercios de barrio, la guerrilla callejera, la destrucción de universidades, etcétera.
Y sin embargo: icon qué timidez se expresa la disconformidad!
iQué diferencia de actitud con los que juegan a la destrucción! Ellos, con motivos iguales o de menor trascendencia, ganan la calle, publican declaraciones; es decir, salen a mover la opinión pública con todas sus armas.
Ante el estado actual de cosas pensamos cada vez con mayor convicción que algo fundamental tiene que cambiar en el hombre y en la mujer que no quiere el comunismo en la Argentina.
Si es amigo de la libertad individual, de toda la doctrina que es esencia de vida para
el mundo occidental, esta "opinión sana" DEBE HACERSE OIR SIN DESMANES, SIN VIOLENCIA, PERO CON LA FUERZA Y LA CLARIDAD QUE ESTOS MOMENTOS REQUIEREN. Si no, todas las cosas fundamentales se perderán. Y entonces.. de faltar el diálogo, de padecer discriminación de algún tipo (o de todo tipo), de pretender la posibilidad de expresarnos libremente... PARA ARREPENTIRSE, SERA DEMASIADO TARDE.
Un nuevo aviso en colores de Cinzano Oro.
Título: El Oro es para pocos. No es democrático... pero es así.
Texto: "Mire, mhijo, eso de la igualdad está bien para la política, pero entienda de una buena vez que con igualdad no vamos a ningún lado. Si en esta estancia todos quisieran tener los mismos derechos.. en tres meses no nos quedaría ni una vaca para conserva”. El viejo era bárbaro. Un poco absoluto, pero genial. No falta quien diga qua durante su gobernación pasaron cosas desastrosas, pero siempre hay charlatanes para todo.
El sí que sabía vivir bien. No se perdió un sólo verano en Francia. En París o en el castillo de la prima en La Rochelle.
Me acuerdo siempre que decía: "Mirá, en este mundo sos lo que tenés. El oro lo inventó la Naturaleza para gastarlo.. y yo lo gasto".
La verdad qua lo gastó bien, porque a nosotros no nos llegó nada de lo que tenía el viejo. Aunque sería injusto con él si dijese que nada. Porque existen cosas, muy sutiles o inexplicables para los poco avisados, que se heredan aunque no se coticen. Estoy cada dia más convencido, El saber gastar el oro de nuestra familia hace que hoy uno sepa apreciar el verdadero valor de un Limoges. O la diferencia brutal que hay entre un Rolls y un "bote" americano.
Además, aunque ahora uno no tenga las hectáreas, abuelo, siempre sabrá dlstinguir la alfalfa del cardo. El día y la noche qua hay entre ciertos tragos "populares" y una brillante copa de oro.
Porque habrá cosas y cosas para tomar, pero Cinzano Oro no es para todos. Si fuera para todos, yo no tomaría Cinzano Oro.
A todo esto, en su diferenciado universo de tres páginas, El Eternauta desarrollaba sólidamente su propuesta:
La nieve cae. Las comunicaciones se han cortado. Uno de los amigos encerrados en la casa decide afrontar los copos mortíferos para tratar de regresar junto a su familia. Muere diciendo los nombres queridos: Susana, los chicos, Susana, los chicos...
Entonces, se escucha una transmisión de radio, que brota del aparato hasta ese momento muerto:
"...comandante en jefe provisional... nevada mortífera... vasta zona Latinoamérica despiadado ataque extraterrestre... traición inconcebible grandes potencias ... Sudamérica entregada al invasor para salvarse... lucharemos igual... por más solos que estemos y por terrible que haya sido el golpe inicial... lucharemos igual ... sobrevivientes deberán en la emergencia... sacrificio..."
Silencio.
Y después, resolución y lucha.
(mañana, la segunda parte)
La revista Fresca
El 29 de mayo de 1969, en la tapa de la revista Gente estaba Roberto Galán muy sonriente y rodeado por sus cinco secretarias (Joyce, Gladys, Jorgelina, Dorita y Celia).
En el interior (de la revista) se anunciaba que el gran éxito discográfico argentino era el tema de Los Náufragos “Otra vez en la vía”, que el libro argentino más leído era Yo también fui un espermatozoide, de Dalmiro Sáenz, que mucha gente veía a Nicolás Mancera, que Pier Angeli estaba en Buenos Aires y les concedía un reportaje muy exclusivo, que Marisol se casaba con un tal Carlos Goyane. Además José Larralde merecia un reportaje:
¿Las suyas, son canciones de protesta?
No sé si Ilamarlas asi. Son canciones sociales, porque todo en la vida tiene que ver con la sociedad, con los demás. De las canciones de cuna en adelante, Los porteños no piensan que autores como Discépolo, por ejemplo, componían cosas más fuertes que las mías. Si yo uso la palabra "cogotudo " no estoy hablando solamente de los ricos. Puedo hablar de un capataz de estancia que no se porta bien porque desea agradar a sus patrones. Mire: la protesta va a existir siempre porque la justicia absoluta no va a darse nunca.
En el interior (de la revista) se ponían frente a frente Enrique de Gandia, historiador ultraliberal y Pepe Rosa, historiador revisionista:
¿Fue Rosas un tirano?
DE GANDIA: Si, sin vueltas. Sangriento.
ROSA: Fue el gobemante más popularmente elegido de Buenos Aires.
En el interior (de la revista), se ponderaba a "Funny Girl", película yanqui con la Barbra Streisand, se hablaba de la crisis universitaria, se publicaba esta perla de la publicidad argentina:
TITULAR: Amo el Oro, lo quiero. Me gusta, me fascina... me hace feliz.
TEXTO: Me gustaba levantarme tarde y mirar por la ventana para encontrarme con los bosques de Palermo. Me gustaba bañarme en agua tibia y después elegir un traje de seda italiana.
Me gustaba salir a hacer compras locas y saber que la chequera soportaba incólume los embates de mi despilfarro.
Me gustaba trepar en la coupé y correr hasta la casa quinta para acostarme al sol en la pileta y no pensar en nada hasta la noche. Me gustaba salir con gente divertida. Era una vida linda, me gustaba el oro y todo lo que con que podia conseguirse. Digo me gustaba, porque un día apareció ella, que no tenia quinta con pileta, ni coupé, ni nada de nada. Pero me gustó, y salimos juntos,
Ella sabe vivir. Me enseñó a conocer las tardes tranquilas, el olor de la madera y el pasto mojado.
Ella lee mucho y me enseñó a leer.
Y, aunque parezca mentira, ella me enseñó el verdadero sabor del oro. No le costó mucho trabajo hacerlo.
Lo puso en una copa y me dijo: "Tomala”
Fue bárbaro, de golpe las cosas fueron diferentes, esa copa brillaba y me hacía no sé qué...
Y era rica, muy rica.
... Era fuerte y suave como ella. Me sentía tan feliz, yo estaba tan feliz, yo estaba allí para aprender todo y ella estaba dispuesta a enseñarme. Le pedí otra copa y me la dio.
Y ya no pude olvidarme de Cinzano Oro. Ella lo sabe.. y a mí me gusta que lo sepa.
En el interior de ese mismo número 201 de Gente, que se vendía a 100 pesos en la Argentina y a 65 guaraníes en el Paraguay, apareció este Eternauta, el segundo, el que del viejo guión de Oesterheld sólo tomaba el hilo conductor, el esqueleto argumental, el que saltaba sobre el viejo, candoroso y encantador dibujo de Solano López (dibujante de la primera versión, en 1957) y se agigantaba, con Breccia, hacia una dimensión adulta y teñida de sabiduría.
Pero de la obra vamos a hablar dentro de un rato.
Vamos a seguir haciendo la crónica del medio que la publicaba.
En otro interior (el del país) esa semana de fines de mayo de 1969 estallaba el Cordobazo.
Segunda semana: gran éxito
Tres páginas por semana.
Esa era la medida para la historieta, dispuesta, originalmente, para durar un año, por lo menos.
Hay un editorial, en este número 202, que se titula:
Después de la violencia.
Un parrafito:
"Hay algo que parece evidente: los hechos no fueron el fruto de una improvisación. La humareda sólo permite atisbar hombres identificados con diversas ideologías, desde elementos de izquierda y peronistas combativos hasta elementos del clero. Detectar la médula del asunto pareciera interesar sólo en el aspecto sumarial. Lo que sí interesa es que la Revolución (se refiere al gobierno de Onganía) se preocupó por dar cabida en sus filas a hombres que representaban las dos corrientes ideológicas tradicionales de nuestra política y creó un paréntesis a la espera de que el tiempo nos trajera nuevas síntesis. El tiempo ya las ha traído. Tanto la Revolución como los dueños de los partidos políticos están frente a un hecho nuevo. Todo induce a pensar que la Revolución debe inaugurar su "tiempo político". sin que esto signifique un llamado a elecciones que sólo serviría para volver a fojas cero. La Revolución debe apelar a una política con "P" mayúscula, buscar un contenido que la diferencie, un estilo que vaya más allá de conjugar las viejas corrientes y que conforme una respuesta al nuevo estado de cosas. Nadie se va a dejar matar por El Chocón Cerros Colorados. "
Así terminaba el editorial: Nadie se va a dejar matar por El Chocón Cerros Colorados.
En este mismo número 202, se reportea a El lncreíble Baltiérrez, actual embajador, ex periodista y ex político, campechano, sencillo, viaja en colectivo y se reúne con sus amigos en una pizzería de Lanús, donde nació y vive. Es querido por todo el mundo.
Baltiérrez. Rodolfo Baltiérrez, sí.
La historieta, una isla diferenciada dentro del semanario, desarrolla el prólogo del relato: cuatro amigos juegan a! truco en una casa. La mujer del dueño, Juan Salvo, lee. La hija de 10 años dibuja. De pronto, un ruido. Se asoman a la ventana, sin abrirla. Y ven los copos, la nevada mortal, que mata todo lo que toca.
Más semanas en cartel
A la semana siguiente, tercera de la publicación de El Eternauta, el sátiro Mondragón ocupa un espacio generoso.
María Larreta (era modelo, entonces) llena cuatro páginas.
La muerte de Vandor, con gran despliegue fotográfico, ocho.
La visita de Rockefeller a Uruguay, cinco.
El príncipe informal, un divertido y locuaz heredero del trono inglés al que llaman confianzudamente Charlie, tres. Y con fotos que lo muestran cantando, cortejando niñas y dándole dolores de cabeza a su muy coronada mamá.
De los números en que la historieta va desarrollando su trama, desnudando su discurso, posicionándose como una obra madura y una reflexión activa, tomaremos algunos ejemplos de otros tramos de la revista.
Preguntas y respuestas a Rockefeller, por ejemplo.
¿Cuál es el estado actual, en su opinión, de América Latina?
Cada país es una cosa distinta. No hay un sólo país americano que se parezca al otro. Hay quizá problemas comunes, como por ejemplo el del comercio exterior, que
requiere soluciones similares. El Uruguay es un país con muy pocos habitantes, razón por la cual su consumo interno no es suficiente como para mantener la estructura económica y financiera de empresas y de los sectores de producción. Su única salida es un gran intercambio con los países vecinos, o sea salir de su estrecho mercado y ganar los mercados de otros países. Eso en rasgos generales. Pero no somos ingenuos y sabemos que todo eso implica muchos inconvenientes. Pues bien, de todo eso es que venimos a enteramos. Nosotros queremos ayudar, el presidente Nixon está muy preocupado con todo lo que pasa aquí.. Pero realmente es muy poco lo que sabemos. A partir de ahora estudiaremos con ustedes mismos los problemas comunes.
¿Qué prioridad es para los Estados Unidos, América Latina?
Está en igualdad con otros problemas norteamericanos. No es una cuestión de prioridades. Simplemente estamos preocupados y en mi país hay una democracia que de pronto estima que es más importante un problema que otro y su Congreso veta en contra de una ley de ayuda a vuestros países. Eso no podemos impedirlo, pues vivimos en una democracia, insisto. Pero si logramos que todos entiendan bien el problema, la solución y nuestra ayuda serán más claras y sencillas.
Y un editorial titulado: Que el ruido no nos aturda.
La destrucción arbitraria, la violencia callejera, el asesinato y el incendio gratuito se han instalado en las calles de nuestro país con una habitualidad casi diaria. La semana pasada no más esta acción guerrillera, con una metodología cronométrica, destruyó supermercados, puso bombas en bancos, oficinas públicas, casas de comercio, universidades, provocando daños enormes y causando víctimas inocentes de cualquier sexo, edad y ocupación.
Argentina, como hasta ayer le tocó a otros países del mundo y como mañana ocurrirá en los que siguen en la lista, entró en la agenda de la guerrilla destructiva internacional que a cualquier precio y con cualquier excusa pretende instalar sistemas de vida que, como muestran Rusia, Hungría, China, Checoslovaquia, Cuba, etc., tienen un trágico y común denominador: falta absoluta de libertad, sordidez, sojuzgamiento. Una sutil campaña de acción psicológica previa ha preparado el camino para que hechos que debieran ser repudiados sonoramente por toda la opinión sana sean aceptados hasta con compasión por ese mismo sector de la población. Los slogans publicitarios que esos "guerrilleros de ciudad" han creado, puesto en circulación, con gran habilidad, logran evidentemente sus objetivos.
"La necesidad de abrir el diálogo " "El capitalismo opresor" "la participación en todos los niveles", "modificar las estructuras tradicionales”, "la frustración de las clases humildes", son las frases más comunes y más escuchadas.
Y no hay duda de que estos slogans prenden en muchas mentes sin prejuicios, honestas e inquietas, puesto que hay a diario "mil casos" donde estos hechos se evidencian con nitidez. En la República Argentina y en casi todos los países del mundo (por no decir todos).
Desgraciadamente la candidez y la ingenuidad, la honestidad y la inquietud por lo social, atributos tan comunes en la gente sana y democrática no son cualidades habituales en los "guerrilleros de ciudad". Ellos claman por todas astas cosas cuando están fuera del gobierno, pero después, si llegan al poder, aceptan sólo las condiciones que les convienen.
Y el que no las acepta, muere.
De allí el riesgo que corre la mayoría de los argentinos: convertirse, por esa condición de observador no comprometido que lo distingue, en algo imperdonable: el idiota útil.
Además, el "guerrillero de ciudad" juega y especula con una actitud clásica del ciudadano: EL NO TE METAS.
Tal vez esta es la base de su estrategia.
Como le decíamos al comenzar este comentario, Argentina está siendo sacudida a diario por hechos de violencia inauditos, hechos que sobrepasan ya el marco de lo que pudimos calificar en un principio de descontento o típico estallido estudiantil. Y que revelan una arbitrariedad total, un odio profundo, un desprecio absoluto por el prójimo.
Y sin embargo: ¿cuál es la reacción de la "opinión pública sana"?
Pocas son las voces que condenan esos hechos, o se toman el trabajo de marcar y marcarse la diferencia entre reacción social espontánea y sincera y ESTRATEGIA COMUNISTA.
¿Es que esa "'opinión sana " de la Argentina está de acuerdo con todas estas cosas?
Hemos podido comprobar que no. A la gran mayoría le repugnó la quema de los supermercados, los desmanes en Córdoba, las bombas en bancos, en comercios de barrio, la guerrilla callejera, la destrucción de universidades, etcétera.
Y sin embargo: icon qué timidez se expresa la disconformidad!
iQué diferencia de actitud con los que juegan a la destrucción! Ellos, con motivos iguales o de menor trascendencia, ganan la calle, publican declaraciones; es decir, salen a mover la opinión pública con todas sus armas.
Ante el estado actual de cosas pensamos cada vez con mayor convicción que algo fundamental tiene que cambiar en el hombre y en la mujer que no quiere el comunismo en la Argentina.
Si es amigo de la libertad individual, de toda la doctrina que es esencia de vida para
el mundo occidental, esta "opinión sana" DEBE HACERSE OIR SIN DESMANES, SIN VIOLENCIA, PERO CON LA FUERZA Y LA CLARIDAD QUE ESTOS MOMENTOS REQUIEREN. Si no, todas las cosas fundamentales se perderán. Y entonces.. de faltar el diálogo, de padecer discriminación de algún tipo (o de todo tipo), de pretender la posibilidad de expresarnos libremente... PARA ARREPENTIRSE, SERA DEMASIADO TARDE.
Un nuevo aviso en colores de Cinzano Oro.
Título: El Oro es para pocos. No es democrático... pero es así.
Texto: "Mire, mhijo, eso de la igualdad está bien para la política, pero entienda de una buena vez que con igualdad no vamos a ningún lado. Si en esta estancia todos quisieran tener los mismos derechos.. en tres meses no nos quedaría ni una vaca para conserva”. El viejo era bárbaro. Un poco absoluto, pero genial. No falta quien diga qua durante su gobernación pasaron cosas desastrosas, pero siempre hay charlatanes para todo.
El sí que sabía vivir bien. No se perdió un sólo verano en Francia. En París o en el castillo de la prima en La Rochelle.
Me acuerdo siempre que decía: "Mirá, en este mundo sos lo que tenés. El oro lo inventó la Naturaleza para gastarlo.. y yo lo gasto".
La verdad qua lo gastó bien, porque a nosotros no nos llegó nada de lo que tenía el viejo. Aunque sería injusto con él si dijese que nada. Porque existen cosas, muy sutiles o inexplicables para los poco avisados, que se heredan aunque no se coticen. Estoy cada dia más convencido, El saber gastar el oro de nuestra familia hace que hoy uno sepa apreciar el verdadero valor de un Limoges. O la diferencia brutal que hay entre un Rolls y un "bote" americano.
Además, aunque ahora uno no tenga las hectáreas, abuelo, siempre sabrá dlstinguir la alfalfa del cardo. El día y la noche qua hay entre ciertos tragos "populares" y una brillante copa de oro.
Porque habrá cosas y cosas para tomar, pero Cinzano Oro no es para todos. Si fuera para todos, yo no tomaría Cinzano Oro.
A todo esto, en su diferenciado universo de tres páginas, El Eternauta desarrollaba sólidamente su propuesta:
La nieve cae. Las comunicaciones se han cortado. Uno de los amigos encerrados en la casa decide afrontar los copos mortíferos para tratar de regresar junto a su familia. Muere diciendo los nombres queridos: Susana, los chicos, Susana, los chicos...
Entonces, se escucha una transmisión de radio, que brota del aparato hasta ese momento muerto:
"...comandante en jefe provisional... nevada mortífera... vasta zona Latinoamérica despiadado ataque extraterrestre... traición inconcebible grandes potencias ... Sudamérica entregada al invasor para salvarse... lucharemos igual... por más solos que estemos y por terrible que haya sido el golpe inicial... lucharemos igual ... sobrevivientes deberán en la emergencia... sacrificio..."
Silencio.
Y después, resolución y lucha.
(mañana, la segunda parte)
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